Lamine Yamal: divertirse como un adolescente

Lamine Yamal con el surfista brasileño Gabriel Medina en Sao Paulo / Instagram

Aunque parezca mentira, hay culés que observan a Lamine Yamal y se preocupan. De naturaleza temerosos y agoreros, estos culés sufridores no acaban de creerse que la Masia lo haya vuelto a hacer, que haya creado a un nuevo crack mundial. Disfrutan de los goles, las asistencias, los regates y las fintas del chaval de Rocafonda, pero cada vez que encara a un defensa se angustian pensando en una lesión maldita como la que maldijo a Ansu Fati; en cada rueda de prensa intuyen una propensión al endiosamiento y al engreimiento; en cada bailecito en redes ven el fantasma de Neymar y los ‘toiss’; en cada salida de tono del padre se imaginan un entorno poco proclive al trabajo que puede llevar al chaval a la molicie, la autocomplacencia y el dolce far niente. Todo ello se resume en una idea: Lamine Yamal es demasiado bueno para ser verdad. 

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