La COVID-19 vuelve a copar titulares en los medios de comunicación. Dos años después del fin del coronavirus como «emergencia sanitaria internacional», la Organización Mundial de la Salud (OMS), vigila una nueva variante del SARS-CoV-2, bautizada como NB.1.8.1, que fue identificada por primera vez en enero de este año.
Según se desprende del último informe, el número de contagios ha ido en «aumento» con una una tasa de positividad en pruebas que alcanza el 11%, niveles no observados desde julio de 2024.
El incrementos de casos se observa en países como Hong Kong, China, Egipto, Maldivas o Tailandia. Esta nueva subvariante de ómicron ha sido detectada en varios estados de EE.UU., como Virginia, California o Nueva York.
Características de NB.1.8.1
El SARS-CoV-2, desde su aparición hace cinco años, continúa evolucionando, y entre enero y mayo de 2025 se produjeron cambios en la dinámica global de las variantes del SARS-CoV-2. A principios de año, la variante más prevalente rastreada por la OMS a nivel mundial fue la XEC, seguida de la KP.3.1.1.
En febrero, la circulación de la XEC comenzó a disminuir, mientras que la de la LP.8.1 aumentó, convirtiéndose esta última en la variante más detectada a mediados de marzo. Desde mediados de abril, la circulación de la LP.8.1 ha disminuido ligeramente, a medida que aumenta la detección de la NB.1.8.1.
A pesar de esta expansión, la OMS mantiene que el riesgo actual para la población es bajo y que las vacunas existentes deberían seguir siendo efectivas. «La vacunación sigue siendo una intervención clave para prevenir la enfermedad grave y la muerte por COVID-19, especialmente entre los grupos de riesgo», explican en el informe.
La nueva variante de la COVID-19 se propaga con mayor facilidad / EFE
El doctor Francisco Moreno, señala en su cuenta de X (antes Twitter), que «la nueva subvariante NB.1.8.1 produce los mismos síntomas que las otras subvariantes de ómicron (cuadro gripal en la mayoría de los casos), ce contagia por vía respiratoria, por lo que los cuidados son los mismos y as pruebas de diagnóstico son las mismas». Con estos datos, «no hay porqué alarmarse».
Por qué preocupa a las autoridades sanitarias
La nueva variante de la COVID-19, NB.1.1.8, ha hecho saltar las alarmas por su mayor transmisión, ya que hace que el virus se propague más rápido entre la población, pudiendo afectar a los grupos más vulnerables, como personas mayores e inmunodeprimidas, y también por su evasión inmunitaria. Algunas mutaciones pueden ‘escapar’ de la protección de las vacunas, lo que puede generar casos graves en personas no vacunadas.
Sin restricciones
Basándose en la actual evaluación de riesgos de esta nueva variante del coronavirus, la OMS «desaconseja imponer restricciones de viaje o comercio». Sin embargo, siguen recomendando la vacunación en las poblaciones de riesgo, donde la tasa de cobertura es «muy baja», solo el 1,68% de las personas mayores en los 75 Estados Miembros.
«Las vacunas aprobadas continúan protegiendo contra enfermedad grave y muerte. Para mantener la efectividad, el Grupo Asesor Técnico de Composición de Vacunas COVID-19 de la OMS (TAG-CO-VAC) monitorea el impacto de la evolución viral en las vacunas», explican en el informe.
El SARS-CoV-2 «sigue circulando globalmente con aumento reciente de casos y circulación de variantes emergentes, incluyendo NB.1.8.1». Desde la OMS recalcan que la vigilancia debe mantenerse para detectar cambios en la transmisión, severidad o impacto en salud pública.