Un Atlético sin alma logra una victoria insuficiente para evitar la eliminación

Al Atlético se le puso cuesta arriba este torneo desde el mismo momento en el que se montó en el avión. Nunca ha tenido la tensión competitiva con la que compensar la mayor carga emocional de rivales como Botafogo, que solo tuvo que empujar con un dedo al equipo rojiblanco para mandarlo de vuelta a Madrid. El Mundial de Clubes que empezó en un hotel sitiado por los disturbios de Los Ángeles terminó con el árbitro mexicano César Ramos como antidisturbios que él mismo generó en un 1-0 de Griezmann, en las antípodas de la victoria por tres goles que exigía el duelo.

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