El corazón de Teherán experimenta un vacío inusual, con numerosos comercios clausurados, incluido el emblemático Gran Bazar, un fenómeno que remite a momentos de protestas contra el régimen o al punto álgido de la pandemia de coronavirus.
Las carreteras que conectan la capital con el oeste muestran un tráfico colapsado, con vehículos avanzando lentamente. Muchos ciudadanos parecen encaminarse hacia las costas del mar Caspio. En las estaciones de servicio de Teherán, las filas de automóviles se extienden notablemente.
El gobierno de Irán sostiene que la situación permanece bajo control, pero evita proporcionar directrices claras a la población sobre cómo proceder.
Fuentes de medios estatales reportan la muerte de tres personas y heridas a otras cuatro tras un ataque israelí contra un puesto de control cercano a la ciudad de Kashan, en el centro del país. No se precisa si las víctimas eran civiles o militares.
Por otro lado, la cadena estatal IRIB confirma que tres trabajadores de su sede en Teherán murieron en un ataque israelí ocurrido el lunes. “Tres empleados de la estación de televisión murieron y otros resultaron heridos en el ataque israelí”, declara el canal.