Las piezas van volviendo a encajar en Grifols. La compañía ha celebrado este jueves una junta general de accionistas con la que han querido escenificar la buena marcha de la farmacéutica catalana y que los puentes se van reconstruyendo entre la familia fundadora y los fondos de inversión que más en duda pusieron su gestión a raíz de las acusaciones de Gotham: en resumen, que su deuda era mucho mayor de lo que decían y que, consecuentemente, el valor de su acción era cero.
Las aguas están considerablemente más calmadas desde entonces. Prueba de ello es que Víctor Grifols Deu y Paul S. Herendeen vayan a seguir formando parte del consejo de administración, después de que la junta de accionistas haya ratificado que el primero siga allí cuatro años más y que se haya logrado el consenso suficiente para que el segundo pase a ser formalmente miembro de este consejo de administración, sin necesidad, siquiera, de votarle.
Herendeen es la persona de confianza que pusieron allí Mason Capital, Flat Flooted y Sachem Heado, tres firmas de capital que manejan en torno a un 8% de las acciones de Grifols. Fue la primera de estas compañías la que pidió, en plena resaca de las acusaciones de Gotham, que dimitiera Tomás Dagá como miembro del consejo de administración. El movimiento se entendió como una forma de poner en duda la gestión llevada a cabo por la familia Grifols hasta la fecha, ya que Dagá es el principal abogado de la empresa y hombre de máxima confianza de su núcleo duro.
Sin embargo, a las puertas de la junta de accionistas de 2025, la misma firma ha remitido una carta al consejo para felicitarles por su gestión y por la senda tomada en los últimos meses. Y así, la paz parece haber vuelto al consejo de administración de Grifols. «¡La gestión del consejo se ha aprobado con un 99% de los votos!», enfatizaba, en privado, un alto cargo de la compañía.
Nueva etapa en Grifols
Queda reforzada, así, la sensación de que la farmacéutica cierra un ciclo y abre otro. Sobre todo porque este jueves se estrena en el cargo una nueva presidenta no ejecutiva, Anne-Catherine Berner, y porque vuelven a hablar de repartir dividendos tras cuatro años sin ellos (según lo expresado este jueves, se da por sentado que lo harán ya este 2025) y de inversiones en crecimiento: pretenden levantar una nueva planta en Lliçà de Vall, un proyecto sobre el que no han dado más detalle.
La nueva presidenta no ejecutiva de Grifols, Anne-Catherine Berner, durante la junta general de accionistas / ACN
En su último discurso como presidente y miembro del consejo de administración de Grifols, Thomas Glanzmann, ha reconocido la labor de la familia Grifols (incluido Tomas Dagá) en todo lo logrado por la farmacéutica, ha felicitado al equipo por responder con “ética, integridad y resiliencia” a la “adversidad” (desde la pandemia hasta el “ataque falso y manipulador” de Gotham) y se ha referido a Berner como “la persona correcta para llevar a Grifols al siguiente capítulo”.
Ella ha asegurado, luego, que pretende seguir contribuyendo al “legado” de Grifols, a liderar la entrada en “una nueva fase importante de innovación y creación de valor” y a “garantizar” el apoyo de un comité unido ante la estrategia de Grifols.
Las cifras de 2024 y el precio de la acción
Con idéntico tono y algo más de énfasis, si cabe, a la hora de encumbrar los logros de su propia familia, se ha pronunciado Raimon Grifols Roura, vicepresidente de la multinacional. Por su lado, el consejero delegado, Nacho Abia, ha puesto el foco en las cifras acerca de 2024, especialmente en un año “particularmente complejo y lleno de retos”: haber superado la previsión de crecimiento, haber ingresado más 7.000 millones de euros en 2024, haber alcanzado el ‘ebitda’ ajustado más alto de su historia o disponer de 266 millones de euros de flujo de caja libre.
Consciente de que uno de los grandes puntos flacos de la compañía es su alto nivel de deuda, Abia ha subrayado el hito que supone, según él, tenerlo situado en unas 4,5 veces el ebitda (eso es muchísimo, pero venían de multiplicarlo por 7) y haber logrado más margen para devolver la deuda. Se ha comprometido, además, a que esto siga bajando en los próximos años. Solo espera, ha terminado, “que todo esto se vea pronto reflejado en el precio de la acción”, que este jueves seguía hoy un 33% más baja que antes de que Gotham.