Según una nueva perspectiva de los especialistas en enfermedades infecciosas, las posibilidades de que el virus de la fiebre amarilla se globalice solo han aumentado con cada década que pasa: un reciente resurgimiento de casos en África y las Américas ha preocupado seriamente a los expertos por su futura propagación a la región de Asia y el Pacífico. De acuerdo a los expertos, el mundo corre claramente un alto riesgo de sufrir una epidemia o pandemia de fiebre amarilla.
Un estudio publicado en la revista npj Viruses ha encendido las alarmas en la comunidad científica internacional al advertir que las condiciones globales actuales podrían facilitar una pandemia de fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por mosquitos que, históricamente, ha causado estragos en África y América Latina.
La fiebre amarilla, transmitida principalmente por el mosquito Aedes aegypti, ha sido responsable de brotes mortales en África y América Latina durante siglos, según informa Science Alert. Aunque el desarrollo de una vacuna eficaz en la década de 1930 y las campañas de erradicación del mosquito redujeron significativamente su incidencia, recientes brotes en África y América indican un resurgimiento del virus.
Aumento de factores de riesgo
Según el equipo liderado por el especialista en enfermedades infecciosas Duane Gubler, de la Universidad Nacional de Singapur, varios factores contemporáneos están elevando el riesgo de una pandemia de fiebre amarilla. De acuerdo a un artículo publicado en News Medical, los investigadores señalan que la urbanización sin precedentes, el aumento del tráfico aéreo internacional y la ampliación de los hábitats de los mosquitos están multiplicando el riesgo de propagación geográfica del virus de la fiebre amarilla.
En 2019, más de cuatro mil millones de personas viajaron internacionalmente, y un estudio de 2016 encontró que 60 millones de personas no vacunadas viajaron hacia o desde países endémicos de fiebre amarilla a áreas infectadas con mosquitos portadores del virus.
Además, si el virus de la fiebre amarilla se introduce en un país permisivo, la enfermedad podría ser inicialmente mal diagnosticada como dengue, algo que retrasaría las medidas de contención. Este riesgo se ve agravado porque los casos tempranos o leves de fiebre amarilla pueden parecerse a otras infecciones por flavivirus, y la inmunidad cruzada complica el diagnóstico de laboratorio.
Asia-Pacífico: una zona vulnerable
Aunque la fiebre amarilla no ha tenido brotes en la región Asia-Pacífico, los científicos advierten que esta área es particularmente vulnerable debido a sus grandes y densas poblaciones, y al aumento de los viajes globales. La preocupación sobre la posible propagación de la fiebre amarilla a esta región fue planteada por el epidemiólogo H.R. Carter hace un siglo, y los autores del estudio enfatizan que muchas de sus preocupaciones son ahora más urgentes que nunca.
Referencia
Yellow Jack: a modern threat to Asia-Pacific countries? Duane J. Gubler et al. Nature (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s44298-024-00079-5
El estudio también destaca que la mayoría de los países con presencia de mosquitos portadores de fiebre amarilla carecen de la infraestructura de salud pública necesaria para controlar eficazmente los mosquitos, distribuir rápidamente vacunas o manejar un aumento de casos clínicos. Como resultado, una gran epidemia de fiebre amarilla podría causar caos en un país no endémico.
A pesar de la disponibilidad de una vacuna que proporciona protección de por vida, la oferta limitada sigue siendo un problema importante. Los autores del estudio hacen un llamado urgente para mejorar la distribución de vacunas y los esfuerzos de control de mosquitos, para prevenir un posible brote masivo que podría superar el impacto del coronavirus.