Las Fallas Municipales de 2026 llevado a cabo su particular «descoberta». Y la primera conclusión es evidente: hay un cambio completo en el concepto y en el diseño. La Fauna Fallera no fue más que una continuidad del estilo imperante en la Sección Especial: muchas figuras, alguna preeminente, pero un juego de acumulación -que tantas veces se convierte en confusión-. Ahora, «Hope» juega claramente a otro concepto: la figura única, impactante y reconocible. Para dar al proyecto ese concepto tan perdido en la plástica fallera reciente: ser «icónica».
El diseño de José Santaeulalia, que materializarán su hermano Alejandro y Vicente Llácer (los mismos que en 2025) juega, en ese sentido, sobre seguro: la (icónica) figura de Charles Chaplin, caracterizado como Charlot, en la película «Armas al Hombro» formará el frontis del monumento.
«Hope», Esperanza, es un alegato a la paz, como la película que dirigió el cómico inglés y protagonizó él mismo junto con su habitual elenco del momento en 1918 y que era una comedia sobre la Gran Guerra recién terminada. Un argumento más que adecuado en el contexto actual. «Un mensaje alto y claro de que las guerras nunca son el buen camino». Icónica porque «se usará una imagen potente, aprovechando la universalidad del personaje para que nuestra falla trascienda fronteras y pueda ser un mensaje internacional de llamamiento a la paz».
20 metros de Charlot, 27 metros de falla
No sólo se trata de plantar un Charlot gigante (aseguran que medirá 20 metros, más siete más de base), sino que tendrá su particular puesta en escena: «la pieza nace en blanco y negro desde sus pies y va tomando color conforme se acercan las flores y la mariposa de su mano». Éstas nacerán de la trasera, dos manos que liberarán corazones de vivos colores, dando la sensación de flotabilidad. Un juego que sirve para tapar la espalda del soldado y para redondear el proyecto con un juego visual. «El mensaje de la trasera habla de la esperanza de las nuevas generaciones en la cultura, la palabra y el entendimiento».
Salta a la vista que la falla municipal juega mucho más con el impacto visual y la trascendencia que el proyecto anterior. Habrá escenas, es verdad, pero se incide menos de éstas, aunque «se tratará con un toque de humor y esperanza los temas de actualidad.
La ficha técnica de la falla habla de quince ninots, lo que deja claro el cambio, sobre cinco escenas, para 27 metros de altura y una planta de 225 metros cuadrados.
«Los materiales a emplear en la elaboración de la falla serán muy diversos, pero entre ellos prima la utilización de la madera en la parte estructural, así cómo el cartón y el Neops o similar (poliestireno expandido sostenible, de origen vegetal) en la elaboración de los ninots».
«Este año había que dar un giro»
«Pensábamos que el año pasado era el tiempo de hacer una falla tradicional, clásica, pero ahora hemos arriesgado. Tocaba hacer algo totalmente diferente, con nuevos objeticos. Que la gente lo recuerde como el David de Miguel Ángel de Martínez Mollá. Que sea muy internacional, que traspase fronteras porque el mensaje es claro, directo y necesario en la actualidad. La película es el sueño del final de la guerra y viene muy bien ahora. No queremos que se vea un ninot de Chaplin, sino una figura de un hombre de veinte metros».
Sabían que se plantó en Almirante Cadarso 2024
Sabían los artistas y sabía el comité de selección que el Charlot de Armas al Hombro se reprodujo recientemente: en Almirante Cadarso-Conde Altea de las Fallas de 2024, donde también aparece, en tonos floreados, la rueda que simboliza la paz. Sin embargo, la coincidencia se consideró intrascendente, dada la universalidad de la figura y que esa falla, que tuvo que conformarse con el noveno premio, tenía el Chaplin en la cúspide, pero de poco más de tres metros de alto. La coincidencia se puso sobre la mesa, pero no se quiso descartar porque se veía muy icónica.
Estreno de Mario Pérez
La falla infantil supone el estreno en la plaza de Mario Pérez, un artista sobradamente contrastado y que hará lo que sabe hacer: una composición llena de pequeños gags. Que tendrá que dosificar bien para evitar que buena parte del talento no se pierda por el camino: la falla municipal no es ni Duque de Gaeta ni Joaquín Costa-Conde Altea ni Duque de Calabria. Es una demarcación apresurada, donde la gente presta una atención solo limitada, y con la falla protegida por un vallado. Deberán ser piezas fáciles de leer y entender.
«Valencia es mou», con diseño de Paco Camallonga, juega con dos conceptos: la movilidad -preferiblemente la sostenible- y el concepto social de moverse.
Se hablará de los vehículos, de las rutas verdes, ciclistas, taxistas, peatones, runners o personas con movilidad reducida. «Hablará de movimiento urbano y de movimiento social, de todo aquello que mueve a los ciudadanos, de moverse en los tiempos que vivimos y de movidas que hacen de València una ciudad dinámica y divertida». Una falla, pues, blanca y didáctica, como se le pide al monumento infantil.
Que para Mario Pérez es «una ilusión, un reto, que no sé si será la primera y la última, pero será un año único».
«Es de valientes»
El concejal de Fallas, Santiago Ballester, alabó los proyectos porque «rebosan creatividad, talento y sátira pero también nos lanzan mensajes que nos hacen reflexionar y darnos cuenta de que el arte fallero también es reflexivo, didáctico y necesario» y elogió a los tres artista sporque «lanzarse a plantar en la Plaza del Ayuntamiento es de valientes y de eso, en el oficio de artista fallero sabéis bien lo que significa».
El maestro mayor, Vicente Julián García Pastor, también destacó que los artistas hubiesen podido explicar in situ los proyectos al comité de selección, pero pendiente, del año próximo, de seguir puliendo el proceso.