La palabra en Euskera que una vasca pensaba que existía en toda España y no se cree cómo lo dicen: "Nunca me va a salir"

Cuando una palabra forma parte de tu día a día desde la infancia, es fácil dar por hecho que todo el mundo la entiende. Eso es lo que le ocurrió a Maddi Beraza, una joven vasca que ha revolucionado TikTok al compartir un vídeo viral donde habla de varias palabras en euskera que ella creía de uso común en toda España. Entre todas, hay una que le cuesta especialmente “traducir” sin perder el alma de lo que expresa: xirimiri.

En su vídeo —que ya acumula miles de interacciones— Maddi confiesa entre risas y resignación: “Creo que se dice ‘calabobos’. También te digo, no lo sabía, lo dijeron en comentarios”. Se refiere a esa llovizna fina y persistente tan típica del norte, un fenómeno atmosférico que, en euskera, tiene su propia identidad. “Yo no sé cómo se dice xirimiri. Básicamente, cuando llueve muy poquito, pues se dice calabobos en castellano. Yo no lo sabía. Pero en euskera es xirimiri. Bueno, o sea, es como que está dentro de mí”.

El matiz que añade la lengua vasca es sutil pero profundo. “Nunca vas a decir: ‘Jo, hace calabobos’ o ‘está lloviendo’. No. Hay xirimiri”, explica. Para Maddi, el problema no es que el castellano carezca de términos, sino que la emoción que le evoca esa palabra en euskera no tiene réplica. “Nunca me va a salir”, reconoce. Y no es la única.

La comunidad que ha reaccionado a su vídeo corrobora lo mismo. “Soy catalana, ¿xirimiri no es en toda España?”, se pregunta sorprendida una usuaria. Otro comenta: “Pensaba que xirimiri se decía también en Castilla”. Para muchos, esa palabra —junto a otras como “borragoma” o “gaupasa”— no solo nombra objetos o acciones, sino que define una manera de vivir y sentir.

Ese vínculo emocional con el idioma es lo que hace que, cuando un vasco como Maddi se traslada a otra ciudad —en su caso, Madrid— y descubre que nadie utiliza esas expresiones, sienta un pequeño desencaje. “Me jode”, admite en el vídeo, con humor pero también con cierta frustración. “Xirimiri no se dice. Pero para mí es como que está dentro de mí”.

No es extraño que muchas personas no sepan que “xirimiri” tiene incluso entrada en el diccionario de la RAE, que lo define como “lluvia muy menuda y persistente”. Aun así, el uso del término se concentra en el norte de España, especialmente en el País Vasco y Navarra, donde el clima convierte el fenómeno en cotidiano.

En otras regiones se habla de “llovizna”, “chispea” o el peculiar “calabobos”, una palabra que a Maddi le suena, simplemente, inasumible. Y no es la única vasca que lo siente así. En redes sociales, cientos de usuarios han compartido experiencias similares. “Me pasa con laburtu”, “yo siempre digo amaiketako” o “no sé cómo se dice txostena en castellano”, comentan.

El vídeo de Maddi ha generado conversación no solo entre hablantes de euskera, sino también entre catalanes, gallegos y personas de otras regiones que se reconocen en esa sensación de extranjería lingüística dentro del propio país. “Me pasa lo mismo con palabras aragonesas”, apunta una joven medio vasca, medio aragonesa. Y no faltan quienes directamente piden adoptar términos como “borragoma” en toda España por su lógica y sonoridad.

Más allá del entretenimiento, el vídeo refleja una realidad cultural: la riqueza de las lenguas cooficiales en España y cómo moldean la forma de pensar, de sentir e incluso de nombrar la lluvia. Una lluvia que no cala igual cuando uno dice “está chispeando” que cuando se pronuncia con naturalidad y cariño: “Está cayendo xirimiri”.

Para quienes quieran conocer más sobre el origen de esta palabra, su uso y su relación con el clima vasco, pueden consultar artículos como este sobre el significado meteorológico del xirimiri o cómo lo recoge el propio Instituto Vasco de Meteorología.

El idioma no solo sirve para comunicarse. También es un reflejo de la identidad. Y en el caso de Maddi, cada gota de xirimiri le recuerda de dónde viene… aunque esté a cientos de kilómetros de casa.

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