La situación del Real Madrid en el Mundial de Clubes es compleja. Va por detrás en todos los horarios. No debería generarle más inseguridad de la cuenta en un estado normal, porque es un equipo que tiene tendencia a aislarse de las circunstancias. Incluso de las propias. Pero este Mundial de Clubes está siendo una competición totalmente marcada por las circunstancias ambientales: desde los bruscos cambios de temperatura que no han facilitado la recuperación de Mbappé hasta la guillotina que han empezado a afilar los equipos latinoamericanos.
Courtois, y la crítica a los automatismos de Carletto
Xabi Alonso ha arrastrado un grave problema en la generación de juego que empezó el mismo en el que Kroos decidió romper los planes del Real Madrid. A partir de entonces se han puesto adornos en casi todas las posiciones, pero se ha dejado un agujero negro que ningún candidato ha sido capaz de reemplazar. El único con el cerebro programado para este desarrollo táctico es Arda Güler, quien llevó en parte la batuta contra Al Hilal, pero al que le falta la regularidad que exige una tarea de este tipo.
La fase de la propaganda previa al estreno del técnico vasco ha terminado. Los entrenamientos son ya un espacio para las correcciones. «Hemos estado cuatro años con Carlo, tenemos unos automatismos», explicaba Courtois, quizás, el mejor termómetro del Real Madrid, a quien siempre hay que escuchar con atención. Después de la eliminación frente al Arsenal dijo una afirmación que sonó exagerada, pero fue otra muestra de los males multiorgánicos que sufre este conjunto de estrellas: «Hemos echado de menos a Joselu».
Porque al Real Madrid tiene roles duplicados y acumulación en determinadas parcelas, como la mediapunta, pero le falta perfiles específicos que son los que redondean el conjunto. Esto es derivado de una planificación deportiva a trompicones, que, por ejemplo, ha enmendado a base de cláusulas las carencias defensivas que se arrastraban incluso desde la última Champions. Al final, todos los males han llegado a la vez y, ahora, el castillo de naipes debe reconstruirse desde la base.
«Falta mucha plancha» para Xabi Alonso
De ahí que el fichaje de Xabi Alonso era estratégico. No solo por su perfil de jugador con galones, algo que también era Ancelotti. También porque su modo de ejercer como entrenador se basa en el control, el método que quiere ahora el Real Madrid para enderezar el rumbo. Pachuca debe ser el remedio transitorio para sacar adelante la clasificación y, como tantas otras veces, empezar a construir desde el resultadismo. Con todo, el perfil de Xabi Alonso ya no solo se analizará por el qué, también necesitará responder al cómo.
Ahora bien, el tropiezo frente a Al Hilal no deja margen para buscar el sobresaliente, porque la excelencia va a requerir «mucha plancha», el comentario que más se escucha alrededor de la concentración del Real Madrid en Miami, que pondrá rumbo a Charlotte para este segundo asalto. Lo hará sin Mbappé, un eslabón tan imprescindible como frágil, que esta campaña ya estuvo ausente por la extracción de una muela. Ahora se le une una gastroenteritis que le obligó a la hospitalización.
Con un Vinicius alejado de sus mejores prestaciones, que amenaza, pero no intimida, el francés era imprescindible para, por lo menos, poner la bolsa de goles que se necesita para ganar un torneo como el Mundial de Clubes, donde, precisamente, el botín era lo más importante. Hasta 145 millones que permitirían hacer un ‘break even’ con respecto a la inversión en fichajes y que, sobre todo, posicionarían al club blanco en un mercado estratégico como EEUU y a la vanguardia de un título que tendrá diferentes lecturas según quien lo gane.