Ángela de Miguel, presidenta de CEOE-Cepyme Valladolid y candidata oficial respaldada por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, arrebata la presidencia de Cepyme a Gerardo Cuerva con 246 votos. Es el punto y final de un proceso electoral plagado de acusaciones cruzadas e informes jurídicos que se ha alargado durante los últimos cinco meses y que ha conseguido reforzar el liderazgo de Garamendi al frente de CEOE, ya que, con esta victoria de De Miguel, el presidente de CEOE ha mermado las posibilidades de que Cuerva pueda disputarle el cargo en las próximas elecciones presidenciales de la patronal de las empresas.
Cuerva ostenta la presidencia de Cepyme desde 2019, cuando relevó a Garamendi, y fue reelegido en 2021 con los avales de más de la mitad de las organizaciones miembro de la patronal de pymes. La relación entre ambos se ha enfriado con el paso de los meses, algo que ha repercutido directamente en el proceso electoral para escoger al presidente de la organización.
Fuentes de Cepyme aseguraron en su momento que Cuerva quiso limitar el voto en las elecciones para reducir al máximo las «multiples presiones» ejercidas desde CEOE y relacionadas con el uso de patirmonio sindical, a nombre de la patronal presidida por Garamendi. La reforma del voto se retiró antes de la celebración de las elecciones, pero Garamendi buscó a una candidata oficial respaldada por él, De Miguel, para disputar el cargo a Cuerva.
Respaldo de las grandes empresas
Además de estar arropada por Garamendi, De Miguel contó con el respaldo de ATA y de las principales patronales, como la madrileña CEIM, la catalana Foment del Treball o la valenciana CEV. Otros nombres que han apoyado a la candidata han sido el presidente de Confemetal, José Miguel Guerrero, o el de Ceaje, Fermín Albaladejo.
En su programa, la nueva presidenta de Cepyme defiende otorgar a Cepyme «una voz más fuerte y representativa» que encarne la realidad de las pymes, sus sectores y territorios, e incorporar a todas las mesas de negociación la eliminación de las trabas burocráticas como una prioridad irrenunciable. Durante los próximos cuatro años abogará también por una fiscalidad justa, promover la internacionalización y digitalización de las pequeñas y medianas empresas y garantizar el acceso a la mejor financiación, así como deszarrollar condiciones que faciliten la retención del talento.
Por último, y además de denunciar la morosidad estructural, De Miguel expone en su programa que promoverá una cultura a favor de la empresa en España y reforzará el asociacionismo empresarial como herramienta de defensa de los intereses de las pymes.