El etarra Antonio López Ruiz, apodado Kubati, ha aceptado dos años de prisión por organizar homenajes a presos de ETA; los conocidos como ongi etorris.
Sin embargo, López no entrará en la cárcel siempre que no humille más a las víctimas del terrorismo.
En concreto, el acusado ha pactado con la Fiscalía, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la organización Dignidad y Justicia asumir un año y medio de prisión por el delito de organización criminal y seis meses más de cárcel por el de humillación a las víctimas.
Ahora bien, la ejecución de la pena ha quedado en suspenso siempre que el condenado no delinca durante los próximos tres años, no participe en homenajes a reos de la banda terrorista y no realice declaraciones públicas que glorifiquen el terrorismo.
Asimismo, deberá estar seis meses en libertad vigilada y pagar una multa de 1.800 euros.
Este lunes estaba previsto que comenzase en la Audiencia Nacional el juicio contra Kubati y otros cinco acusados por la organización de varios ongi etorris.
Se trata de Oihana Garmendia Marín, que también fue miembro de ETA; Haymar Altuna, antiguo integrante del comando Amaiur, y los también etarras Oihana San Vicente Sáez de Cerain, Carlos Sáez de Egilaz Murgiondo y Felipe San Epifanio San Pedro. Este último era conocido como Pipe.
Todos ellos han aceptado la misma pena tras reconocer, al inicio del juicio, que, desde el año 2016, tras el procedimiento judicial seguido contra las Gestoras Pro Amnistía, las cuestiones relacionadas con el colectivo de reos etarras quedó en manos de Sortu, una de las ramas políticas integradas en EH Bildu.
Traslados de presos
A lo largo de esta investigación judicial fue incautado un documento, encontrado en el ordenador de Haymar Altuna, en el que la cúpula de Sortu, que había asumido las competencias sobre los presos de ETA que antes estaba en manos del colectivo EPPK, manifestaba lo siguiente: «La lucha de nuestros gudaris no es una cosa del pasado. La lucha continúa. Seguimos luchando por los mismos objetivos y sueños por los que lucharon los gudaris. Porque seguir hoy con la lucha es la mejor manera de recordar su existencia y de reconocer lo que han dado».
Con el término gudari, que significa guerrero o soldado, el entorno abertzale denominaba a los miembros de ETA.
Estos fragmentos, de hecho, formaron parte del orden del día de la segunda conferencia política de Sortu.
A ojos del juez Manuel García-Castellón, quien fue el encargado de la instrucción de esta causa, «evidencian el uso que por parte de Sortu se ha realizado de diferentes movimientos para dinamizar los actos de recibimiento a presos de ETA en sus localidades de origen».
En el marco de esta investigación judicial, la Guardia Civil descubrió, a su vez, los mensajes entre el entorno de los presos de ETA y el responsable de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, uno de los más altos cargos del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska.
En esos chats, la izquierda abertzale negociaba con el Ministerio del Interior detalles sobre las progresiones de grado de los reclusos etarras, sus traslados entre cárceles o mejoras en sus condiciones en prisión.