Este domingo por la tarde, la localidad pontevedresa de Rodeiro fue escenario de una tragedia natural cuando un rayo alcanzó a un grupo de vacas, causando la muerte de 27 animales.
Con la llegada de una tormenta, los encargados de la granja se desplazaron para recoger a las vacas y llevarlas de vuelta. Mientras cruzaban cerca de un poste transformador, un rayo cayó sobre la infraestructura, descargando su energía hacia la tierra. La descarga eléctrica mató a las vacas al impactar en el suelo.
Julia Méijome, esposa del dueño de la explotación ganadera de Quintá, fue quien acompañaba a las vacas en ese momento. Aunque el impacto fue devastador para los animales, ella logró sobrevivir. «El trueno fue tremendo, un gran susto», comentó Méijome, quien aún está conmocionada por lo sucedido. La mujer considera que sus botas de goma fueron clave para salvarle la vida, ya que estas protegieron su cuerpo de la descarga eléctrica.