Una reforma migratoria, aumento del número de policías y rebaja de impuestos. Estos son los principales anuncios que el primer ministro de Portugal, Luís Montenegro (centroderecha), realizó este martes durante la presentación del programa de su nuevo Gobierno en el Parlamento, un requisito necesario para que su Ejecutivo pueda entrar plenamente en funciones, después de que su coalición de centroderecha, AD, ganara las elecciones del 18 de mayo.
Montenegro indicó que entre las prioridades de su gabinete están «invertir en la autoridad de las fuerzas de seguridad, reforzar los medios al servicio de la prevención y garantizar la eficacia de la justicia penal». «En ese sentido –siguió–, hasta final del año prevemos el inicio de funciones de cerca de 1.500 agentes en la GNR y la PSP (Guardia Nacional Republicana y Policía de Seguridad Pública), de los que el 70% serán guardias y agentes y el 30% oficiales, sargentos y jefes».
En materia migratoria, Montenegro explicó que van a aprobar «en los próximos días» una propuesta de revisión de la Ley de Nacionalidad, así como la alteración de la Ley de Extranjeros, «con implicaciones en la limitación del acceso a la reagrupación familiar y la simplificación del proceso de repatriación de inmigrantes ilegales«. También su Gobierno va a volver a poner sobre la mesa la creación de una unidad de extranjeros y fronteras en la PSP.
En el plano económico, Montenegro anticipó que en las próximas semanas el Consejo de Ministros va a decidir la reducción en más de 500 millones de euros del impuesto sobre la renta (IRS en portugués) para este mismo año. También insistió en su meta de reducir la burocracia y de llevar a cabo una reforma del Estado para que sea más efectivo y simplificar los procedimientos.
En política exterior, Montenegro reiteró el objetivo de su Ejecutivo de llegar al 2% del producto interior bruto (PIB) de gasto en defensa y señaló que Portugal continuará con su «apoyo firme a Ucrania».
Mención de paso a la corrupción
La única y escueta mención que el primer ministro hizo a la lucha contra la corrupción fue cuando enumeró los 10 ejes de su programa, pese a que su anterior Gobierno cayó después de perder en marzo pasado una moción de confianza en el hemiciclo, motivada por la existencia de una empresa en manos de su familia que habría recibido pagos de compañías en las que el primer ministro habría trabajado en el pasado. Tras perder ese voto de confianza, convocó elecciones anticipadas en mayo, en las que ganó la coalición de Montenegro, que ha pasado de 80 diputados a 91, seguido del ultraderechista Chega, que logró 60 escaños, y el Partido Socialista (PS), que perdió 20 asientos y se quedó con 58.
El primer ministro destacó asimismo que el programa presentado incluye 80 propuestas de los partidos de la oposición y manifestó su voluntad de que haya «un diálogo constructivo» con el resto de formaciones, ya que, avisó, su intención es completar la legislatura de cuatro años.
Durante su intervención en la Cámara, el líder de Chega, André Ventura, reivindicó su condición de segunda fuerza e instó a Montenegro a que deje de buscar alianzas con el Partido Socialista. En concreto, sobre la cuestión migratoria, Ventura animó al Gobierno a acabar con la reagrupción familiar de los migrantes y no solo limitarla. El primer ministro respondió que en Portugal «hay familias migrantes integradas, bien integradas, así como estudiantes migrantes». «Es bueno para nuestra economía y bueno para el desarrollo del país», añadió.
Por su parte, el diputado socialista José Luís Carneiro, único candidato a la secretaría general del partido tras la dimisión de Nuno Santos como consecuencia de la debacle electoral, garantizó que su fuerza no obstaculizará que el Gobierno de Montenegro asuma plenamente sus funciones y que harán una «oposición responsable, firme, constructiva y alternativa».