«Hay algunos jueces que están haciendo cosas difíciles de entender», ha asegurado la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La ministra ha hecho una defensa cerrada del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz, que está a un paso de ser sentado en el banquillo por el Tribunal Supremo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado orden de apoyarle aunque se termine sentando en el banquillo acusado de revelación de secretos.
Alegría ha usado esa fórmula medida para criticar al juez Ángel Hurtado, pero con mucho cuidado para no ir más allá cuando fue preguntada si eso supone acusar al magistrado de dictar resoluciones injustas, es decir, de prevaricación.
Ha asegurado que su expresión sobre las decisiones “difíciles de entender” es “prudente pero suficientemente explícita”, sin ir más allá cuando se le preguntó si estaba acusando al juez de prevaricación. No ha querido pronunciarse sobre las palabras del ministro Óscar Puente asegurando que hay jueces que actúan por motivación política y haciendo oposición al Gobierno.
“No hay ninguna prueba directa de que el fiscal general filtrara nada y, al contrario, hay un número importante de declaraciones de periodistas de diferentes medios que declararon bajo juramento que tenían la información muchas horas antes y no fue el fiscal general quien les filtró y esas declaraciones se han tirado a la basura y no se han tenido en cuenta”, ha asegurado Alegría.
Ha negado “rotunda y categóricamente” que el Gobierno diera instrucciones al fiscal general para que filtrara el correo en el que el novio de Isabel Díaz Ayuso negociaba admitir la comisión de un delito fiscal.
La portavoz ha insistido en que el auto del juez Hurtado no es firme todavía y ha insistido en que el Gobierno “tiene máxima confianza en la inmensa mayoría de los jueces”. Y también hacia el fiscal general que, según ha dicho, “persiguen los delitos”.