Menuda historia de amor la de Jaume y el Valencia.
Echando la vista atrás han sido doce años muy bonitos. Ha sido un honor defender este escudo y estoy muy orgulloso de todo lo que he hecho estos años defendiendo esta camiseta.
¿Qué es lo que te está costando más?
Estoy un poquito nostálgico, pero sobre todo lo que estoy es feliz. Feliz por todo el cariño que estoy recibiendo por todos mis compañeros, de todos los compañeros del club, de todos los técnicos que me han mandado mensajes y estoy muy agradecido.
¿Sientes que has dejado huella en mucha gente?
Siento que he dejado huella y estos días me lo han demostrado. La despedida en Mestalla es algo que me llevo para toda la vida.
¿Cómo se lo explicaste a tus hijos?
Les cuesta un poco más porque todavía tienen cinco años y es difícil para ellos. Ellos sienten que el Valencia es el único equipo del mundo. ¡Que solo existe el Valencia! Y yo les intento explicar que solo existe el Valencia… Pero también se puede jugar en otros equipos. Ellos están en ese proceso de entendimiento. Estoy muy agradecido a mi familia porque me apoyan en todo y en esta carrera de seguir mi carrera en un nuevo proyecto también están a ‘full’ conmigo.
Mi manera de vivir desde que me levantaba hasta que me acostaba era defender al Valencia
Has dedicado toda tu vida al Valencia. ¿Qué significa el club para ti?
No sé como expresar eso y de la única forma que puede hacerlo es decir que estos últimos doce años de mi vida mi existencia se ha basado en defender al Valencia y luchar por los intereses del Valencia, en ir cada día a dejarme la piel porque es un orgullo representar al Valencia. Para un valenciano y un valencianista, ¿qué hay más grande puede haber? Para mí no hay nada más grande que el Valencia. El Valencia lo ha sido todo para mí. Lo ha sido todo. Llegué con 22 años al filial cuando todavía era un niño. Con 22 años te crees mayor, pero eres un niño todavía. He madurado porque esta camiseta te obliga a madurar muy rápido. Para poder mantenerte tantos años necesitas ser muy fuerte, saber dónde estás y muchas cosas que tienes que saber sobrellevar. Y estoy muy orgulloso porque el Valencia me lo ha enseñado casi todo.
¿De qué te sientes más orgulloso dentro y fuera del campo?
De lo que me siento más orgulloso es de lo que se está viendo estos días, del cariño de los compañeros y la afición. Eso para mí es lo más importante. He sentido el respeto unánime de todo el mundo, la gente ha sido súper cercana y súper cariñosa conmigo y me llevo eso. Lo que siempre va a quedar y siempre permanecerá en la historia es mi nombre ligado a la Copa del 2019. Es el hito deportivo más importante que he conseguido, pero creo que llevarme el respeto y el cariño de todo el mundo es todavía más importante.
Decía Gayà el otro día que sin Jaume el Valencia no habría salido adelante estos años.
Él sabe los momentos por los que hemos pasado. Él sabe lo que nos hemos apoyado, lo que hemos luchado. Hemos estado el uno con el otro y por eso le da mucha importancia. El uno sin el otro no hubiéramos tenido tanta fuerza. Juntos hemos llegado a todos los compañeros, no hemos parado de luchar y hemos sido un apoyo constante el uno para el otro. Estamos muy orgullosos de haber conseguido cosas importantes y cuando venían malos momentos, hemos sido capaces de hacerle ver a la plantilla que teníamos el potencial para desbloquear cualquier situación y creo que ha sido muy importante y gratificante. Haber superado esta temporada y reaccionado de esa forma en la segunda vuelta me llena mucho porque parecía ya algo imposible de sacar, con el equipo último, en diciembre, el equipo quería y no se podía… Todo ese tipo de cosas no son títulos, pero son muy importantes y al final lo hemos conseguido.
Siempre se ha dicho que eras más que un portero. José y tú habéis asumido un montón de responsabilidades que en teoría no os tocaban, pero que como capitanes os las cargasteis en la mochila.
Eso es una realidad, porque al final eres un jugador. Pero al ser valenciano, valencianista y llevar tantos años… estás en tu casa. Y tú no dejas que te toquen tu casa y eso lo hemos defendido así. Todos los capitanes han sido grandes luchadores y grandes ejemplos, pero he estado muchos años al lado de Gayà y los dos teníamos la misma filosofía. Sentíamos lo mismo y la conexión era total.
