Es bastante habitual que cuando estamos en lugares que consideramos «seguros» como nuestra propia casa o dentro del coche, relajemos la vigilancia sobre nuestras pertenencias. Sin embargo los expertos en seguridad siempre recuerdan que los despistes, por pequeños que sean, pueden suponer una oportunidad para los delincuentes. Por eso es importante estar al día de las recomendaciones que difunden los canales oficiales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, especialmente si vamos a viajar o a parar en zonas concurridas como las áreas de servicio.
En este sentido la Guardia Civil ha informado de la detención de un grupo criminal especializado en robos dentro de vehículos estacionados en gasolineras y áreas de servicio, principalmente en la zona de la Autopista AP-7, que recorre desde la provincia de Tarragona hasta Murcia.
Los agentes han arrestado a seis personas que están acusadas de haber cometido al menos 54 robos con fuerza en el interior de vehículos. En total, se calcula que se hicieron con un botín que supera los 127.000 euros en objetos personales y cerca de 27.000 euros en dinero en efectivo. Según la investigación, sus víctimas eran, en su mayoría, turistas extranjeros que se encontraban de vacaciones en España.
Es bastante habitual que cuando estamos en lugares que consideramos seguros como nuestra propia casa o dentro del coche, relajemos la vigilancia sobre nuestras pertenencias. Sin embargo, los expertos en seguridad siempre recuerdan que los despistes, por pequeños que sean, pueden suponer una oportunidad para los delincuentes. Por eso es importante estar al día de las recomendaciones que difunden los canales oficiales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, especialmente si vamos a viajar o a parar en zonas concurridas como las áreas de servicio. En este sentido, la Guardia Civil ha informado de la detención de un grupo criminal especializado en robos dentro de vehículos estacionados en gasolineras y áreas de servicio, principalmente en la zona de la Autopista AP-7, que recorre desde la provincia de Tarragona hasta Murcia. Los agentes han arrestado a seis personas que están acusadas de haber cometido al menos 54 robos con fuerza en el interior de vehículos. En total, se calcula que se hicieron con un botín que supera los 127.000 euros en objetos personales y cerca de 27.000 euros en dinero en efectivo. Según la investigación, sus víctimas eran, en su mayoría, turistas extranjeros que se encontraban de vacaciones en España. Robaban mientras las víctimas iban al baño o al restaurante El modus operandi de esta banda criminal estaba cuidadosamente organizado. Los ladrones utilizaban coches de alquiler, que cambiaban con frecuencia para dificultar su identificación. Una vez en las áreas de servicio, cada miembro del grupo asumía un papel específico. Mientras unos vigilaban los movimientos de los ocupantes de los vehículos —normalmente esperaban a que entraran al aseo o al restaurante—, otro de los delincuentes utilizaba un inhibidor de frecuencia que impedía que los coches se cerraran correctamente. De esta manera, podían abrir los vehículos y sustraer maletas, mochilas, ropa, dispositivos electrónicos o cualquier pertenencia de valor que encontraran en el interior. Además, anulaban la señal de dispositivos que pudieran ser rastreados, lo que complicaba aún más la localización de los objetos robados. Coordinados y conectados entre sí en todo momento Para no levantar sospechas y actuar de manera rápida, los ladrones se mantenían en contacto permanente mediante auriculares inalámbricos. En algunos casos, incluso distraían a los ocupantes de los vehículos, aprovechando cualquier descuido para cometer el robo sin ser detectados. Una vez conseguían hacerse con las pertenencias de las víctimas, no perdían el tiempo utilizaban las tarjetas bancarias robadas en comercios de Valencia antes de que los titulares pudieran anularlas. Los efectos sustraídos los almacenaban tanto en sus domicilios como en habitaciones alquiladas que usaban como almacenes temporales. Allí guardaban desde joyas, ropa de marca, perfumes o zapatos de lujo, hasta ordenadores, tablets, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos. Posteriormente, vendían los productos en el mercado de segunda mano a través de receptadores. Operación en Valencia y Castellón La Guardia Civil ha realizado cuatro registros en localidades de Valencia y Castellón Quart de Poblet, Las Cuevas, Utiel y Vall de Uxò. Durante los registros se recuperaron multitud de objetos, entre ellos maletas, mochilas, ropa y complementos de lujo, que están siendo identificados para devolverlos a sus legítimos propietarios. A los seis detenidos se les atribuyen delitos de robo con fuerza en las cosas, estafa y pertenencia a grupo criminal. El caso está ahora en manos del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Sagunto. Para cualquier persona que necesite más información o haya sido víctima de un robo similar, la Guardia Civil recomienda contactar con su Oficina de Comunicación en Valencia a través del teléfono 96-317.23.85. / Guardia Civil
Robaban mientras las víctimas iban al baño o al restaurante
El modus operandi de esta banda criminal estaba cuidadosamente organizado: en primer lugar, los ladrones utilizaban coches de alquiler, que cambiaban con frecuencia para dificultar su identificación. Una vez en las áreas de servicio y gasolineras cada miembro del grupo asumía un papel específico.
Mientras que unos se dedicaban a supervisar los movimientos de las personas que viajaban en el los vehículos y que, cómo es habitual, bajaban del coche para ir al baño, comer algo o hacer una parada técnica; otro de los delincuentes utilizaba un inhibidor de frecuencia que impedía que los coches se cerraran correctamente.
De esta manera podían abrir los vehículos y hacerse con las maletas, mochilas, ropa, dispositivos electrónicos o cualquier pertenencia de valor que encontraran en el interior. Además anulaban la señal de dispositivos que pudieran ser rastreados, complicando todavía más si cabe la localización de los objetos robados.
Para no levantar sospechas y actuar de manera rápida, los ladrones se mantenían en contacto permanente mediante auriculares inalámbricos y, en algunos casos, hasta distraían a los ocupantes de los vehículos, aprovechando cualquier descuido para cometer el robo sin ser detectados.
Una vez conseguían hacerse con las pertenencias de las víctimas, no perdían el tiempo: utilizaban las tarjetas bancarias robadas en comercios de Valencia antes de que los titulares pudieran anularlas.
Los efectos sustraídos los almacenaban tanto en sus domicilios como en habitaciones alquiladas que usaban como almacenes temporales. Allí guardaban desde joyas, ropa de marca, perfumes o zapatos de lujo, hasta ordenadores, tablets, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos. Por ultimo, vendían los productos en el mercado de segunda mano a través de receptadores.