Hay que hacer ver a los empleadores que sus salarios son ridículos, no pueden subsistir

El jubilado y la joven han abordado su situación con completa transparencia. El hombre confiesa que mensualmente percibe 2.700 euros, cantidad que ve duplicada el mes de junio, en el que le corresponde la tan esperada paga extra.

Sara está dando sus primeros pasos en el mundo laboral y responde con sinceridad al escuchar a su interlocutor hablar de su pensión de retiro. Considera una utopía un nivel semejante de ingresos, sin embargo no considera que sean inmerecidos: «Al final ellos han trabajado muchos años para tener esa paga«.

A día de hoy no ve «para nada» posible poder equiparar su situación a la del jubilado, y no sólo por que trabaje a tiempo parcial dado que compagina trabajo y estudios. Confiesa que ingresa algo menos de 700 euros, cantidad inferior al alquiler que paga y que completa con ahorros y la ayuda de sus padres, según reconoce ella misma: «Con ahorros y con la ayuda de mis padres, que por suerte la puedo tener, puedo llegar a todo y vivir en una ciudad como Madrid».

«Hacer ver a los empleadores que sus salarios son ridículos»

Para el pensionista el principal motivo de la precariedad que denuncian vivir miles de jóvenes españoles, es el nivel salarial. Califica los salarios como «ridículos» y defiende su subida: «Hay que hacer ver a los empleadores que sus salarios son ridículos. Hay que promocionarlos porque no pueden subsistir«.

Asegura que para ayudar a su familia se vio obligado a ponerse a trabajar a los 14 años pese a que en su casa trabajaban sus padres, y explica como «ahora jubilado tengo que seguir ayudando a mis hijos para que puedan subsistir«.

Varios trabajos, estudios… y dificultades

«Desde el 2008 el salario medio de la gente joven no ha subido», es la sorprendente afirmación que hace Sara. Diecisiete años sin subidas, entre medias varias crisis, momentos de una elevada inflación y subida de precios general, elevada en el caso de la vivienda – tanto alquiler como compra -. La joven asegura que la cifra ronda los 1.100 euros.

«Es un problema muy grave»

Esta situación que dibuja Sara ha llevado a obtener los ingresos de donde pueden a su generación, a la que atribuye una gran proactividad. Al mismo tiempo expone que deben trabajar para construirse un futuro y sin embargo denuncia que la escalada de precios plantea serias dificultades: «La vida se está poniendo tan cara, que es prácticamente imposible«.

Rechazan una confrontación que pretenden algunos

Así como Sara ve «indiscutible» la necesidad de un esfuerzo para labrarse ese futuro del que habla, rechaza también la discusión de una hipotética reducción de las pensiones de jubilación: «No se trata de quitar de un lado para darle al otro. Tiene que ser una cosa equitativa y hay que hacer políticas para que tanto ellos como nosotros salgamos beneficiados».

Unas ambiciones insuficientes

«Te has quedado muy corta», respondía el pensionista a Sara, cuando ‘soñaba’ con un sueldo de 28.000 euros, que admite ver muy lejano: «Hay que aspirar a un salario digno. Que se pueda vivir. No solamente pagar hipoteca, pagar gastos, tener algo para disfrutar».

Él estimaba esa cantidad como baja e insuficiente, y le avanzaba a Sara que a lo largo de su vida los gastos se multiplicarán «y no te va a llegar».

«En algún momento esto parará»

Pese a una situación presente que desearía Sara que fuera más favorable, la joven no pierde su optimismo y confía en que la situación cambie, para poder alcanzar la edad de jubilación en una situación parecida a la del pensionista: «En algún momento esto parará, y parará la especulación de los alquileres y parará la inflación. Espero que todo esto mejore, las condiciones laborales y los sueldos«.

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