Él destacó en su discurso de despedida la energía que transmitías al grupo. ¿Cómo era un día de Jaume en Paterna?
Eso él lo dice porque por ejemplo cuando hay una hora de citación, yo cuando llegan ya estoy en el gimnasio. O llegan los chavales al desayuno y yo ya estoy ‘¡Vamos chavales, vamos hoy a tope! Porque yo soy así. Tengo esa energía y mi pasión era el día a día. Yo si no me vacío cada día no siento que mejoro. Entonces, desde que me levanto hasta que me acuesto mi manera de vivir era defender y dar el máximo por el Valencia, por todo… No sé hacer las cosas de otra forma. Y se me nota. Se me nota que soy un tío muy pasional que vive las cosas intensamente y a la gente que cree en eso la enganchas. Un día que estás cansando, un día que vienes de hacer un mal partido, un día que has perdido… tener un tío al lado así te pone las pilas porque te las pone.
Cuando hablaba de responsabilidades te ha tocado ser padre de los canteranos.
Eso siempre ha sido algo innato que he tenido. Me gusta ayudar a los chavales porque los veo con un potencial brutal y muchas veces están como con dudas, incertidumbre y con inseguridades y yo creo que si alguien que tiene fuerza en el vestuario, que lleve muchos años, te da esa paz y esa tranquilidad para que seas tú mismo, creo que aceleras el proceso de crecimiento y de sentirme cómodo y más en estos últimos años que hemos necesitado tanto ese talento de la academia con esos chavales que han subido y nos han dado la vida.
Siempre es difícil quedarse con momentos, pero sin preguntarte me has hablado de la Copa.
Como hito deportivo es la Copa. Es que salió todo redondo. Fue el año del centenario, tuve partidos importantes en la Liga porque al final jugué los últimos partidos que nos metimos en la Champions… ese año se cumplieron todos los objetivos y a nivel deportivo fue el mejor.
¿Has vuelto a ver la final?
Sí, la he visto una vez en vacaciones con mi hijo que quería verla. Él vino de esa noche… después de ganarla. ¡Ese día me salió todo bien! (Ríe) Sí que es verdad sí… La vi con él, pero es que la recuerdo toda. Las sensaciones, los pelos de punta en el calentamiento, el Villamarín que lo había conquistado la afición del Valencia… Nos los comimos. Ya desde el calentamiento sabíamos que íbamos ganando. Es que lo sentíamos todos. Hables con el que hables de esa generación te lo va a decir. Es que nos veíamos capaces desde el minuto uno. Recuerdo en varios momentos del partido decir ‘podemos, ‘podemos’ y se pudo.
Vi una vez la final de Copa con mi hijo, ¡nos los comimos!
Lo guardas en el corazón, pero veo en este museo que también guardas todos los recuerdos materiales de aquella noche.
La camiseta, la bota, los guantes y la foto encima del larguero que ya forma parte de la historia mía y del club. Todo fue porque en los días previos, algún vecino de Almenara me dijo que iba a levantar la Copa y tenía que hacer como Quique que se subió al larguero. Y fue algo que me dijo, que lo pensé, pero que luego ya no tuve en la cabeza. Pero cuando me vi ahí abajo de la portería me salió innato. Fue uno de esos impulsos que me salen a a mí de ser así como soy… (ríe). Lo sentí y la verdad que es una foto icónica de la historia.
La Copa es el recuerdo bueno. ¿La destitución de Marcelino es el peor?
Es que siempre que tienes un grupo ganador y se van yendo piezas es doloroso. Cuesta mucho tener equipos ganadores. Cuesta mucho, hay mucha competencia en la élite del fútbol y siempre es doloroso cuando se van yendo compañeros y entrenadores con los que has conseguido grandes cosas.
Te podría preguntar por todos tus entrenadores, pero es que has tenido tantos. Al final eso no es un buen indicador de la salud del club.
No lo es. Normalmente los éxitos se consiguen a medio-largo plazo y para eso necesitas una continuidad y una estabilidad. Sí que es verdad que en todos los clubes no hay ese tiempo para establecer una identidad porque se necesitan resultados inmediatos y se suele cambiar de entrenador rápido.
¿Con cuál te quedas de todos?
