La mayoría absoluta del PP en el Senado será la herramienta clave para Alberto Núñez Feijóo en esta legislatura. El líder conservador, que lleva días asegurando que su partido utilizará todos “los recursos a su disposición” para combatir al Gobierno de Pedro Sánchez si saca adelante su investidura, tiene claro desde el 23J que la Cámara de resistencia de su formación tendrá que ser esta. Para ello ha ido encargando informes a sus principales colaboradores. El veterano Javier Arenas, designado portavoz de manera temporal hasta que las estructuras sean las definitivas, ha tenido el cometido de ir explorando todas las fórmulas de acción que podrá poner en marcha el PP en los próximos meses.
Según explican fuentes populares, el objetivo de Feijóo al nombrarle nunca fue que ejerciera como un portavoz al uso y, de hecho, el andaluz tampoco intervino en el pleno del Senado de este martes. Su encargo es otro: organizar, poner en orden, valorar escenarios, e informar al líder popular de las opciones que existen en la Cámara Alta para exprimir al máximo la labor de oposición teniendo en cuenta que el Congreso está dominado por Sánchez y sus socios.
Y, de hecho, la portavocía en el Senado por ahora sirve para que Arenas se siente los lunes en el comité de dirección de Génova donde da cuenta de los siguientes pasos que se irán dando.
El dirigente, que lo ha sido todo dentro del PP y al que muchos siguen considerando como “imprescindible” para orientar al partido internamente aunque esté fuera de foco y en otro registro, cuenta con la confianza de Feijóo. A él se suman los otros puntales claros en el Senado: el presidente, Pedro Rollán, cuya posición institucional le compromete pero que tiene una interlocución constante con Feijóo y, sobre todo, Javier Maroto, vicepresidente primero en la Mesa, y que también asesora y da opinión al líder gallego. Ya compartió escaño durante meses como portavoz con Feijóo.
En la Cámara Alta, igual que en el Congreso y en el partido, insisten en que la metodología del gallego no ha cambiado desde que desembarcó en Génova. Su equipo gallego confirma que en la Xunta siempre fue así también: informes, muchos informes, todo por escrito, y con información exhaustiva.
Feijóo quiere tener todos los datos y las opciones posibles antes de tomar cualquier decisión. Y así está funcionando también en el Senado ahora, donde ya sin escaño, mantiene muchas esperanzas en el freno que puede suponer para el Gobierno a lo largo de los próximos años si la legislatura echa a andar.
La pretensión de utilizar la Cámara Alta como ariete contra el Ejecutivo tendrá su primer ejemplo este jueves con el desfile de presidentes autonómicos del PP, que colectivizarán la respuesta a la negociación de la amnistía en bloque.
El anuncio de Pere Aragonès de que acudirá les obliga a compartir foco con el ‘president’, pero los populares están convencidos de que es el PSOE el que “se queda colgado de la brocha”. La idea de los conservadores será denunciar de manera coordinada los agravios que se van a producir con sus comunidades por las alianzas de Sánchez con los independentistas y los nacionalistas en Cataluña y el País Vasco. Muy especialmente con los primeros, teniendo en cuenta que lo que está encima de la mesa afecta a los políticos y funcionarios implicados en el procés.
En el PSOE no son ajenos a la presión que el PP quiere volcar en el Senado. Y, de hecho, los socialistas de la Cámara Alta avanzan que la comisión general de CCAA “puede ser solo el principio”, anticipándose a la batería de acciones que Feijóo quiere impulsar a través de su mayoría absoluta.
En el caso del jueves, los tres presidentes autonómicos del PSOE; el asturiano Adrián Barbón, la navarra María Chivite y el castellano manchego Emiliano García-Page han declinado asistir. Page sí fue muy duro este lunes con la amnistía que su partido está negociando con Junts y ERC al asegurar que traerá “desigualdades” que terminarán “pagando generaciones futuras”. Pero la oposición a la amnistía solo es una pequeña parte. Feijóo tiene en la cabeza muchas más iniciativas.
En el Senado también están pendientes de los cambios en la estructura que planifica el líder popular. Como avanzó este diario, serán “cambios profundos” en los que Feijóo quiere promover nuevas caras (habrá salidas y entradas), pero manteniendo a sus personas de máxima confianza que le han acompañado todo este tiempo. En la Cámara Alta la idea inicial y en la que está volcado su equipo más cercano es que la portavocía la ocupe una mujer, teniendo en cuenta la elección de Rollán para la presidencia. Pero no está decidido.
La búsqueda de perfiles en esa línea limita las posibilidades y en Génova insisten en que las decisiones no están tomadas “y son cambiantes” en función de cómo encaje el rompecabezas entero. El gallego busca un equilibrio de veteranía y novedad.