“Fue un personaje único. Pasará a la historia por su labor a favor de los más desfavorecidos, pero también como un gran escritor en catalán”. El editor Lleonard Muntaner fue una de las numerosas personas que esta tarde han acudido al velatorio del cementerio de Son Valentí, en Palma, para despedirse de Jaume Santandreu, el sacerdote que dedicó su vida, tanto antes como después de colgar la sotana, a ayudar a la población más pobre de Mallorca.
Santandreu fue, sin duda, uno de los personajes más populares que han vivido en Mallorca en los últimos años y por eso la llegada al velatorio de amigos y conocidos fue constante durante toda la tarde. Acudieron a despedirse personajes de la cultura, de la política y de la religión, así como muchas personas a las que Santandreu les puso un plato de comida y les consiguió un techo para poder dormir. Fueron muchos los indigentes a los que el exsacerdote les ayudó en el momento que lo necesitaban y no quisieron perderse la oportunidad para despedirse de él.
El escritor y activista Jaume Sastre también acudió esta tarde a Son Valentí y recordó a Santandreu como un personaje “que desafió el sentido del ridículo”. Coincidieron durante muchos años en un objetivo común, que fue la defensa de la lengua catalana. “Tuvimos nuestras diferencias durante muchos años pero al final José Ramón Bauzá nos unió”, explicó Sastre, quien recordaba con cariño la huelga de hambre que protagonizó, en defensa del catalán, en la casa Llarga, el hogar que creo Santandreu para albergar a los más desprotegidos. “Guardo grandes recuerdos de esos días”.
El editor Muntaner también recordaba la calidad de los libros que escribió Jaume Santandreu, muchos de ellos publicados por su editorial, que ha editado esta semana un pequeño folleto para recordar las obras. Recordaba sobre todo la calidad de su poesía, escrita en un profundo catalán, con una gran carga sentimental. Además, “cuando escribía prosa siempre mezclaba alguna poesía. Escribió una serie de obras extraordinarias que serán recordadas durante mucho tiempo. En el mundo intelectual se le recuerda como un escritor de una gran calidad”, señaló Muntaner. Como no podía ser de otra forma el editor también recordó la faceta altruista que marcó la labor de Santandreu en su época de sacerdote. Tuvo muy claro que su misión no se limitaba a preparar las misas en la iglesia, sino que debía ser mucho más profunda. Por eso, dedicó su misión como sacerdote a cuidar de los más pobres, creando centros de acogida e instituciones sociales como Hospital de Nit, es Refugi o Can Gazà.
Santandreu vistió la sotana de sacerdote durante medio siglo, hasta que decidió abandonar la Iglesia. Esta decisión, sin embargo, no le apartó nunca de su misión de seguir ofreciendo la ayuda que necesitaban las personas que vivían en la indigencia.
Jaume Santandreu mantuvo siempre una actitud muy díscola con la cúpula de la Iglesia de Mallorca. El editor Muntaner recordó esta tarde el fuerte enfrentamiento que tuvo con el histórico obispo de Mallorca, Teodoro Úbedo, que fue muy crítico con algunas de las actitudes y las manifestaciones que realizó Santandreu, que nunca tuvo reparos en confesar su homosexualidad.
Santandreu vivió sus últimos años en la casa de Can Gazà, donde quiso morir y donde será enterrado.
El funeral se celebrará mañana por la tarde en la iglesia de Manacor. La ceremonia religiosa estará presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, que en los últimos años ha mantenido un estrecho contacto con el antiguo sacerdote.