Carlos Nueno es el presidente de Teladoc Health, una empresa con sede en Nueva York e instalada en Barcelona desde 2018. Teladoc Health brinda servicios en más de 190 países en colaboración con diversas organizaciones, hospitales, sistemas sanitarios y compañías aseguradoras, con el objetivo de transformar la prestación de servicios en el sector salud.
¿Cómo de extendida está la telemedicina y cuánto ha crecido en los últimos años?
La telemedicina se popularizó especialmente con la llegada del covid, como herramienta que permitió mantener el contacto de la sociedad con el sistema sanitario. Pero realmente la telemedicina nació hace muchísimos años, como medio para atender médicamente a poblaciones que viven en zonas remotas o en lugares donde no había suficientes especialistas.
¿Sigue siendo una apuesta de futuro o algo que ya está arraigado en el presente?
La telemedicina es una realidad arraigada y creciente, debido principalmente al aumento de la población, a su mayor longevidad, a la falta de profesionales y al avance tecnológico: permite prestar servicios médicos a distancia con muchas más garantías de calidad para la sociedad. Ejemplos de esta tendencia imparable son la mayoría de los sistemas sanitarios públicos de los principales países desarrollados, como Canadá, Australia, Inglaterra, los países nórdicos o España, donde ya se gestionan millones de consultas médicas tanto de atención primaria como de especialidades de forma virtual.
«La telemedicina se popularizó con el covid, pero realmente nació hace muchísimos años, como medio para atender a poblaciones de zonas remotas o sin especialistas»
¿En qué áreas tiene mayor potencial en países como España?
España tiene una situación especialmente interesante desde el punto de vista de la necesidad de la telemedicina. En primer lugar, es un país con una densidad de población muy concentrada en grandes ciudades, lo que hace que las zonas rurales estén más tensionadas. Tiene una población longeva y además es destino de población inmigrante y turística. Por todo ello, España tiene todos los ingredientes para desarrollar modelos innovadores que permitan acercar la medicina de calidad al paciente a través de la tecnología.
¿En la atención primaria?
La atención primaria debería ser claramente una de las principales áreas, pero también el acceso a especialistas. Por ejemplo, en Reino Unido tenemos una solución utilizada en más del 40% del sistema de atención primario público llamada Consultant Connect, que permite que el médico de cabecera se conecte con el especialista en tiempo real para poder resolver dudas. En dos tercios de los casos, el paciente se evita un desplazamiento al especialista con el consiguiente ahorro en tiempo y mejora de los tiempos para el resto de pacientes en las listas de espera. Otros modelos interesantes son los centros híbridos para zonas rurales, donde, para evitar cerrar un centro médico por falta de profesionales, se dotan de servicios de apoyo vía telemedicina, de forma que el médico local tiene acceso a especialistas de forma remota. Estos modelos están creciendo de forma muy positiva en Canadá, Francia y Alemania.
Ahora mismo las consultas remotas suelen ser más comunes en la privada que en la pública. ¿Esta dinámica será la más común o hay margen de implementación en la sanidad pública?
Realmente en España hay infinidad de iniciativas, tanto públicas como privadas, donde se ha integrado la telemedicina. Tenemos varios ejemplos en distintas comunidades, donde la atención primaria ofrece acceso remoto a la población vía una ‘app’, como es el caso de La Meva Salut en Catalunya o Mi Carpeta de Salud en Madrid. En la privada existen también muchas iniciativas, principalmente ofrecidas por el sistema asegurador o por hospitales privados. En todo caso, en los últimos años ha habido un incremento muy significativo de las consultas remotas y, lejos de disminuir, han seguido creciendo y consolidándose como una herramienta complementaria al sistema presencial. De cara al futuro, lo más relevante será la integración de los sistemas sanitarios para asegurar la continuidad asistencial independientemente del canal por el cual se realice la consulta.
«En Canadá, Francia y Alemania están creciendo los centros híbridos para zonas rurales. Allí, para evitar cerrar un centro de salud por falta de profesionales, la telemedicina permite que el médico local acceda a especialistas de forma remota»
La IA está transformando muchos procesos clínicos. ¿En qué áreas de la telemedicina ve mayor potencial de aplicación de IA?
La IA es un avance tecnológico que, bien aplicado, aportará eficiencia al sistema y a los profesionales, mejorará el servicio e incluso el diagnóstico a los pacientes. Ya existen muchas aplicaciones donde la IA se está utilizando en los hospitales de España. Desde sistemas que permiten el redactado de las conversaciones entre paciente, administrativo y profesional médico, su ordenación y clasificación automática. También existen aplicaciones que mejoran el diagnóstico o prevenir enfermedades, muy especialmente en todo lo relacionado con el diagnóstico por imagen en áreas como la radiología o la dermatología. También existen aplicaciones que permiten anticipar la demanda de servicios y por tanto poder organizar los recursos del hospital de forma más eficiente. En todas estas aplicaciones es fundamental analizar muy bien los aspectos legales así como los regulatorios.
