China integra el misil PL-17 en la bahía interna del caza J-35

El caza furtivo J-35 de China ahora porta el misil PL-17 en su bahía interna, fortaleciendo sus capacidades de combate aire-aire de largo alcance.

Avance de China con el J-35 y el misil PL-17

China ha revelado un desarrollo clave en su programa de aviación militar: el caza furtivo de quinta generación J-35 ahora puede transportar el misil aire-aire de largo alcance PL-17 en su bahía de armas interna. Este avance, reportado por fuentes especializadas en defensa, mejora significativamente las capacidades de combate del J-35, permitiéndole realizar operaciones aire-aire de largo alcance mientras mantiene su perfil furtivo. La integración del PL-17 en la bahía interna asegura que el misil no comprometa la baja detectabilidad del caza frente a radares enemigos, un factor crítico en enfrentamientos modernos.

El J-35, desarrollado por la Shenyang Aircraft Corporation, es un caza bimotor diseñado para complementar al J-20, el principal avión furtivo de China. Inspirado en el diseño del F-35 estadounidense, el J-35 está orientado a misiones polivalentes, incluyendo combate aire-aire, ataque a tierra y guerra electrónica. La incorporación del PL-17, un misil de última generación, refuerza su rol como plataforma de superioridad aérea. Según el South China Morning Post, esta capacidad se demostró en pruebas recientes, aunque no se especificaron fechas exactas ni ubicaciones de los ensayos.

El PL-17, fabricado por la China Aerospace Science and Industry Corporation, es uno de los misiles aire-aire más avanzados del arsenal chino. Con un alcance estimado de 400 kilómetros, supera a muchos misiles occidentales equivalentes, como el AIM-120D AMRAAM de Estados Unidos, cuyo alcance máximo ronda los 180 kilómetros. Equipado con un radar activo de búsqueda y guiado por satélite, el PL-17 puede atacar objetivos a gran distancia, incluyendo aviones de combate, bombarderos y plataformas de vigilancia como los AWACS. Su diseño optimizado permite su integración en la bahía interna del J-35, preservando la furtividad del caza.

La bahía de armas interna del J-35 es un componente crucial de su diseño furtivo. A diferencia de los misiles transportados en soportes externos, que aumentan la firma de radar, la bahía interna oculta el armamento, reduciendo la detectabilidad. Según el Jane’s Defence Weekly, la bahía del J-35 tiene capacidad para al menos cuatro misiles aire-aire, aunque la integración del PL-17, más grande que otros misiles como el PL-15, puede limitar el número de armas transportadas. Este diseño refleja un equilibrio entre furtividad y potencia de fuego, una prioridad en cazas de quinta generación.

J-35A

Datos clave sobre el J-35 y el PL-17

  • El J-35 es un caza furtivo bimotor, diseñado para superioridad aérea y misiones polivalentes.
  • El PL-17 tiene un alcance de 400 km, superando al AIM-120D estadounidense.
  • La bahía interna del J-35 puede llevar hasta cuatro misiles aire-aire, preservando la furtividad.
  • El PL-17 usa guiado por radar activo y satélite, ideal para objetivos de largo alcance.
  • China busca competir con cazas como el F-35 y el F-22 con esta integración.

Contexto del desarrollo del J-35 y el PL-17

El desarrollo del J-35 y su integración con el PL-17 se enmarca en la modernización acelerada de las fuerzas armadas chinas, impulsada por el Ejército Popular de Liberación (EPL). China ha invertido significativamente en tecnologías furtivas y armamento de precisión para contrarrestar las capacidades de potencias como Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico. El J-35, inicialmente concebido como una variante del FC-31 para exportación, ha evolucionado hacia una plataforma estratégica para la Fuerza Aérea del EPL y la Armada, con versiones adaptadas para portaaviones.

El PL-17, por su parte, representa un salto cualitativo en la capacidad de combate aire-aire de China. Informes del Center for Strategic and International Studies indican que el misil está diseñado para atacar objetivos de alto valor, como aviones cisterna y plataformas de mando y control, a distancias que dificultan la respuesta del enemigo. Su integración en el J-35 amplía el alcance operativo del caza, permitiéndole enfrentar amenazas antes de que entren en el rango de detección de sus sensores.

La combinación del J-35 y el PL-17 posiciona a China como un competidor directo en el ámbito de los cazas furtivos de quinta generación. Según el Pentagon’s 2024 China Military Power Report, el EPL busca alcanzar paridad tecnológica con Estados Unidos en capacidades aéreas para 2030. La integración del PL-17 en el J-35 es un paso hacia ese objetivo, fortaleciendo la capacidad de China para proyectar poder en regiones disputadas, como el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán.

El desarrollo del J-35 también responde a la necesidad de China de diversificar su flota de cazas furtivos. Mientras el J-20 se centra en misiones de largo alcance y penetración profunda, el J-35 ofrece una plataforma más versátil y económica, adecuada para operaciones navales y despliegues en portaaviones como el Fujian. La integración del PL-17 refuerza su capacidad para operar en entornos de alta amenaza, donde la furtividad y el alcance son esenciales.

Implicaciones estratégicas del avance chino

J-35: diseñado para cobertura a gran escala en escenarios críticos
J-35

La capacidad del J-35 para portar el PL-17 en su bahía interna tiene implicaciones significativas para el equilibrio militar en el Indo-Pacífico. La combinación de un caza furtivo con un misil de largo alcance permite a China desafiar la superioridad aérea de Estados Unidos y sus aliados, particularmente en escenarios como un potencial conflicto en el estrecho de Taiwán. El alcance del PL-17 dificulta las operaciones de aviones de apoyo, como los KC-46 Pegasus de reabastecimiento, esenciales para las misiones de largo alcance de Estados Unidos.

Además, el J-35 con el PL-17 podría desempeñar un papel clave en la estrategia de denegación de área (A2/AD) de China, que busca limitar el acceso de fuerzas extranjeras a regiones cercanas a su territorio. Según el RAND Corporation, la combinación de cazas furtivos y misiles de largo alcance complica las operaciones de la Séptima Flota estadounidense y de aliados como Japón y Australia en el Pacífico Occidental.

El avance también tiene implicaciones para el mercado global de armamento. China ha promocionado el J-35 (y su predecesor, el FC-31) como una opción de exportación para países que buscan alternativas a los cazas occidentales. La integración del PL-17 podría atraer el interés de naciones aliadas de China, como Pakistán, que ya opera cazas chinos como el JF-17.

En el contexto más amplio, el desarrollo del J-35 y el PL-17 refleja el enfoque de China en cerrar la brecha tecnológica con las potencias occidentales. La inversión en investigación y desarrollo militar, combinada con avances en inteligencia artificial y sensores, ha permitido al EPL desplegar sistemas de armas cada vez más sofisticados. La integración del PL-17 en el J-35 es un ejemplo concreto de este progreso, consolidando la posición de China como una potencia militar en ascenso.

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