El Gobierno sigue tratando de levantar un cortafuegos con el caso Leire Díez. “Nada tiene que ver con el Gobierno”, repiten en Moncloa. En el Ejecutivo se desvincularon de esta militante socialista, tildada de “fontanera” del PSOE, desde que se difundieron los audios en los que maniobra contra un mando de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que investiga casos que afectan al Gobierno. Tas su comparecencia ante los medios esta mañana, la reacción de diferentes ministros socialistas ha seguido la misma línea, buscando apartarse de lo que la titular de Ciencia y Universidades, Diana Morant, descalificó como una “especie de show televisivo”. “Ningún interés”, respondió a ser preguntada por las explicaciones de Leire Díez, quien ha solicitado formalmente su baja de militancia, para repetir que “no representa al Gobierno de España”.
Díez ha ratificado públicamente su versión sobre que estaría investigando las llamadas cloacas del Estado, con el objeto de denunciarlas en un libro, y cuyos trabajos no desempeñaría “en nombre de nadie ni en representación de nadie”. Sobre toda esta tormenta, el ministro de Transición Digital, Óscar López, ha tratado de darle la vuelta para denunciar “una estrategia premeditada por parte de la derecha de crear un ruido ensordecedor”. Es muy evidente, continuó durante una atención a los medios, de que existiría “una campaña de guerra sucia contra el Gobierno”.
El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha puesto sobre la mesa la necesidad de promover una moción de censura si los socios parlamentarios del Gobierno se suman, y convocado una manifestación para este domingo bajo el lema “mafia o democracia”. Para el que fue jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, la oposición estaría centrada en “enfangar toda la vida política y hacer un clima irrespirable” para ocultar la agenda del Ejecutivo y los datos económicos o de empleo. “No voy a contribuir a eso”, zanjó sin dejar de recordar la trama Kitchen, que “tiene que ver con una campaña orquestada con medios del Estado contra rivales políticos” y sobre la que se verían todavía “coletazos”.
Otros ministros socialistas, como Ángel Víctor Torres, se han apartado también de Leire Díez y destacado además que se trata de “alguien que no es militante”. Sobre el encontronazo vivido tras la finalización de la comparecencia de Leire Díez, a donde acudió a increparla el empresario Víctor de Aldama, presunto comisionista de la trama Koldo, prefirió no valorarlo para que “los españoles saquen sus propias conclusiones”.
Sí hizo hincapié, en referencia a Aldama, que se trata de una persona con una “situación procesal compleja”. Desde el PSOE no dejaron pasar las declaraciones de este empresario a la salida del hotel donde se produjo la comparecencia apostando porque sea el final de Sánchez “por el bien de España” y “el señor Feijóo hace lo que tenga que hacer (sic) y saque a este Gobierno del Gobierno y del caos en el que estamos”. “Víctor de Aldama, imputado en el caso Delorme y en el caso Hidrocarburos, entra en campaña para apoyar la candidatura de Feijóo en el próximo congreso del Partido Popular”, replicaba Ferraz a través de las redes sociales.
Desde el ala de Sumar, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, se ha limitado a pedir “más justicia social y menos circo”, en referencia a las escenas vividas esta mañana en un hotel de Madrid, donde se produjeron empujones entre Aldama y el empresario, también investigado y presente en la sala, Javier Pérez Dolset. Más dura ha sido la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien ha reclamado a sus socios “dar explicaciones”. “Lo que hoy vimos, permítanme que lo tilde de esperpento, y creo que merece una profunda acalaración. Ha llegado el momento de dar explicaciones”, reclamó sin citar directamente al presidente del Gobierno a quien incluso sus socios han pedido comparecer en el Congreso por este caso.