El centro de FP de La Torreta de Elche lleva un lustro con pilares apuntalados, cornisas con riesgo de caída y escaleras deterioradas que complican la accesibilidad, y la situación va a peor. Hasta el punto que la Conselleria de Educación ha instado al propio centro educativo a colocar mallas de protección en la parte superior dañada y revisar los apuntalamientos para garantizar la seguridad a los alumnos.
Intervención suspendida
Según explican desde el centro, la Administración autonómica tenía prevista una actuación de intervención este próximo mes de julio que se ha suspendido porque faltan permisos por parte del Ayuntamiento para dar luz verde, ya que el instituto, pese a estar gestionado por la Generalitat, está enclavado en un huerto histórico de palmeras de titularidad municipal afectado por la ley del Palmeral, según lo que les han trasladado los técnicos al equipo directivo.
Patronato
Como ya apuntó este diario, los asuntos que se refieren al Patronato del Palmeral, desde donde se tratan cuestiones urbanísticas, arrastran una burocracia que se puede eternizar, e incluso el Ejecutivo local ha planteado la modificación a la ley para aligerar ciertos trámites.
Actuación integral que no llega
Lo cierto es que desde que se detectaron deficiencias en el centro integrado público de Formación Profesional se viene reivindicando una actuación integral que estaba prevista dentro del Plan Edificant, financiado por la Administración autonómica, sin que hasta la fecha se diera ningún paso por parte del Consell para resolver una situación crítica que va camino de cronificarse.
Grietas en parte de los revestimientos del IES La Torreta de Elche / Áxel Álvarez
Del bolsillo del centro
Desde el centro reprueban que esta falta de actuaciones a tiempo por parte de los diferentes organismos públicos va a repercutir nuevamente en los fondos que tiene el instituto para asumir la compra de material, ya que debe ser el propio centro el que busque presupuesto de empresas y asuma la inversión para colocar redes que no solucionarán el problema, si no que servirán para dar una sensación de seguridad.
Pabellones afectados
Explican a INFORMACIÓN que todos los pabellones tienen alguna afección, en particular el 1, 2 y 3, y es que desde que se inauguraron las instalaciones en 1978 para dar cabida a cinco familias profesionales apenas se han hecho actuaciones de mejora, salvo que hace unos años se retiró el fibrocemento de las cubiertas, aunque todavía queda un pabellón con techos de este material cancerígeno.
Inversión
Tal y como han manifestado desde la dirección en los últimos tiempos, el centro ha asumido con sus propios fondos, con facturas que incluso superan los 10.000 euros, para tapar parches pero pese a que había un expediente de reparación por parte de la Generalitat no se ha ejecutado nada, con lo que el espacio, que acoge a más de 1.700 estudiantes y se ha convertido en uno de los cuatro centros punteros de FP de la provincia de Alicante, sigue sumido en un contexto de inestabilidad por el estado de sus infraestructuras.
Un ejemplo claro es que en 2023 el departamento de Educación encargado del mantenimiento de centros hizo varias visitas porque lo que empezó siendo la pérdida de azulejos de una escalera terminó descubriendo que los escalones literalmente se estaban deshaciendo, con lo que el acceso tuvo que limitarse a una segunda escalera.
Un BIC deteriorado
Cuestión a parte es el estado de la Torre de Ressemblanch, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y con lonas de protección desde hace tres años por el riesgo de desprendimientos de las almenas, como alertó el propio centro. Esta construcción del siglo XVI, que engloba el complejo educativo, también tiene pendiente la rehabilitación. Desde la Concejalía de Espacios Públicos explican que está listo el anteproyecto y que en las próximas semanas saldrá a licitación la redacción.
Musealización
La puesta a punto de la parte externa de la fortaleza, así como la futura musealización con paneles interactivos, costaría unos 30.000 euros, según la memoria valorada, y la estimación del equipo de gobierno es que las obras puedan comenzar en 2026. Eso sí, estos trabajos de recuperación deberán ir acompasados con la reforma de la calle Curtidores que, para mejorar la accesibilidad, contará con plataforma única y se retirará el carril de salida para destapar la infraestructura hidráulica de la Acequia Mayor del Pantano, todo en la línea de poner en valor estas conducciones típicas que riegan los huertos históricos.
Mirador
Ahora bien, después de que el alcalde, Pablo Ruz, anunciase hace más de un año que este edificio protegido será visitable y que incluso podría servir como mirador del Palmeral, al igual que la Torre de los Vaíllo, sigue pesando la duda sobre cómo se dará este uso al inmueble sin alterar la actividad docente del centro, teniendo en cuenta que el edificio así como la casa popular anexa están cedidas a la Conselleria de Educación y albergan despachos del equipo directivo, archivo, almacén y los sistemas de redes eléctricas del instituto, con lo que por el momento sería incompatible el acceso de turistas a este lugar de trabajo del profesorado.

Torre de Ressemblanch, en la calle Curtidores de Elche, con redes por riesgo de desprendimientos / Matías Segarra
Alternativas de espacio
Ante esta casuística, la solución pasaría por buscarles un espacio alternativo a los docentes teniendo en cuenta que la única entrada a la torre es a través de la vivienda anexa, con lo que esas dependencias también deberían reformularse. El problema está en que las infraestructuras educativas están colapsadas para desplazar esos medios a otras salas, tal y como alertan desde la dirección del centro.
Propuestas desechadas
Por otro lado, explican desde el claustro que otras posibilidades planteadas como ampliar el instituto levantando un nuevo bloque en solares próximos que se usan como aparcamiento se han negado por estar en perímetro de afección de la ley del Palmeral.
En cuanto al enfoque turístico, desde la concejalía de Educación exponen que «el centro educativo va primero» en cuanto a que tendrá que encontrarse una futura reubicación antes que ofrecer el patrimonio a los visitantes.
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