La nueva vieja mugre española

Una de las aportaciones más señaladas al acervo de la cultura universal es cierta clase de mugre muy española y mucho española: la picaresca. En su versión menuda fue ilustrada en relatos de muertos de hambre por nuestros genios clásicos; esa picaresca era casi en legítima defensa: Lázaro de Tormes, Rincón y Cortado, y tantos otros. Postales casi enternecedoras. Andando el tiempo, como todo lo malo, fue agrandando su costra de mugre. Ya no era el hambre, sino el relumbre, el querer más, la avaricia para darse la vida padre, madre y muy señor mío. Incluso para ir colocando a la familia, o la banda, o la tropa, porque no se sabe cuándo, pero cabe poca duda de que los vas a necesitar. No se mete uno en la cloaca sin saber cosas así, hay ya demasiada literatura, demasiada historia divulgada como para no saberlo. Ya irán saliendo.

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