La Corriente Atlántica, más conocida por sus siglas en inglés AMOC, es uno de los mayores sistemas de transporte de calor a través del mar que hay en el planeta. Es una corriente que lleva en superficie agua cálida procedente de los trópicos hacia el norte, llegando hasta el sur de Groenlandia y el oeste de Gran Bretaña. Una vez allí, esta agua se enfría y se sumerge hasta los 2.000 o 3.000 metros de profundidad para regresar a su punto de partida. Su influencia sobre el clima mundial, y específicamente sobre el europeo, es tremenda, pues lo mantiene en un equilibrio constante. La mala noticia es que está frenándose y podría llegar a detenerse del todo, alterando drásticamente las temperaturas del planeta.
Todos los estudios científicos que estudian el comportamiento de la AMOC son contundentes: esta gran corriente se está debilitando, y ello cambiará radicalmente clima europeo, donde las temperaturas se desplomarán hasta alcanzar, por ejemplo, los -19ºC en Londres o los -30ºC en Escocia, según un informe que acaba de conocerse. Y es que el cambio climático que causa este debilitamiento de la corriente no solo es responsable de calentar, sino también de enfriar excesivamente allí donde no debería. Es la total alteración de nuestro clima.
El climatólogo alemán Stefan Rahmstorf, experto en la AMOC / Agencias
España sufrirá también las consecuencias de la paralización de la AMOC, que según los expertos puede producirse dentro de este siglo. De momento, ya se está frenando. Recientemente, el gurú de la AMOC, el climatólogo alemán Stefan Rahmstorf, pronunciaba una conferencia en Madrid en la que afirmó que la corriente atlántica “está condenada y morirá lentamente”.
Enfriamiento en el norte de Europa, calentamiento en el sur
Sin embargo, la forma en que España notará los efectos de esta situación podría no ser un enfriamiento, sino un calentamiento. Y es que, según las declaraciones del experto recogidas por el portal Climática, “está relativamente claro que, en general, el norte de Europa tenderá a enfriarse”. Ahora bien, “el sur de Europa se calentará, lo que significa que la brecha de temperatura en toda Europa será mucho mayor”. De hecho, afirmó que la ralentización de la AMOC “ya está teniendo impactos en países como España”.
El hecho de que las olas de calor en esta parte de Europa se hayan disparado en relación a otras zonas del planeta es consecuencia de que un Atlántico norte más frío tiene como efecto la llegada de aires más cálidos en la parte sur de Europa, aunque a primera vista pueda parecer una contradicción.

Esquema de la Corriente Atlántica o AMOC / Agencias
De momento, según Rahmstorf, es que los datos recogidos por los científicos indican que actualmente la AMOC ya está en su punto más débil de los últimos 1.000 años. Y, aunque se ignora en qué momento puede paralizarse, todo indica que podría ocurrir antes de acabar el presente siglo, desencadenando consecuencias nefastas en Europa.
Ya se ha frenado un 15%
Otro indicio que indica que el proceso ya ha comenzado es la salinidad superficial del mar, que ha descendido abruptamente en los últimos 20 años. Los cálculos realizados indican que su fuerza se ha frenado un 15% por el momento, lo que provoca un mayor deshielo en Groenlandia y el Ártico.
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Recientemente, se dio a conocer la existencia de una ‘mancha fría’ en el Atlántico Norte, donde el mar, en vez de calentarse, se está enfriando. Se trata de una anomalía que, precisamente, se explica por la alteración que está sufriendo la Corriente Atlántica. Eso sucede porque la AMOC, al debilitarse, transporta menos calor al Atlántico Norte.
Son claros indicios de un proceso que ya está en marcha y que solo puede atenuarse con una rápida eliminación de las emisiones contaminantes a la atmósfera, causantes de esta situación.