Cómo hablar de Amaral si cada parte de los alicantinos es suya

Cuando actúa Amaral, el tiempo parece detenerse. La vigencia que la formación zaragozana mantiene en el imaginario colectivo actual es un privilegio al alcance de muy pocos. La complicidad tejida durante años entre el grupo y su audiencia se ha convertido en un vínculo casi indisoluble que garantiza llenos absolutos allí donde se presentan. Inmersos en la gira de su noveno trabajo de estudio, Dolce Vita, incluyeron Alicante en su itinerario, y el público respondió con entusiasmo este sábado en el Multiespacio Rabasa, abarrotado por quienes no quisieron perderse la oportunidad de revivir himnos que han marcado a varias generaciones y descubrir sus nuevas composiciones en directo.

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