«Lo primero que hice como tutor de Bachillerato tras la dana fue llamar a mis alumnos para ver si estaban vivos. Así de duro fue. Estos chicos perdieron la esperanza, y costó mucho que la recuperaran». Habla Víctor Pérez, profesor de Matemáticas y tutor de 2º de Bachillerato del IES Andreu Alfaro de Paiporta.
Pérez se sienta en un banco en los jardines de la facultad de Informática de la Politècnica, mientras sus estudiantes se enfrentan a las PAU. De los 77 que tiene, tan solo han venido 7. La gran mayoría van a esperar a la convocatoria extraordinaria para afectados por la dana en julio.
«Ni siquiera hemos podido acabar el temario. Aunque el curso está acabado y las notas entregadas, los profesores seguimos dando clase todos los días, haciendo muchas horas extra para poder acabar los contenidos y que nuestros alumnos lleguen bien», explica.
Una estudiante afronta el primer examen de la PAU 2025 en València. / F.Calabuig
«Perdieron la esperanza»
Muchos de los estudiantes de Pérez perdieron conocidos, abuelos, y algunos incluso padres. «El ambiente era muy deprimente y costó muchísimo arrancar. Durante unos meses concentrarse para estudiar era inviable…», cuenta. Recuerda que el primer día que pudieron volver a clase presencial (aunque antes había hablado por correo con ellos) «era muy triste ver que no tenían esperanza ni ganas porque todo el pueblo estaba devastado».
«La calle era todo barro, destrucción y el ejército. Muchos perdieron sus casas y todo su material escolar. Recuerda que tenían que ir cada día a buscar comida y productos de higiene, eso destroza psicológicamente a una persona de 17 años. Estudiar era lo último que ese les pasaba por la cabeza», explica. Mientras tanto, los profesores también limpiaban y organizaban el centro logístico en el que se había convertido el instituto.
Así, sobre el papel estuvieron un mes entero sin dar clase, pero en realidad fue mucho más tiempo. «Había que comenzar muy poco a poco. No podías poner deberes ni mandar exámenes. Muchos aún estaban sacando barro de sus casas o se tuvieron que ir de la localidad».
Convocatoria especial por la dana
La solución que encontró Conselleria de Educación para tratar de paliar esta situación fue dar un mes más al alumnado de las zonas afectadas por la dana. Los estudiantes podían acogerse voluntariamente y de momento lo han hecho unos 500.
Para Pérez, esta situación no es justa ya que «hemos perdido bastante más que un mes de clase» y reivindicó que una mejor solución habría sido mantener un año más las facilidades en el examen que decaían este año. De hecho, el propio conseller de Educación, José Antonio Rovira, declaró este martes que esa era la intención de Conselleria, pero ante la negativa del Ministerio de Universidades dirigido por Diana Morant tuvieron que optar por otra solución.

Estudiantes el primer día de la PAU 2025 en la UPV. / F.Calabuig
Así, al trauma colectivo de la dana, se le sumó una PAU mucho más exigente que la del año pasado y sin facilidades, lo que implicaba que los estudiantes de este curso debían estudiar el doble de temario que el año pasado. De ahí la petición de la mayoría del profesorado de la zona cero de la dana, que el Ministerio de Universidades rechazó.
Al ser una selectividad nueva con preguntas competenciales por primera vez, los modelos de las pruebas tardaron un par de meses en llegar. La realidad para la zona cero de la dana es que, aunque los modelos llegaron en octubre, no pudieron empezar a trabajarlos hasta mediados de noviembre, más de dos meses de empezado el curso.
El alumnado ha estado a la altura
Pese a todas las dificultades, Pérez no para de elogiar a su alumnado y dice que «ha estado a la altura» de una situación dificilísima. «Ellos ya tienen las notas en la mano, y aún así deciden venir cada día y van a sacrificar la mitad de su verano por tener un futuro», reivindica el docente.
«El profesor de historia está sufriendo mucho para llegar a tiempo con todo el temario, y a mí me gustaría poder trabajar problemas mucho más complicados que los que voy a dar. No es lo ideal, pero vamos a intentar llevar lo mejor preparados posibles a nuestros estudiantes», explica el docente.
En el caso de jóvenes afectados por la dana que quieran estudiar en otra comunidad autónoma, su universidad de destino contará su PAU como primera convocatoria a efectos de matrícula para poder tener igualdad de condiciones con el resto. El único requisito será enseñar el certificado de afectado por la dana que se le generará automáticamente al alumnado que se apunte a este convocatoria de julio. Por el momento, son 500 estudiantes los que han aceptado esta posibilidad, pero la matrícula de la PAU está abierta del 16 al 20 de julio para esta convocatoria, por lo que podrían ser más.
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