La USAF considera un F-16 Block 80 furtivo y asequible como complemento al costoso NGAD para mantener la superioridad aérea en el Pacífico.
F-16 Block 80: una solución asequible frente a amenazas en el Pacífico
La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) explora opciones para mantener la supremacía aérea en un entorno geopolítico cada vez más tenso, especialmente en el Indo-Pacífico, donde China refuerza su capacidad militar. Aunque el programa Next Generation Air Dominance (NGAD), liderado por Boeing y recientemente respaldado por el presidente Donald Trump, promete un caza de sexta generación denominado F-47, su alto costo y largo desarrollo han llevado a la USAF a reconsiderar el veterano F-16 Fighting Falcon. En mayo de 2025, el jefe del Estado Mayor de la USAF, general David Allvin, mencionó ante el Senado la posibilidad de desarrollar una versión avanzada, el F-16 Block 80, como un caza ligero, asequible y con capacidades furtivas para complementar el NGAD y enfrentar amenazas inmediatas.
El F-16 Block 80 surge como respuesta a la necesidad de un avión adaptable, capaz de producirse en grandes cantidades y con costos significativamente menores que los estimados para el F-47, cuyo precio por unidad podría superar los 300 millones de dólares. Allvin destacó un enfoque “sistémico” que prioriza la flexibilidad y la actualización continua, inspirado en la filosofía del F-16: simplicidad, eficacia y versatilidad. “Necesitamos capacidad y cantidad para dominar en un conflicto en el Indo-Pacífico, junto con cazas menos sofisticados que los de sexta generación”, afirmó Allvin en una audiencia en mayo de 2025, respondiendo al senador Tom Cotton, presidente del Comité de Inteligencia del Senado.
La discusión sobre el Block 80 no es nueva. A finales de 2024, Allvin ya había planteado la idea de un caza ligero que garantice superioridad numérica frente a adversarios como China, cuya Fuerza Aérea ha presentado prototipos de sexta generación, como el J-36, en 2024. La USAF busca una plataforma que combine las capacidades furtivas del F-35 Lightning II con la agilidad y bajo costo del F-16, permitiendo operaciones en entornos contestados sin depender exclusivamente de plataformas costosas como el NGAD o el F-35, cuyo programa ha enfrentado críticas por sobrecostos.
En septiembre de 2024, la Base Aérea de Luke, en Arizona, cerró su programa de entrenamiento para pilotos de F-16, marcando un hito tras casi cinco décadas como centro clave para este caza. Este cambio refleja la transición de la USAF hacia el F-35A como su principal avión de combate. Sin embargo, el cese de la capacitación en Luke no implica el abandono total del F-16, ya que Lockheed Martin, fabricante del avión, mantiene líneas de producción activas para clientes internacionales, especialmente con el F-16 Block 70/72, que incorpora radares de barrido electrónico activo (AESA) y suites avanzadas de guerra electrónica.
Datos clave sobre el F-16 Block 80 y su rol estratégico
- Capacidades furtivas: El Block 80 integraría tecnologías de reducción de firma radar, similares a las del F-35, para operar en entornos de alta amenaza.
- Producción masiva: Diseñado para fabricarse en grandes cantidades, garantizando superioridad numérica frente a adversarios como China.
- Costos reducidos: Su precio por unidad sería significativamente menor que los 300 millones de dólares estimados para el F-47.
- Flexibilidad operativa: Podría operar de forma autónoma o pilotada, integrándose con drones Collaborative Combat Aircraft (CCA).
- Adaptabilidad: Su diseño modular permitiría actualizaciones rápidas para contrarrestar nuevas amenazas tecnológicas.
Desafíos y viabilidad del F-16 Block 80 en la estrategia de la USAF
La propuesta del F-16 Block 80 enfrenta varios obstáculos. Allvin señaló en su declaración ante el Senado que la viabilidad del proyecto depende de la capacidad de la industria de defensa, particularmente de Lockheed Martin, cuya línea de producción del Block 70/72 está saturada por pedidos de exportación hasta finales de la década. “Tendría que evaluar qué puede hacer la base industrial y cómo integrar una variante de exportación en nuestros sistemas”, explicó Allvin, subrayando la necesidad de estudiar ajustes para alinear el Block 80 con los estándares de la USAF.
