Silvia Alonso y Álex González, los protagonistas de ‘Ladrones: la tiara de Santa Águeda’, la nueva serie de Disney, se tienen que enfrentar a Emilio Villegas, un adinerado magnate, para hacerse con su jugoso botín. Lo interpreta Asier Etxeandia, que ya ha dado vida a otros villanos como el temido Romeo de ‘Sky rojo’.
Su personaje parece que está por encima del bien y del mal con todo el dinero que tiene.
Sí, es un ganador con una absoluta seguridad en sí mismo, con muchísimo poder, un tío muy inteligente que es un estratega y un gran manipulador, pero que no lo va a aparentar nunca. Es un gran vividor y un disfrutón de su lujo, pero con zonas muy oscuras y terribles que tiene que ocultar. Porque está claro que, para tener tanto dinero, algo has tenido que hacer…
Él es la víctima del robo, pero el público empatiza más con los ladrones. Eso denota mucho cómo es este Emilio Villegas.
Creo que la gente que está a su lado es por interés, no tiene muchas personas en las que confiar. Sobre todo, la gente que tiene es más por miedo a él que por cariño. Vamos más con los ladrones porque el personaje de Silvia es el que cuenta su periplo en primera persona. Además, empatizamos con ellos porque Emilio Villegas merece ser robado.
¿Qué ha sido lo más difícil de hacer de Emilio Villegas?
No, me ha resultado fácil. Es un personaje que está basado en el disfrute, la autoestima y la tranquilidad, así que no ha sido un viaje difícil para mí. Quizá aguantar temperaturas muy altas, humedad, muchas horas de rodaje… Pero vamos, que peor es la mina.
¿Dónde rodaron?
En Madrid, Málaga y República Dominicana, y en pleno verano. Hacía mucho calor, había mucha humedad y, de repente, lluvias torrenciales. Pero bueno, era un paraíso igualmente, ojalá pudiera estar haciéndolo toda la vida.
¿Le resulta divertido hacer de malo?
Depende de qué malo, porque cada personaje es muy diferente a otro. Y lo de ser el malo es algo muy genérico. Yo venía de hacer de Romeo en ‘Sky rojo’, que no tiene nada que ver con Emilio Villegas, cuando los dos son los villanos de la historia. En ese sí había una dificultad, incluso un trastorno, porque era bastante oscuro. En cambio Emilio vive en la tranquilidad y en el derroche, en el humor y en la absoluta seguridad.
’Ladrones’ es una serie de aventuras. ¿Le gusta el género como espectador?
Si tiene calidad, por supuesto que sí. Yo soy un gran fan de Indiana Jones, de ‘Los Goonies’, ‘La joya del Nilo’ y ‘El secreto de la pirámide’, una película que me encantaba cuando era pequeño.
¿Qué ha aprendido gracias a su personaje en la serie?
Que el dinero no da la felicidad. Aunque ya lo sabía. A ver, ayuda mucho, pero no te convierte siempre en alguien apetecible.
Asier Etxeandia, en el centro, en ‘Ladrones: la tiara de Santa Águeda’ / LANDER LARRAÑAGA / DISNEY+
Dice que de pequeño quería ser santo. ¡Pensaba que querría ser actor!
Bueno, es que yo estudiaba en un colegio de curas y tenía unos libros que heredé de mi abuela, de mi ‘amama’ Clara, que era sorda y ciega, que me crió. Eran unos tebeos que había, como los ‘X-Men’ pero de santos. Se llamaban ‘Vidas ejemplares’. Los leía de pequeño y cada tebeo era de un santo y los milagros se contaban casi como superpoderes. Luego se me fue pasando. Yo siempre he querido ser actor, artista, yo creo que por la posibilidad de empatizar y de ser otras personas. Para mí, desde pequeño, el juego era eso, inventarme que era otra cosa.
Ha hecho teatro, musicales, cine, muchas series… ¿Qué ha significado la televisión en su carrera?
A mí las series y la televisión me han dado muchísimo oficio. Es en lo que más he trabajado y en lo que más he conseguido, lo que me ha permitido juntar un trabajo con otro. Las series las puedes compaginar y te permiten poder vivir, te dan dinero para hacer otras cosas, incluso proyectos propios, como es el caso de Mastodonte (su grupo musical). Gracias a las series y a ‘Velvet’ pude pagarme mi primer disco creando mi propia discográfica. Así que le debo mucho. Me ha dado grandes compañeros y ha sido la mayor escuela de todas.
¿Ha llegado a un punto de su carrera en el que ya no necesita hacer ‘castings’? ¿Que ya le dan el papel porque quieren que lo haga usted?
Depende. Hay gente que te llama directamente porque te ven para el personaje desde el principio y hay productoras que necesitan probarte. Yo sigo haciendo ‘castings’, y lo entiendo. No solo sirven para que te escojan, sino que en una película o en una serie hay mucha pasta y tienen que saber con quién trabajan. Y yo también tengo que hacer el ‘casting’ para saber con quién voy a trabajar. En esa prueba voy a conocer al director, voy a ver si hay buena química, si voy a ser capaz de defender ese personaje… Porque quizá me doy cuenta de que no es para mí. La verdad es que no me cogen mucho en los ‘castings’.
¿De verdad?
Bueno, en algunos sí. Me cogieron en ‘La novia’, en ‘Dolor y gloria’ con Almodóvar… Pero me doy cuenta de que voy bastante más seguro cuando me dicen: Asier, te queremos para esto. Pero claro que sigo haciendo ‘castings’. Los hacemos todos.

Miguel Ángel Silvestre, Enric Auquer y Asier Etxeandia, en ‘Sky rojo’ / NETFLIX / TAMARA ARRANZ
¿En este caso ya le llamaron para hacer de Emilio?
Sí. Al principio dudé un poco, porque venía de hacer Romeo en ‘Sky rojo’ y volvía a ser otro villano. Pero tuve una videollamada con Inma (Torrente, la directora junto a Alejandro Bazzano), con los guionistas y los productores, y me tranquilizaron explicándome cuál era el tono y la intención del personaje. Así que me convencieron, porque creo que era muy diferente a lo que había hecho antes. Emilio Villegas está hecho desde la luz, y venía de Romeo, que es algo muy oscuro y bastante más psicópata.
¿Compensa trabajar en una profesión en la que dependes tanto de la valoración de otros y en la que hay épocas de mucho trabajo pero no sabes cómo será al año siguiente?
¡Haber elegido muerte! Está claro que esto lo haces por amor. Yo me dedico a esto porque me salvó la vida en un momento dado, y me la sigue salvando. Como todos los trabajos, hay partes oscuras y difíciles. Psicológicamente te puede afectar de muchas formas, pero tienes que estar preparado y tener la herramienta engrasada para poder enfrentarte a ello y poder seguir trabajando. Yo no creo que exista ninguna parte oscura en esta profesión que pueda eliminar mi amor hacia ella.
¿Como sobrelleva los periodos en los que no hay trabajo?
Pues me invento algo. En mi caso, los momentos de crisis han sido de los que más he aprendido y donde más creativo he estado, donde más me he arriesgado a hacer cosas que, en un lugar de confort, no me atrevía. He arriesgado mi autonomía, mi salud mental, mi emocionalidad… Y casi siempre me ha salido bien, porque era lo que tenía que contar como artista. Si no hubiese tenido ese parón, ese vacío y ese miedo, esa sensación de que ya no me quieren, seguramente no hubiese tenido ese motor de querer contar algo mucho más profundo.