Con uno no puedo. Puedo decirte lo que han sido muy determinantes. El primero Nico Estévez que me trajo al Valencia. Nuno que me hizo debutar y me dio mucha confianza y jugué Champions. Luego con Marcelino conseguí los mayores logros, nos clasificamos por dos años consecutivos a la Champions, ganamos la Copa, llegamos a semifinales de la Europa League… Y también quiero destacar a Rubén Baraja que llegó en un momento muy crítico al equipo en una situación muy complicado y logró salvarla. Al año siguiente hicimos una buena temporada y sí que es verdad que esta última no la empezamos bien, pero me gustaría darle valor al momento que decidió venir y sacar al equipo de una situación compleja. Y obviamente a Carlos Corberán y su staff que se han desvivido para conseguir la salvación del equipo. Llegaron en un momento muy complejo. Ningún equipo se había conseguido salvar con trece puntos y él lo hizo. En la primera charla nos dijo que había venido para sacar lo mejor de cada uno y que no iba a descansar hasta sacarlo y así lo ha hecho. Corberán y su staff han vivido en la ciudad deportiva y no te exagero. Se merecen un reconocimiento porque han trabajo mucho y lo han hecho muy bien. Estamos en las manos adecuadas para crear algo bonito de cara al futuro.
¿Es la persona que puede devolver al Valencia donde se merece?
Yo creo que sí porque es valenciano, valencianista, sabe lo que es representar este club, sabe cómo hay que tomárselo y tiene un staff muy preparado que trabaja al milímetro con trabajo extra e individualizado para cada uno. Yo creo que van a potenciar mucho a los chavales. Chavales que han rendido a un nivel muy alto en esta segunda vuelta, pero que todavía no han desarrollado su máximo potencial.
Hablamos de técnicos. Hay uno que es entrenador de porteros que te ha ayudado mucho y del que estoy seguro quieres hablar.
Sí. ‘Ochoto’ es como mi padre deportivo. Piensa que he estado más de diez años entrenando todos los días con él. Me ordenó la cabeza, me ordenó en la portería, me enseñó a entender el juego y la verdad es que le voy a estar eternamente agradecido. Lo quiero mucho, lo considero parte de mi familia. Para mí es el número uno. También quiero agradecer a Luis Vicente que fue el primer técnico del Mestalla que me preparó para lo que era la élite. También de Marcos Abad y Andoni en esta parte final. Me han puesto como un toro y si estoy tan motivado es parte de la ambición que tengo ahora por seguir compitiendo y aportar a otro proyecto toda mi experiencia y todo lo vivido en el Valencia.
Todos nos acordamos de las paradas de la final, pero ¿con cuáles te quedas tú?
Hay una contra el Eibar en Ipurua sobre la línea de meta que siempre la recordaré. Yo no he visto muchas paradas así. Fue una parada de reflejos en un remate muy cercano y fue brutal. Luego hay otras contra el Granada en casa a falta directa de Rochina, al Atalanta en la Champions, y la de Messi en la final claro… Hay muchas buenas, pero la mejor todavía no ha llegado. Todavía me queda hacerla.
¿Y entre los rivales? ¿Qué futbolista te daba más respeto?
Me gustan los retos difíciles y me ha encantado enfrentarme a todos los rivales desde la convicción de que podíamos ganarles. Nunca he sentido temor. Por nadie. Le he ganado al Madrid y al Barcelona que han sido los dos más fuertes siempre, y otras veces he perdido, pero siempre sin miedo. Respeto a todos, miedo a ninguno.
Mestalla es…
(Resopla). Mestalla es increíble. Lo mejor que tiene este club es su afición, que es lo más grande. Y luego es que Mestalla tiene una esencia especial. He hablado con jugadores que no han vestido la camiseta del Valencia nunca y lo sienten también. Sienten que Mestalla es un campo que impone mucho más que estadios de clubes que tiene más títulos. Mestalla es brutal y si hemos sido inquebrantables en la segunda parte ha sido gracias a ellos: a la afición por cómo empujan al equipo. De cara al futuro si el Valencia quiere construir algo fuerte va a necesitar a Mestalla.¿Vas a seguir yendo a Mestalla?
Seguro que sí. A mi hijo Jaume le encanta ir a Mestalla. A mi hija también, pero mira menos el fútbol. Pero les encanta a los dos. Han venido a disfrutar en los últimos años, han podido venir, los han vivido, lo han mamado, son súper valencianistas. A ver donde voy, pero cuando esté por aquí iremos de cabeza a apoyar al equipo.
