El MV-75 lucha contra las turbulencias políticas y militares

La 101ª División Aerotransportada será la primera en operar el MV-75, un tiltrotor que reemplazará al Black Hawk para 2030.

MV-75: El futuro del asalto aéreo comienza en Fort Campbell

El Ejército de Estados Unidos ha designado a la 101ª División Aerotransportada, conocida como los Screaming Eagles, como la primera unidad en operar el MV-75, un avanzado tiltrotor que reemplazará al icónico helicóptero UH-60 Black Hawk. Anunciado por el general James Mingus, subjefe del Estado Mayor del Ejército, durante la conferencia de la Asociación de Aviación del Ejército de Estados Unidos en Nashville el 14 de mayo de 2025, este hito marca un paso crucial en el programa Future Vertical Lift (FVL). El MV-75, basado en el prototipo V-280 Valor de Bell Textron y Lockheed Martin, promete transformar las tácticas de asalto aéreo con su velocidad, alcance y versatilidad. Las primeras entregas están previstas para 2028, con el objetivo de alcanzar la plena operatividad en 2030.

El MV-75 es un tiltrotor de despegue y aterrizaje vertical capaz de alcanzar velocidades superiores a 320 millas por hora (515 km/h), significativamente más rápido que el Black Hawk, cuya velocidad operativa es de 183 millas por hora (295 km/h). Con un alcance de 800 millas náuticas (1.482 km), puede transportar hasta 14 soldados y una tripulación de cuatro, superando la capacidad del Black Hawk tanto en personal como en carga. Su diseño permite transiciones rápidas entre vuelo vertical y horizontal, lo que facilita operaciones en entornos hostiles. El general Mingus destacó que “este avión cambia la geometría del combate terrestre”, subrayando su capacidad para proyectar fuerzas rápidamente en terrenos amplios y sin infraestructura fija.

La elección de la 101ª División Aerotransportada, con base en Fort Campbell, Kentucky, responde a su historial como unidad pionera en tácticas de asalto aéreo. La división, que opera bajo condiciones austeras y en entornos disputados, comenzará a recibir el MV-75 en los batallones 5º y 6º de la 101ª Brigada de Aviación de Combate. Las pruebas iniciales en Fort Campbell ayudarán a desarrollar tácticas y doctrinas para el nuevo avión, sentando las bases para su adopción en otras unidades. El brigadier general Travis McIntosh, subcomandante de apoyo de la división, expresó orgullo por liderar esta transición, destacando que Fort Campbell es el lugar ideal para entrenar e implementar esta tecnología de vanguardia.

El MV-75 surge del programa Future Long-Range Assault Aircraft (FLRAA), que en diciembre de 2022 seleccionó el diseño de Bell sobre el SB>1 Defiant de Sikorsky y Boeing. Este contrato, valorado en hasta 70 mil millones de dólares a lo largo de su ciclo de vida, refleja la importancia estratégica del proyecto. El avión, designado oficialmente como MV-75 en mayo de 2025, rinde homenaje al año 1775, fecha de fundación del Ejército de Estados Unidos. La “M” indica su carácter multimisión, mientras que la “V” denota su capacidad de despegue vertical. Aunque el prototipo lleva el nombre V-280 Valor, el coronel Marty Meiners, portavoz de la 101ª División, indicó que el nombre final del avión aún está “por determinar”.

Datos clave del MV-75 para el asalto aéreo moderno

  • Velocidad máxima: 320 mph (515 km/h), casi el doble que el Black Hawk.
  • Alcance: 800 millas náuticas (1.482 km), ideal para operaciones de largo alcance.
  • Capacidad: 14 soldados más 4 tripulantes, con mayor carga útil que el Black Hawk.
  • Designación: MV-75, donde “M” es multimisión y “75” homenajea el año 1775.
  • Entrega inicial: Previstas para 2028 en Fort Campbell, Kentucky.

El programa Future Vertical Lift y los desafíos del MV-75

El MV-75 es un pilar del programa Future Vertical Lift (FVL), iniciado en 2009 para reemplazar el envejecido inventario de helicópteros del Ejército de Estados Unidos, incluyendo el UH-60 Black HawkCH-47 ChinookAH-64 Apache y OH-58 Kiowa. Los intensos despliegues tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 aceleraron el desgaste de estas plataformas, algunas con diseños de más de 50 años. El FVL buscó introducir tecnologías avanzadas, como tiltrotores y sistemas no tripulados, para mantener la superioridad aérea en conflictos futuros, especialmente en regiones como el Pacífico, donde la velocidad y el alcance son críticos.

A pesar de su impulso, el FVL ha enfrentado obstáculos. El programa Future Attack Reconnaissance Aircraft (FARA), destinado a reemplazar el OH-58 Kiowa, fue cancelado en febrero de 2024 tras una inversión de 2 mil millones de dólares. La decisión, anunciada por el general Randy George, jefe del Estado Mayor del Ejército, se basó en lecciones de la guerra entre Rusia y Ucrania, que demostraron la vulnerabilidad de helicópteros tripulados frente a drones y misiles portátiles. Esta cancelación generó dudas sobre la viabilidad de otros componentes del FVL, aunque el Ejército ha desmentido rumores de recortes en el programa FLRAA.

