El funeral de Manuel Hermoso Rojas se desarrolló por expreso deseo de la familia en la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias. La doble condición del político como exalcalde de Santa Cruz de Tenerife y expresidente regional llevó a los responsables de ambas administraciones a poner a disposición de la viuda e hijos las instalaciones para establecer la capilla ardiente, así como a facilitar la organización del cortejo fúnebre que recorrió en el mediodía de este miércoles el tramo comprendido entre Presidencia y la parroquia de La Concepción. Otro tanto hizo el ayuntamiento de la capital tinerfeña.
La semana pasada, cuando se conoció el agravamiento de la salud del político, los hijos comunicaron a su círculo más íntimo que se procedería a su sedación para evitarle dolores. Era la antesala del fatal desenlace. Entre quienes recibieron ese mensaje estaba el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, amigo personal tanto de Hermoso como de la familia.
Desde ese momento el presidente dio instrucciones para estar prevenidos a la espera de acontecimientos. Tras el fallecimiento, la madrugada del martes, Clavijo puso a disposición de la familia todos los recursos. «Manolo era una persona sencilla y no se quería ostentación», precisan en círculos próximos a los hijos.
No hay en Canarias una norma establecida, así que con el funeral de Manuel Hermoso se siguió el mismo protocolo que con Adán Martín Menis, fallecido el 10 de octubre de 2010, con la diferencia de que desde entonces algo se ha aprendido. Todo fue entonces improvisación –era el primer mandatario autonómico de toda España que fallecía–. Y eso que el Martín estuvo ingresado cuatro meses en Barcelona hasta su muerte.
En aquella oportunidad Adán Martín fue velado en la entonces Sala Roja –con piedra de La Gomera– de Presidencia, que a la postre pasó a tomar el nombre de dicho expresidente, el mismo lugar donde se instaló el martes la capilla ardiente de Hermoso. Hasta la fotografía que se colocó junto a su féretro fue elegida por la familia que es, a la postre, la que decide que hacer en cuanto a las honras fúnebres. Por ejemplo, mientras en 2024 los familiares del segundo presidente de Canarias, Lorenzo Olarte optaron por la sede de Presidencia de Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria, y año antes, los de Jerónimo Saavedra, el primer mandatario de la autonomía, eligieron las Casas Consistoriales de la capital grancanaria.
También de común acuerdo entre los responsables del Gobierno y del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, y siempre con el visto bueno de la familia, se organizó el cortejo fúnebre desde Presidencia hasta la iglesia de La Concepción. El mismo camino que anduvo Adán Martín. La Banda Municipal de Música, bajo la dirección de Juan Antonio Domínguez, interpretó el Himno de Canarias –como pidió la familia–, a la salida del cortejo –hasta en dos oportunidades porque se retrasó el traslado del féretro desde la sala hasta el coche fúnebre–.
A diferencia del cortejo de 2010, los músicos se adelantaron y no acompañaron el traslado para instalarse en la parroquia, donde despidieron el duelo con El adiós a la vida. Como hace 15 años, Hermoso siguió la senda que se fijó con Adán.
Suscríbete para seguir leyendo