La asignación de un portaviones para el área de Oriente Próximo -en este caso el USS Carl Vinson– que venía siendo habitual desde el 7 de octubre de 2023, ha sido multiplicada por dos por el Pentágono: se incorpora a la zona el USS Nimitz, que dejó esta semana las cercanías de Vietnam para llegar a aguas próximas al golfo de Omán, bajo control del Comando Central (el CENTCOM) de Estados Unidos. Además, la marina norteamericana ha reunido en la costa mediterránea de Israel cinco destructores, y otros dos en el mar Rojo, según ha podido confirmar el US Naval Institute. Esta otra fuerza tiene la capacidad de neutralizar con sus misiles a cohetes balísticos que pudiera lanzar Irán sobre Israel.
Dos de los destructores sumados al despliegue naval norteamericano tienen su base en Rota, y zarparon esta semana y la anterior. Son, según ha confirmado la US Navy, son el Oscar Austin y el Paul Ignatius. Ambos tienen la capacidad de lucha antimisil. El Paul Ignatius salió de Rota el pasado martes, según ha desvelado el instituto naval mencionado.
Los dos destructores que tienen su base en España protegen a Israel en el Mediterráneo oriental, donde se han unido al Arleigh Burke, otro destructor habitualmente atracado en la base naval de Rota.
Más poder aéreo
Los dos portaviones enviados al área por Estados Unidos suman en total son 180 cazabombarderos, sin contar los helicópteros, con presencia nutrida de los F-18 y los modernos F-35, inasequibles a muchos radares. Estados Unidos ha reunido en el mar una fuerza aérea superior a la que tiene en estos momentos Irán… y cualquier país de su tamaño. Teherán tiene perdido el dominio de su espacio aéreo, con más de la mitad de su defensa antiaérea destruida, según diversos medios israelís y norteamericanos.
El portaviones USS Carl Vinson, en aguas australianas / US Navy
Cada portaviones navega escoltado por su propio grupo de ataque. En la configuración actual, se integra por dos destructores, un buque de menor tamaño equiparable a un crucero lanzamisiles y al menos un submarino en vanguardia. Ya son 17 las unidades navales de primera magnitud que Estados Unidos tienen desplegadas en la zona sin que, hasta el momento, haya declarado la guerra a Irán o haya intervenido en apoyo de ataques israelís en suelo iraní.
El Nimitz es considerado como uno de los portaviones más poderosos de la flota norteamericana. En 2003 participó en el ataque a Irak y en la operación Libertad Duradera sobre Afganistán. Desde 2005 no había vuelto a aguas próximas al Golfo Pérsico; estaba asignado al despliegue naval de EEUU en el Pacífico.
Los destructores con capacidad contra los misiles balísticos de Irán que ahora navegan en el Mediterráneo oriental llevan a bordo misiles guiados que aún se pueden considerar recién estrenados: son los SM-3, clave del escudo Aegis. De ese sistema de defensa antimisil forma parte España con la base de Rota como punto de apoyo, y también con la participación de las fragatas más modernas de la Armada, las F-100, que embarcan una versión estándar de este sistema antimisil.
Analistas españoles de la Armada observan estos movimientos señalando la importancia del estrecho de Ormuz, cuyo estrangulamiento reduciría crucialmente el suministro de petróleo a Occidente… y a China. Este último detalle sería la razón, en opinión de estas fuentes, por la que Irán no ha sucumbido aún a su permanente tentación sobre ese paso marítimo vital.
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