UH-60

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, en abril de 2025, anunció un “reequilibrio transformacional” de las capacidades aéreas del Ejército, priorizando sistemas no tripulados y reduciendo la dependencia de helicópteros tripulados. Esta directiva incluye una reestructuración de las formaciones de helicópteros de ataque y su integración con enjambres de drones. Aunque el MV-75 sigue siendo una prioridad, las reformas de Hegseth buscan acelerar su entrega, potencialmente para 2028, mediante cambios en los procesos de adquisición. Estas medidas reflejan la urgencia de modernizar las fuerzas ante amenazas emergentes.

El MV-75 también está diseñado para uso en misiones de operaciones especiales. A principios de mayo de 2025, el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos confirmó modificaciones en el diseño para aumentar su capacidad de carga, facilitando su conversión para las necesidades de la 160ª Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales, que actualmente utiliza variantes MH-60M del Black Hawk. Esta flexibilidad reduce la necesidad de modificaciones extensas, optimizando costos y logística.

El legado del Black Hawk y la transición al MV-75

El UH-60 Black Hawk, fabricado por Sikorsky, ha sido un pilar del Ejército de Estados Unidos desde su entrada en servicio en 1979. Con más de 5.500 unidades producidas para el ejército estadounidense y 36 países, ha participado en todos los conflictos militares de Estados Unidos desde la invasión de Granada en 1983. Su versatilidad para misiones de asalto, evacuación médica, búsqueda y rescate, y operaciones especiales lo ha convertido en un símbolo de confiabilidad. El suboficial jefe Barry Sledd, de la 7ª División de Infantería, destacó que el Black Hawk es “como el Huey en Vietnam: todos confían en él”.

A pesar de la llegada del MV-75, el Black Hawk seguirá operativo durante años. Jay Macklin, director de desarrollo de negocios de Sikorsky, destacó que la “confiabilidad y asequibilidad” del Black Hawk lo mantienen como una opción viable, reduciendo riesgos mientras el MV-75 se integra. El Ejército opera actualmente unos 2.000 Black Hawks, y su transición será gradual, con el MV-75 reemplazando inicialmente una porción significativa de la flota. La familiaridad de las tropas con el Black Hawk, respaldada por décadas de experiencia, contrasta con los desafíos de adoptar una nueva plataforma.

La 101ª División Aerotransportada tiene una relación histórica con el Black Hawk, habiéndolo utilizado desde su introducción en 1979. La división, activada en 1942 y apodada Screaming Eagles, es la única unidad de asalto aéreo del Ejército, conocida por su capacidad de proyectar fuerza rápidamente. Su papel en operaciones como la invasión de Irak en 2003, donde realizó el mayor asalto aéreo de la historia, refuerza su idoneidad para liderar la transición al MV-75. Sin embargo, tragedias recientes, como el choque de dos Black Hawks en 2023 que dejó nueve soldados muertos en Fort Campbell, subrayan los riesgos de las operaciones aéreas y la importancia de tecnologías avanzadas como el MV-75 para mejorar la seguridad.

El MV-75 enfrenta el desafío de ganarse la confianza de las tropas y asegurar el apoyo del Congreso, que supervisa el presupuesto del FVL. Su diseño modular, que permite adaptaciones para diversas misiones sin necesidad de construir nuevos aviones, es un argumento a favor de su viabilidad económica. Sin embargo, la cancelación del FARA y las críticas sobre la vulnerabilidad de los helicópteros tripulados han generado escepticismo. El Ejército deberá demostrar que el MV-75 puede operar eficazmente en entornos dominados por drones y sistemas antiaéreos modernos.

Contexto estratégico y modernización del Ejército

El MV-75 no es solo un reemplazo del Black Hawk, sino una respuesta a la evolución de la guerra moderna. La guerra entre Rusia y Ucrania ha resaltado la letalidad de los drones y la necesidad de plataformas más rápidas y resistentes. El Ejército está reestructurando sus unidades de aviación para integrar sistemas no tripulados, como el Future Tactical Unmanned Aerial System (FTUAS), junto con el MV-75. Esta combinación busca maximizar la flexibilidad operativa en escenarios de alta intensidad, particularmente en el Indo-Pacífico, donde las distancias y las amenazas antiaéreas exigen mayor alcance y velocidad.

El Pentágono también contempla la adopción del MV-75 por otros servicios, como la Marina o la Fuerza Aérea, lo que podría reemplazar hasta 25 tipos de helicópteros y aviones de ala fija. Su capacidad para misiones de evacuación médica, transporte intra-teatro y asalto táctico lo hace versátil para múltiples ramas. La inversión en el FLRAA, con un valor proyectado de 65 mil millones de euros (70 mil millones de dólares) incluyendo posibles ventas militares extranjeras, subraya su importancia económica y estratégica.

La transición al MV-75 representa un punto de inflexión para el Ejército de Estados Unidos. Mientras el Black Hawk seguirá volando, el tiltrotor promete redefinir la movilidad en el campo de batalla. La 101ª División Aerotransportada, con su legado de innovación y su base en Fort Campbell, está lista para liderar este cambio, pero el éxito del MV-75 dependerá de superar las turbulencias políticas, presupuestarias y tecnológicas que enfrenta el programa Future Vertical Lift.

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