El president Salvador Illa ha revelado este lunes en los primeros compases de su agenda en Japón que la Generalitat está haciendo gestiones para que pueda haber un vuelo directo entre Barcelona y Tokyo, una conexión que considera que es viable sin esperar a que haya una ampliación del aeropuerto de El Prat, una de las carpetas que el Govern tiene pendiente afrontar. Aunque todavía no hay un calendario concreto, se han producido ya contactos con algunas compañías aéreas que podrían estar interesadas. No se trata, sin embargo, de una nueva aspiración, sino de tratar de dar un espaldarazo a una ruta que ha sido anunciada desde hace más de 15 años sin que se haya llegado a concretar.
Los intentos para que pudiera ser una realidad tanto del Govern tripartit como los liderados por Junts y ERC han sido varios, pero cayeron todos en saco roto. Las aerolíneas que durante estos años llegaron a mostrar su interés, que van de Spanair a Japan Airlines, no acabaron materializando la propuesta. Ahora, Illa sí que lo ve factible y asegura que el comité de desarrollo de rutas áreas trabaja en ello, pese a evitar pillarse los dedos con una fecha. «Insisto en la necesidad de que haya un vuelo directo entre Tokyo y Barcelona. Hay el volumen de pasajeros y el interés suficiente. Se dan las condiciones de rentabilidad», ha anunciado tras reunirse con una treintena de representantes de empresas catalanas en el país nipón y mantener un encuentro con la vicegobernadora de la capital, Akiko Matsumoto.
«Hay el volumen de pasajeros y el interés suficiente. Se dan las condiciones de rentabilidad»
Hacía 17 años que un president de la Generalitat no visitaba Japón, y lo ha hecho en un contexto en que los datos dan cuenta de los vínculos cada vez más estrechos entre ambos territorios: Catalunya recibe cada año a más de 300.000 turistas japoneses y alberga 255 empresas japonesas, que representan más de la mitad de las que están afincadas en el Estado. Que haya un vuelo que conecte directamente los dos territorios, ha justificado Illa, es una «demanda» que contribuiría a reforzar las relaciones comerciales. Además, sostiene que es posible sin necesidad de que se amplía la tercera pista de El Prat. En las próximas semanas, el Govern tiene previsto pronunciarse sobre el futuro del aeropuerto, uno de los asuntos que se avecina espinoso en la relación con sus socios de ERC y Comuns, contrarios a la ampliación.
Con una treintena de empresarios
En plena guerra arancelaria auspiciada por Donald Trump, el president ha puesto el termómetro al estado de ánimo y a las demandas que hacen los representantes de empresas catalanas que tienen presencia en Japón, como Freixenet, Bodegas Torres, Codorniu, Desigual, Ficosa, Veolia, Puig, Grífols o Bonàrea, entre otras. El propósito del president en este viaje no es tanto el de captar directamente nuevas inversiones, sino ponerse a disposición para abrir paso en esta dirección en un momento en el que considera que hay que afianzar el vínculo con el mercado asiático.
El president Illa con la vicegobernadora de Tokyo, Akiko Matsumoto / Arnau Carbonell / Govern
«Ofrecemos un marco de estabilidad, un ecosistema empresarial y académico con sectores en los que podemos trabajar conjuntamente, como el agroalimentario, la automoción, el farmacéutico y el de la investigación e innovación», ha resumido Illa como parte troncal del discurso que quiere desarrollar para presentar Catalunya como atractiva para los inversores japoneses. También la gastronomía, concebida como una gran puerta de entrada de inversión. De hecho, la Agència Catalana de Turisme despliega estos días en el país nipón una misión comercial para atraer turistas por la vía del paladar. Para ello se ha organizado una cena «experiencial» de alto copete de la mano de los chefs Carme Ruscalleda y Joan Roca, ambos reconocidos con tres estrellas Michelin.