«El Gobierno de España rechaza tajantemente las falsedades vertidas en el comunicado de la Embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no acepta insinuaciones infundadas sobre ellos». Así se ha expresado este lunes el Ministerio de Asuntos Exteriores horas después de que el Gobierno israelí, a través de su embajada en España, condenara las «vergonzosas declaraciones» de varios ministros de Pedro Sánchez.
En realidad, el Ministerio de José Manuel Albares no desmiente que Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero se hayan alineado con Hamás, sino que sus palabras deben inscribirse en la libertad de expresión y que las hacen como «representantes de un partido político». Es decir, que la posición del Gobierno en este punto es la que marca Pedro Sánchez.
«En todo caso, la posición del Gobierno de España en su conjunto con respecto a los ataques terroristas perpetrados por Hamás es clara: condena tajante, exigencia de liberación inmediata e incondicional de rehenes y reconocimiento del derecho de Israel a defenderse dentro de los límites marcados por el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario», dice la nota de Exteriores.
[El Gobierno de Israel «condena las vergonzosas declaraciones» de varios ministros de Sánchez]
El comunicado del Gobierno insiste en que ya ha expresado reiteradamente «la necesidad de distinguir a la población palestina del grupo terrorista Hamás», que hay también que «proteger a la población civil de Gaza» y que se deben mantener los «suministros básicos indispensables» para esa población.
Por eso, concluye que la «única solución viable para alcanzar una situación de paz y estabilidad en la región» es que haya «dos Estados que coexistan en paz y seguridad», en la línea con lo manifestado por Naciones Unidas.
Unos minutos antes al comunicado oficial de Exteriores, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, publicó un tuit en el que
aseguraba que denunciar el «genocidio» a los palestinos no es «alinearse con Hamás» sino «una obligación democrática».
Sin mencionar el ataque terrorista de Hamás que asesinó a más de 1.500 personas, acusó a Israel de cometer «crímenes de Guerra» por sus «bombardeos masivos, cortes de agua y luz» y por bloquear la llegada de «ayuda humanitaria».
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