¿Cuántos amigos dejas?
Muchos. De empleados del club, como fisios, readaptadores, cocineros, médicos, jardineros, me llevo amigos que son como familia y luego amigos que son compañeros de fútbol que son más conocidos como Rober Ibáñez, Cristian Portu, Dani Parejo, Martín Montoya, amigos que son hermanos como Santi Mina o Simone Zaza y muchísimos más. A Hugo Duro le tengo muchísimo cariño, Carlos Soler, Gayà… No podría decirlos todos. ¡Me dejo alguno y no quiero que se enfaden!
Uno de los que has nombrado es Gayà. Cuánto te va a echar de menos el capitán…
Piensa que cuando yo llegué al filial, yo soy mayor que él, pero ya tuvimos una conexión especial, los dos fuimos escalando juntos hasta consolidarnos en el primer equipo. Todo lo que ha vivido uno lo ha vivido el otro. Yo me he alegrado mucho por todos sus éxitos individuales y los dos nos hemos dejado la piel por hacerlo lo mejor posible para que la gente que nos rodeaba fuera capaz de sacar el cien por cien de sus posibilidades.
De jugadores del filial a leyendas del club. ¿Te esperabas llegar hasta donde lo has hecho?
No. He trabajado mucho y me he dejado la piel por ser la mejor versión de mi mismo cada día. Nunca me he puesto límites, pero nunca piensas que puedes salir de un club como el Valencia como salí el otro día en Mestalla. Es algo insuperable. No hay título que pueda superar eso.
¿Te ves algún día volviendo a trabajar en el Valencia?
El Valencia es mi casa, es mi vida y si en un futuro el Valencia cree que yo puedo aportar en alguna parcela, si me reclaman pues seguramente tendré que estar allí, pero ahora mismo es algo que no me planteo porque tengo muchas ganas de competir y seguir jugando. Quería terminar con una buena edad, en un buen momento para todo lo que he aprendido, la experiencia que tengo y lo que he entrenado poder ir a un club y ayudar de la manera que lo he hecho aquí.
Durante todo este tiempo has tenido que convivir con el descontento social con Peter Lim. ¿Cómo lo has vivido desde dentro?
No es fácil. El Valencia es un club muy exigente y siempre que no esté arriba porque la historia dice que el Valencia tiene que estar arriba. Y es verdad que no hemos tenido los resultados que un club como el Valencia debe tener. Yo desconozco toda la situación económica y todo eso, pero tanto José (Gayà) como yo como todos los capitanes que hemos estado en diferentes momentos a nuestro lado, lo que hemos intentado hacer en esos momentos de inestabilidad es cohesionar al grupo, protegerlo y alejarlo del ruido exterior y centrarnos en competir porque si no, lo que hemos sacado este año hubiera sido imposible porque cuando las cosas vienen mal hay un bloqueo y el rendimiento baja. Nosotros nos hemos enfocado en aislarnos de todo eso y sacar el mejor rendimiento posible.
¿Qué le dirías a Peter Lim si lo tuvieras delante?
Nunca me lo he planteado porque nunca he tenido la oportunidad de ese encuentro. Pero es que mi labor siempre ha sido la de proteger al futbolista, ayudar a los compañeros para que todo este tipo de situaciones de descontento, de inestabilidad o de malos resultados fuéramos capaces de darle la vuelta. Todo eso ha sido importantísimo para dejar al equipo donde esta ahora.
El Valencia pierde un portero, pero gana un aficionado.
Para toda la vida.
¿Y ahora qué? ¿Dónde te vamos a ver?
Todavía no lo sé. Vamos a tomar la decisión con mucha tranquilidad, con reflexión y cuando esté seguro tomaré la decisión correcta. Desde ya estoy trabajando con un preparador en el gimnasio que tengo en casa. Hemos diseñado un plan de trabajo, he terminado la temporada en un muy buena forma y tengo muchas ganas de competir. Me siento con mucha fuerza interior para un nuevo desafío. Tengo muchos sueños por cumplir todavía y voy a trabajar duro para cumplirlos. Estar tantos años en el club de la exigencia del Valencia te prepara para todo.
Y la última. ¿Cómo vas a sentirte con una camiseta que no sea la del Valencia?
Es algo que me va a costar adaptarme porque son muchos años defendiendo el mismo escudo, pero estoy convencido de que lo conseguiré y daré el máximo como he hecho siempre en el Valencia.