¿Un ejemplo concreto de un caso de uso ya implementado en Teladoc Health?
En nuestro caso hemos aplicado soluciones de IA en la mejora del diagnóstico dermatológico, siempre con una revisión final de un dermatólogo, así como en la mejora de la traducción médica o en la transcripción de documentación clínica.
Desde la perspectiva de Teladoc Health, ¿cómo ha evolucionado el marco regulatorio español para la telemedicina en los últimos años? ¿Qué mejoras legislativas serían necesarias para impulsar aún más el sector?
El marco regulatorio europeo regula la telemedicina de forma general, pero luego cada país ha adoptado diferentes mecanismos de regulación. En España, aunque todavía está pendiente una regulación específica, se está avanzando mucho, habitualmente a nivel de cada comunidad. La telemedicina se rige por las mismas normas que la medicina presencial. Existen modelos como el Quality Care Commision en Inglaterra que reúnen mucha experiencia y que pueden ser buenos referentes para otros sistemas. En Alemania también se ha desarrollado una legislación que ha incentivado la digitalización del sistema hospitalario, así como el desarrollo y financiación pública de aplicaciones digitales siempre que demuestren la validez clínica y su impacto positivo. En Francia el estado reembolsa la actividad de telemedicina, en especial en lo que llaman ‘desiertos médicos’; es decir, zonas con acceso limitado a profesionales sanitarios.
¿Y en España?
En general, creo que aquí tenemos un modelo que permite la innovación, pero donde falta coordinación y, sobre todo, financiación. La regulación podría ayudar a poner los incentivos adecuados para implementar la innovación tecnológica de forma más integrada. En este sentido, lo que más falta hace es la implantación de modelos escalables, compartiendo experiencias entre comunidades e incluso a nivel internacional. Una vez más, España tiene el potencial de convertirse en un país líder en tecnologías sanitarias avanzadas, por el potencial económico que significa, pero más importante aún: para la sostenibilidad del sistema sanitario.
«España tiene el potencial de convertirse en un país líder en tecnologías sanitarias avanzadas, por el potencial económico que significa pero más importante aún para la sostenibilidad del sistema sanitario»
¿Cómo valora la receptividad de la sanidad pública y de los profesionales médicos en España hacia las soluciones de telemedicina?
Los profesionales sanitarios son usuarios frecuentes de tecnología, tanto para el diagnóstico, la prevención o para el tratamiento. Un ejemplo es el despliegue de las cirugías robóticas o los dispositivos de diagnóstico por la imagen, mucho más rápido que en otros países de nuestro entorno. El uso de la telemedicina también se está imponiendo como una herramienta más al servicio del profesional. Desde la pandemia ha habido un cambio de hábitos en la sociedad de la cual los profesionales no son ajenos. Acceso más rápido y trabajo en remoto son dos realidades que han hecho que los profesionales hayan adoptado estas nuevas herramientas. Sin embargo, el grado de receptividad es directamente proporcional a dos factores clave, el tener en cuenta la compensación económica de esta actividad, así como el disponer de las herramientas adecuadas que permitan un trabajo eficiente y un acceso a la información adecuada y de forma segura.
¿Han colaborado con comunidades autónomas o centros públicos españoles? ¿Algún ejemplo concreto de proyecto?
Teladoc Health trabaja con varios sistemas públicos en todo el mundo. Desde el NHS en Reino Unido a la Seguridad Social en Francia o al sistema público canadiense. En España hemos colaborado con el sistema público en distintas comunidades. Un ejemplo en España es el nuevo servicio de teleuci del Hospital Arnau de Vilanova, en Lleida, que está conectada con el hospital comarcal del Pallars, en Tremp, a través de dos dispositivos con cámaras y pantallas que permiten que los pacientes críticos y semicríticos del Pirineo puedan ser valorados a distancia por médicos intensivistas a través de telemedicina. El objetivo es evitar derivaciones innecesarias, así como facilitar la coordinación entre profesionales en un territorio disperso como el Pirineo y especialmente afectado por la falta de sanitarios.
¿Cómo valora usted el trabajo realizado hasta la fecha en el ‘hub’ global de salud digital que han instalado en Barcelona?
Teladoc Health es la empresa líder a nivel mundial en servicios de telemedicina, con sede en Nueva York y más de 5.000 empleados. La decisión de instalar la central internacional de Teladoc en Barcelona en 2018 fue un hito para esta industria en España y en Europa. Hoy día, esta filial da trabajo a más de mil personas en España y centraliza la actividad mundial en varios ámbitos de la empresa. Con el tiempo, se han ido desarrollando nuevas tecnologías desde el ‘hub’ de Barcelona, en especial en el ámbito del ‘data science’ y la inteligencia artificial. La filial internacional del grupo ha tenido un crecimiento relevante en estos últimos años y está muy bien posicionada para atraer nuevas inversiones de cara al futuro en áreas como los dispositivos médicos, la robótica o el desarrollo de aplicaciones médicas.