Mireia Arana, estudiante barcelonesa de 18 años, ha finalizado este mes de mayo el bachillerato. Pese a tener el camino abierto hacia la universidad, no ha dudado en matricularse en un ciclo formativo de grado superior de Productos Farmacéuticos. La joven descubrió su vocación en una asignatura optativa. “En vez de estar encerrada en una clase, prefiero hacer fórmulas en el laboratorio. Me encantaría trabajar en la industria farmacéutica”, explica.
A Arana le ha convencido el hecho de que «se dedican más horas a las prácticas en empresas que a la teoría» durante el segundo año del grado superior. “Estaré ya preparada para trabajar, y si encajo en la empresa, me podré quedar”, afirma con ánimo.
«Mucha gente perdida»
La joven muestra una determinación poco habitual: “Buena parte de mis compañeros no tiene claro qué hacer. Se suele pensar que ya se verá… Nos hace falta más asesoramiento de los profesores, hay mucha gente perdida que no sabe qué hacer”.
La Formación Profesional se está revalorizando en toda Europa, según la OCDE. Muchos centros de FP lo viven en propia piel. El Instituto Escola del Treball de Barcelona, el mayor centro de educación postobligatoria en España, ha pasado de 2.900 a 3.300 alumnos en los últimos cuatro años.
El subdirector del Institut Escola del Treball de Barcelona, Sergio Gómez. / Macarena Pérez
Mayor demanda
“La demanda de FP en el centro casi se ha duplicado desde 2019, especialmente en informática, bioindustria y gestión financiera. Algunos ciclos, como Administración y Finanzas o Fabricación de Productos Farmacéuticos, han multiplicado por nueve y por tres sus solicitudes, respectivamente”, explica el subdirector del Instituto Escola del Treball, Sergio Gómez.
Gómez confirma que muchos alumnos eligen su ciclo formativo guiados por el nombre, como ocurre con Mecatrónica. “Existe una clara preferencia por los sectores tecnológicos frente a los ámbitos más vinculados a la industria tradicional. Algunos estudios con alta empleabilidad siguen siendo poco conocidos”, señala. La demanda empresarial sigue sin cubrirse en especialidades como mantenimiento industrial, energías renovables, fabricación mecánica e informática. “Nos piden alumnos para contratarlos y no podemos ofrecerlos. Todos los que se gradúan en estos ciclos tienen el empleo asegurado”.
Orientación
Para cubrir estos perfiles profesionales, “falta una orientación adecuada desde las etapas educativas de Primaria y Secundaria que refuerce la visibilidad de sectores con alta demanda laboral, así como sectores emergentes vinculados a la industria 4.0. Debe visibilizarse la FP como una opción real, de prestigio y de continuidad”, señala el subdirector.
Asimismo, Gómez constata un aumento de las preinscripciones de alumnos de bachillerato, que antes se dirigían a la universidad, en ciclos de grado superior. “Empiezan a trabajar y acceden luego a la universidad estando ya en activo”, explica. “Muchos grados universitarios convalidan materias, y el alumnado procedente de FP que accede a estudios superiores lo hace con una sólida experiencia práctica, un amplio conocimiento técnico y un valioso bagaje laboral”.
Convergencia
Con 26 años ejerciendo como profesor, Gómez también imparte clases para estudiantes de ingeniería en la Escola d’Enginyeria de Barcelona de la UPC (EEBE) como profesor asociado. Conocedor de los dos ámbitos, considera que “la universidad está incorporando progresivamente metodologías propias de la Formación Profesional, como las estancias en empresa en modalidad dual y el aprendizaje basado en proyectos. Sin embargo, pese a esta evolución, difícilmente alcanzará el nivel de aplicabilidad y orientación práctica que caracteriza a la FP.”