Es posible, muy posible, que la gente, la crítica, los aficionados al motociclismo consideren que hay pilotos, campeones, más preocupados, inquietos, desolados y/o desesperados que el tricampeón italiano Francesco ‘Pecco’ Bagnaia. Puede, sí.
Por ejemplo, el madrileño Jorge Martín, actual campeón del mundo de MotoGP, flamante fichaje de Aprilia, que no ha podido completar aún un solo gran premio y, encima, ya le ha anunciado a su equipo que, finalizada esta temporada, le vaya como le vaya, dejará la factoría de Noale y cambiará de equipo (dicen que se va a Honda) porque le ha cogido miedo a esa modo. No le gusta. Y punto. Otra cosa es que los italianos le dejen irse, que no está claro.
Otros ejemplos
Por ejemplo, todos los pilotos de KTM, liderados por el prometedor murciano Pedro Acosta, bicampeón del mundo, que ya les ha dicho a los austriacos que o se dan prisa en proporcionarle una moto ganadora o él tampoco piensa esperarse toda la vida a ser campeón. Curiosamente, tanto ‘Matinator’ como el ‘tiburón de Mazarrón’ tiene como representante a Albert Valera.
Por ejemplo, el campeón francés Fabio Quartararo, que ha visto como Yamaha ha mejorado (a una vuelta), pero que también les ha dicho a los dueños de la fábrica de los diapasones que “amo este proyecto, pero si no funciona pronto, me buscaré uno que ya esté más avanzado para volver a pelear por el título”.
«La relación con Marc sigue siendo estupenda, muy buena, pero Marc no me puede ayudar a solucionar mis problemas. Él se ha adaptado muy bien y rápidamente a esta moto y yo, cada vez que quiero hacer lo que hace él con ella, me es imposible»
En efecto, hay varios ejemplos, sí, pero es que estamos hablando del hombre, del profesional, del piloto que ha sido bandera, hasta ahora, de la fábrica más poderosa y, sobre todo, la que posee la mejor moto (de calle) de la parrilla de MotoGP. Bagnaia, que el año pasado ganó 11 grandes premios (de los de verdad, el domingo), perdió el título a manos de Martín. Y, de pronto, la firma de Borgo Panigale le ficha, por sorpresa, al mismísimo Marc Márquez, ocho veces campeón del mundo. Y la historia de la última década le cae encima al piloto de Turín, de 28 años, así, de pronto, y penetra en su cabeza, instalándose como principal fuente de preocupación.
Y no eso, no, Márquez es el mejor, con mucha diferencia, en la pretemporada. Y se convierte en ganador desde el minuto uno de Mundial. Lleva 10 triunfos en 15 carreras y lidera el Mundial, con 27 puntos más que su hermano Àlex y 84 más que Bagania, es decir, más de tres victorias. Y, justo, cuando se acaba de superar solo el primer tercio de temporada.
Francesco ‘Pecco’ Bagnaia sale del taller de Ducati, en Motorland, para subirse a su Ducati. / ALEX FARINELLI
Bagnaia, que de esas 15 carreras solo ha ganado una, el GP de EEUU y porque Marc se fue al suelo cuando dominaba con facilidad en su circuito preferido, Austin (Texas), no entiende lo que le ocurre, no comprende la Ducati 2025, que es casi, casi, idéntica, a la 2024. ‘Pecco’ lo explica todo de forma muy sencilla y, sobre todo, muy sinceramente. Si algo tiene el turinés es que es un señor y nunca, jamás, miente, ni en beneficio propio.
“El problema es el mismo desde el primer día de pretemporada: no tengo ‘feeling’ (confianza) con esta moto, no me adapto, no me dio, no voy cómodo, no puedo correr con el estilo de toda mi vida. ¿Por qué?, sencillo: no me fio del tren delantero, no puedo frenar tarde al llegar a las curvas y si no freno tarde, si la moto me obliga a frenar mucho antes e irme largo, no me sale el tiempo y no puedo competir”, repitió el sábado después de su mayor desastre de la temporada, al acabar 12º, a 14 segundos de su compañero Marc, es decir, ‘Pecco’ perdió, en 11 vueltas, más de un segundo por vuelta, una barbaridad.
«En la ‘quali’, en la vuelta loca que he hecho para meterme en segunda fila (4º), la moto se me ha cerrado en cuatro curvas y por poco me voy al suelo las cuatro veces. Y, en la última vuelta de la carrera, he decidido ‘venga, aprieta y veremos qué ocurre’. ¿Sabe qué ha ocurrido?, que se me ha cerrado seis veces»
Bagnaia explicó que los ingenieros ducatistas, liderados, cómo no, por Gigi Dall’Igna, están tratando de ayudarle. “Me dicen que pronto encontrarán una cosita que me hará ser feliz, volver a ser el de antes, pero pasan los grandes premios y la solución no llega. He tratado de utilizar la puesta a punto de Marc, la de ‘Diga’ (Fabio Di Giannantonio, piloto estrella del equipo de Valentino Rossi), he analizado las telemetrías de los seis pilotos de Ducati y no hay manera. Por tanto, he decidido dejar de mirar a los demás y trabajar con los míos para salir de este socavón”.
Cuando El Periódico le preguntó si trabajar conjuntamente con Marc le puede ayudar, Bagnaia fue aún más contundente: “La relación con Marc es excelente, muy, muy, buena. El problema es que Marc se ha adaptado como un guante a esta moto y yo, no. El problema es que yo he intentado hacer lo que hace Marc con mi moto y es imposible, totalmente imposible. Dije y es cierto, que Marc sería capaz de ir rápido, muy rápido, con un tractor y yo tengo que tener la moto a mi estilo, de lo contrario no me sale el tiempo”.

Francesco ‘Pecco’ Bagnaia, en una de sus vueltas a Motorland. / ALEX FARINELLI
Bagnaia insiste que el problema es que este año “no sé por qué, ni yo ni el equipo”, esta moto no se deja pilotar con la rueda delantera. “Y yo, la verdad, no se pilotar de otra manera. Es más, llevo toda la vida pilotando mis motos con una enorme confianza en la rueda delantera, siempre ha sido así y siempre me ha ido bien, así que es cosa de encontrar esa ‘cosita’ de la que me hablan para poder volver a ser competitivo. Yo no voy a cambiar de estilo, no puedo cambiar de estilo”.
Un último relato que completa su desesperación (deportiva): “Solo te diré una cosa. En la ‘quali’, antes de la carrera al ‘sprint’, en la vuelta loca que he hecho para meterme en segunda fila (4º), la moto se me ha cerrado en cuatro curvas y por poco, por muy poco, me voy al suelo las cuatro veces. Y, en la última vuelta de la prueba al ‘sprint’, he decidido, ‘venga, aprieta de firme y veremos qué ocurre’. Y ¿sabes qué ha ocurrido?, que se me ha cerrado seis veces. Es muy complicado, muy complicado”.