Por mucho que los titulares digan: “Alicante al borde de un nuevo récord de empleo”, la realidad es menos optimista. Aunque se crean más empresas y aumenta la afiliación, la mayoría de los nuevos empleos son de baja cualificación y sueldos bajos. Mientras tanto, Alicante pierde cada año miles de jóvenes cualificados, la industria se desploma, el PIB per cápita cae en picado y la inversión en innovación es la mitad que en Valencia.
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