Mbappé se hace de oro ante la Real Sociedad en la tarde del adiós a Modric y Ancelotti

El Real Madrid termina La Liga. Lo hace con tres puntos más tras ganar a la Real Sociedad. No era día de calculadoras, con el título en manos del Barça desde hace una semana. Era día de celebraciones, la de Mbappé, y despedidas, las de Modric y Ancelotti. [Narración y estadísticas: Real Madrid 2-0 Real Sociedad]

Mbappé volvió a marcar tras un penalti fallado para llegar a los 30 goles en Liga. Pichichi en su primera temporada en el Madrid y seguramente Bota de Oro tras superar a Gyokeres. Solo un póker de Salah este domingo se lo quitaría.

Se gritó casi más cada córner de Modric que el gol. El croata, titular, tocó el violín, mientras Carletto dirigió la orquesta. Un último baile de ambos en el Bernabéu. Todo el estadio se lo agradeció como las leyendas que son y serán para siempre.

El madridismo se entregó a Modric y Ancelotti. Sus nombres se gritaron como nunca cuando fueron anunciados por megafonía y una camiseta gigante con el ’10’ de Modric se desplegó en el corazón del estadio.

A la vez, de cada fondo colgó una pancarta para cada leyenda. «Gracias, Carletto» y «gracias, leyenda» se leía en ellas. Un emotivo gesto que recordó a la despedida que tuvo Toni Kroos hace justo un año y que parecía que nadie igualaría.

Sin nada en juego, tanto para el Madrid como para una Real fuera de Europa y cerrando una etapa con Imanol, la tarde fue diferente a otras. Más pendientes de cada pase de Modric. Más pendientes de cada indicación de Ancelotti.

También más pendientes de cada disparo de Mbappé, hasta que marcó. Las preferencias de cada aficionado, incluso, se pisaban y cuando el francés cogió el balón para lanzar el penalti, alguno pedía que tirara Modric.

Mbappé, virtual Bota de Oro

Lo lanzó el ‘9’, dueño ya de los penaltis. No marcó a la primera, ya que se lo paró Marrero, pero sí a la segunda en el rechace. Se quitó entonces un peso de encima tras varias ocasiones buscando el gol que le hiciera virtual ganador de la Bota de Oro.

El Madrid pasó a jugar mejor también. Se notó en la primera media hora que el plan era buscar siempre a Mbappé arriba. Lógico si no había más motivaciones deportivas. En ese rato casi sorprendió la Real, pero Lunin salvó un mano a mano a Sergio Gómez.

El 1-0 llegó casi en el minuto 40 en una pena máxima tras el aviso del VAR. El balón dio en la mano de un jugador de la Real en una acción de Arda y Melero López lo pitó tras revisar el monitor. Misión cumplida para Kylian.

Ya en la segunda parte, Mbappé lo siguió intentando para tratar de amarrar aún más el premio. La nota negativa en la tarde del Madrid: Brahim se fue ‘tocado’ del muslo. Le sustituyó Vinicius, de vuelta para el último partido de la temporada.

Ancelotti también metió en el campo a Vallejo, cuya despedida del Madrid ha pasado desapercibida. Él —a diferencia de Modric y Lucas Vázquez— ni siquiera estará en el Mundial por su contrato que acaba el 30 de junio.

En el minito 77 llegó la primera de las despedidas, la de Lucas. El ’17’, aunque su adiós no haya sido anunciado, se irá también tras el Mundial. El Bernabéu se puso en pie para agradecerle sus servicios tras crecer en la cantera y diez años en el primer equipo.

El de Curtis se acercó al fondo sur y cuando se sentó en el banquillo lo hizo con lágrimas. 

De emoción en emoción, lo de Lucas se superó con el segundo gol de Mbappé, a diez minutos del final. El francés se aprovechó de una genial asisencia al hueco de Vinicius para poner el 2-0 con un disparo que rebotó en el palo.

El adiós emotivo de Modric

Ahora sí, con el resultado decidido, nada paraba la tormenta de emociones que se iba a desatar con el cambio de Modric. El croata fue sustituido por el canterano Chema Andrés y jugadores de Madrid y Real armaron un pasillo para despedirle.

Fue un momento emocionante. El partido se detuvo y Modric fue recibido a pie de campo hasta por su amigo y fiel compañero Kroos. Un año después del adiós del alemán, le tocó al croata. Toni y Luka. Luka y Toni. Eternos.

Junto a su familia en la banda, tras haber abrazado a todos, incluido Ancelotti, Modric se derrumbaba en un mar de lágrimas. «Te quiero, Modric», le cantó el Bernabéu tras cinco minutos de aplausos. Un adiós sólo a la altura de su leyenda.

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