El Block 70/72, actualmente en producción en Greenville, Carolina del Sur, ya incorpora mejoras significativas, como el radar APG-83 SABR y sistemas de guerra electrónica digital. Sin embargo, el Block 80 requeriría avances adicionales, como un diseño con mayor furtividad y posiblemente la integración con drones CCA, que la USAF desarrolla para acompañar cazas tripulados como el F-35 y el futuro F-47. Estos drones, fabricados por empresas como General Atomics y Anduril, están diseñados para misiones de inteligencia, ataque y señuelo, reduciendo el riesgo para pilotos en entornos hostiles.
El interés en el Block 80 también responde a preocupaciones presupuestarias. El programa NGAD, con un contrato inicial de 20 mil millones de dólares para la fase de ingeniería y fabricación, ha generado dudas sobre su sostenibilidad, especialmente tras una pausa en 2024 ordenada por el entonces secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, debido a restricciones financieras y la necesidad de reevaluar requisitos operativos. La USAF destinó 3.3 mil millones de dólares en su presupuesto de 2025 para el NGAD, de los cuales 2.7 mil millones se enfocan en el caza tripulado y 557 millones en los CCA.
En contraste, un F-16 Block 80 podría ofrecer una solución más inmediata y económica. La USAF no planea adquirir nuevos F-16 directamente, pero la experiencia de Lockheed Martin en la producción de variantes avanzadas para aliados como Bahrein y Eslovaquia sugiere que adaptar el Block 70/72 al Block 80 es técnicamente factible. El desafío radica en equilibrar las demandas de exportación con las necesidades domésticas, así como en financiar el desarrollo de un avión que, aunque más barato, requeriría inversión significativa para incorporar tecnologías furtivas y de mando y control.

Contexto estratégico: la carrera por la supremacía aérea en el Indo-Pacífico
La reconsideración del F-16 Block 80 se enmarca en la creciente rivalidad con China, que ha acelerado el desarrollo de su aviación militar. En 2024, China sorprendió al mundo con el vuelo de su prototipo de sexta generación, el J-36, seguido por el J-50, ambos diseñados para misiones de superioridad aérea con capacidades furtivas, largo alcance y sistemas de mando avanzados. El general Kenneth Wilsbach, jefe del Comando de Combate Aéreo, advirtió en marzo de 2025 que los cazas chinos están diseñados para contrarrestar las defensas aéreas y sistemas de guerra electrónica de Estados Unidos, lo que subraya la urgencia de modernizar la flota de la USAF.
El teatro del Indo-Pacífico plantea desafíos únicos. Las vastas distancias y la escasez de bases aéreas requieren aviones con gran alcance y capacidad de carga, características que el NGAD prioriza pero que el F-16 Block 80 podría complementar con mayor agilidad y disponibilidad. La USAF también explora conceptos como el Agile Combat Employment, que implica operar desde bases dispersas para evitar ataques enemigos, un escenario donde un caza ligero y versátil como el Block 80 sería ideal.
La integración con drones CCA es otro factor clave. La USAF planea que estos sistemas no tripulados trabajen en equipo con cazas tripulados, asumiendo roles de alto riesgo. Allvin aclaró que los CCA de primera generación no reemplazarán a cazas como el F-16 o el F-15E, sino que los potenciarán, especialmente en misiones en el Pacífico, donde la superioridad numérica y la capacidad de operar en entornos electrónicos hostiles serán cruciales.
El futuro del F-16 Block 80 sigue siendo incierto. Aunque la USAF no ha confirmado un programa formal, las declaraciones de Allvin y el contexto estratégico sugieren que la idea gana tracción como una solución pragmática frente a los elevados costos del NGAD y la rápida modernización de China. La capacidad de Lockheed Martin para adaptar su línea de producción y la disposición del Congreso para financiar un nuevo caza ligero determinarán si el F-16, un ícono de la aviación militar, puede renacer como un contendiente furtivo en la carrera por el dominio del aire.