Adiós al limbo legal, hola a la regulación. Canarias ordena, por primera vez en la historia, los campings, áreas de acampada, pernocta y alojamientos al aire libre de las Islas. El borrador del Reglamento de los Establecimientos Turísticos de Alojamiento al Aire Libre de Canarias entró ayer en información pública y sienta las bases del futuro de una actividad que cada vez practican más canarios –hay unos 13.900 autocaravanistas en las Islas– y turistas. El texto prohíbe expresamente la acampada libre en todo el territorio y establece una moratoria transitoria de cinco años para que los ayuntamientos habiliten zonas mientras desarrollan su planeamiento.
«Ahora habrá seguridad jurídica. No podíamos seguir en la actual situación de evasión normativa, de caos urbanístico, territorial y ambiental», apuntó esta tarde el director general de Ordenación, Formación y Promoción Turística, Miguel Ángel Rodríguez, durante la presentación del borrador, que cuenta con el total apoyo de las asociaciones de autocaravanistas de las Islas. «Es un día de celebración, asistimos al nacimiento de una nueva modalidad turística en el Archipiélago», apuntó la consejera de Turismo, Jéssica de León.
El borrador reconoce cinco nuevas figuras de alojamiento turístico: camping, área de acampada de autocaravanas, caravanas y similares, área de pernocta, acampada en edificaciones rurales aisladas y alojamiento turístico singular –como las cabañas en árboles–. Sobre esta última, Rodríguez aclaró que tendrán que estar expresamente ordenadas por el planeamiento urbanístico municipal. «No vamos a permitir inventos espontáneos», aclaró.
Cauces de ríos
También se fijan límites respecto a la ubicación de alojamientos al aire libre. Se prohíben en cauces de ríos, zonas inundables o de captación de aguas, en zonas de alto riesgo de incendios, desprendimientos o peligros naturales. También en entornos cercanos a bienes de interés cultural (BIC) o en terrenos afectados por servidumbres militares, industriales o ambientales.
Los establecimientos tendrán que contar con un plan de autoprotección y análisis de riesgos del emplazamiento. No se establecen límites de capacidad.
Las áreas de pernocta tendrán un límite de estancia de 72 horas y deberán ofrecer servicios básicos como el vaciado de residuos o el acceso a agua potable o electricidad. Con el texto también se pretende dar un impulso al turismo rural. «En medianías o en Islas Verdes se pueden instalar microáreas de pernocta para que este fenómeno se haga con calidad, competitividad, accesibilidad y con todas las garantías», explicó Rodríguez, quien aclaró que se permite la acampada vinculada a edificaciones rurales, siempre que estén catalogadas o sean parte de actividades tradicionales como las queserías, los cultivos o los talleres. «Estamos fomentando que la gente permanezca en el medio rural y que genere rentas adicionales», añadió el director.
Rodríguez aseguró que el reglamento está pensado en términos de turismo accesible e inclusivo, por ello, todos los alojamientos deberán cumplir con la normativa de accesibilidad para personas con discapacidad.
En el documento se aclara que los vehículos camper o autocaravanas sí podrán estacionar como cualquier otro vehículo si lo hacen conforme a la normativa de tráfico. Y se especifica que las actividades que se hagan en eventos –festivales, actos deportivos, etc.– o fines educativos quedan excluidas del decreto y se rigen por normativas sectoriales.
Criterios flexibles para el ‘glamping’ 5 estrellas
Al igual que los hoteles, los establecimientos al aire libre para acampar en Canarias se clasificarán según su calidad, en un sistema por puntos que dependerá de criterios flexibles que variarán entre islas. Los 200 puntos equivaldrán a un «cinco estrellas lujo». Así lo determina el borrador del Reglamento de los Establecimientos Turísticos de Alojamiento al Aire Libre de Canarias, que presentó esta mañana la Consejería de Turismo. Algunos de los criterios que se tendrán en cuenta serán la sostenibilidad, pudiendo conseguir hasta 50 puntos con la etiqueta verde europea. Pero también se tendrán en cuenta otras cuestiones como la presencia de actividades complementarias o servicios adicionales como piscinas. «Las categorías no son rígidas, es un modelo flexible», apuntó el director general de Ordenación, Formación y Promoción Turística, Miguel Ángel Rodríguez.