El resultado de las elecciones presidenciales en Polonia, con la ajustada victoria del candidato de derecha Karol Nawrocki (50,89% de los votos) frente al centrista Rafał Trzaskowski (49,11%), ha despertado preocupación entre analistas como Jakob Suwalski, director de calificaciones soberanas de Scope Ratings, y los estrategas de ING.
Ambos coinciden en señalar que el país enfrentará mayor polarización política, tensiones institucionales y retos económicos que podrían poner en riesgo su estabilidad a largo plazo. Mientras Suwalski destaca los riesgos para la gobernanza y las perspectivas crediticias, ING advierte sobre la vulnerabilidad del zloty, la falta de avances fiscales y los desafíos estructurales que las empresas polacas deben afrontar.
Una relación más tensa con Bruselas podría lastrar la calificación crediticia del país
Según Jakob Suwalski, la elección de Nawrocki refuerza la influencia del partido Ley y Justica (PiS) sobre el poder ejecutivo liderado por el primer ministro, Donald Tusk, lo que podría profundizar las tensiones institucionales en comparación con su predecesor y dificultar el avance de las reformas esenciales.
Si bien la economía polaca mantiene fundamentales sólidos a corto plazo, su transición hacia un estatus de país de renta alta depende cada vez más de reformas estructurales, estabilidad institucional y compromiso con la UE. La fragmentación política, con un Parlamento controlado por el partido liberal y una presidencia más combativa, podría retrasar la consolidación fiscal y aumentar la presión sobre el banco central para mantener una política monetaria restrictiva ante los riesgos de inflación. Además, una relación más tensa con Bruselas podría lastrar la calificación crediticia del país.
Por su parte, los estrategas de ING reconocen que la reacción inicial del zloty ha sido moderada, pero prevén una depreciación limitada adicional, dado que parte del mercado ya anticipaba el resultado. Advierten que la evolución del tipo de cambio del PLN no dependerá solo del resultado electoral, sino también del sesgo del Banco Nacional de Polonia y su respuesta a los datos macroeconómicos. Asumen una moderación en las expectativas de recortes de tasas y un aumento en los rendimientos de la deuda a corto plazo, lo que podría estabilizar el zloty.
Asimismo, ING alerta sobre la alta polarización social, que podría fomentar tendencias populistas y mantener los desequilibrios fiscales elevados debido a gastos en defensa y políticas sociales.
Aunque consideran que Polonia tiene buenas perspectivas económicas en comparación con sus vecinos, la falta de ajuste fiscal podría traducirse en una ampliación del diferencial de riesgo y de los spreads de swap de activos, especialmente en la parte larga de la curva.
Ambos coinciden en que el crecimiento a corto plazo se mantendrá, impulsado por el consumo y la inversión pública financiada por fondos nacionales y de la UE, pero son más pesimistas respecto a la capacidad de sostener un crecimiento competitivo a largo plazo. Scope Ratings y ING destacan que la combinación de polarización política, falta de reformas estructurales y desafíos para la competitividad empresarial —exacerbados por el aumento de costes laborales, precios de energía y la competencia internacional, especialmente de China— puede comprometer la capacidad de Polonia para mantener su atractivo como destino de inversión e impulsar la innovación.