La batalla está lejos de terminar, pero las aerolíneas acaban de obtener un buen respaldo para ganarla. El Consejo de la Unión Europea ha aprobado este jueves tirar hacia adelante un reglamento que permita a las compañías aéreas llevar a cabo una serie de prácticas muy polémicas y en plena discusión, precisamente, por considerarlas ilegales buena parte de los implicados en el sector.
Esta norma les permitiría abiertamente cobrar por subir determinado equipaje de mano a cabina, cobrar por reservar el asiento contiguo al de una persona con movilidad reducida, cobrar por rectificar datos de un billete y aumentar el tiempo de retraso que las obliga a indemnizar a un pasajero: es decir, un avión se tendría que retrasar entre 4 y 6 horas para recibir algún tipo de compensación.
Esto no quiere decir que, a partir de ahora, se empiece a trabajar en una ley en este sentido, pero sí que se va a hacer la propuesta formalmente al Parlamento Europeo, que es donde se tendrá que debatir el asunto. La ley solo entraría en vigor (previo paso por el trámite de enmiendas que podría modificarla en muchos sentidos) si este organismo la aprobara por mayoría absoluta. Es decir, que dieran su visto bueno por lo menos 361 eurodiputados.
La cuestión es que 21 de 27 Estados Miembros han votado favorablemente a que se empiece el proceso. Lo han hecho en el Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía de la UE celebrado este jueves, una reunión que ha servido para constatar posturas. España, Portugal, Alemania y Eslovenia han votado en contra. Austria y Estonia se han abstenido. Y el resto de países miembros ha votado a favor.
Reacción de los consumidores
La principal organización europea que aglutina las asociaciones de defensa de los derechos de los consumidores de los distintos países, BEUC, no ha tardado en valorar negativamente la noticia.
«Si bien el acuerdo mejoraría algunos derechos en teoría, brindando a los consumidores un mejor acceso a la información en caso de interupción, atención y asistencia, representa una reducción sustancial de otros derechos clave», advierte Agustín Reyna, director general del organismo. «Tomemos como ejemplo la indemnización: los nuevos umbrales privarán a la mayoría de pasajeros de sus derechos de compensación, ya que la mayoría de los retrasos son de entre 2 y 4 horas«, apunta en un comunicado en el que «insta» a los diputados del Parlamento Europeo a «defender los derechos clave».
Dos normas que chocan
BEUC es una de las partes que argumenta que cobrar por el equipaje de mano, como hacen compañías ‘low cost’ como Ryanair (una de las empresas que más contundentemente ha defendido lo contrario), contraviene la normativa de la Unión Europea y la jurisprudencia de los tribunales superiores de la UE, que establecen que el equipaje de mano es un elemento esencial de transporte de pasajeros. Las aerolíneas se aferran a otra norma para reivindicar su derecho a fijar sus tarifas libremente.
De ahí que el conflicto lleve años enquistado y que, ahora que el Gobierno de España se ha puesto serio con él al multar con casi 180 millones de euros a cinco aerolíneas por este asunto, y que las compañías han recurrido la pena (y aseguran que seguirán haciéndolo y llevando el asunto tan lejos como sea necesario), lo más probable es que se tenga que decidir judicialmente. A no ser que Bruselas apruebe una norma como la que se va a proponer, en función de lo pactado este jueves.
«El lobby de las aerolíneas ha logrado en Europa lo que no consiguió en España«, ha valorado, en su perfil de Bluesky, el Ministro de Derechos Sociales, Consumo y agenda 2030, Pablo Bustinduy. «Pero no está todo perdido: España y Alemania se han mantenido fuertes en la defensa del No. Este nuevo reglamento pasa ahora al Parlamento Europeo y seguiremos peleando en este nuevo escenario», ha añadido.