Punto final a la temporada del Valencia CF. La derrota frente al Athletic Club en Mestalla deja al conjunto de Carlos Corberán matemáticamente sin opciones de llegar a las posiciones europeas con las que ha estado fantaseando en las últimas semanas. El lastre de los primeros meses de competición era demasiado pesado y el ‘efecto Corberán’ suficientes milagros había hecho ya. El equipo, que no el club, se despidió con honores ante una afición valencianista que empujó hasta el final, pero que tiene que resignarse a ver cómo su Valencia, uno de los más grandes del fútbol español, se queda sin jugar competición europea por sexta temporada consecutiva cortesía de la horrenda gestión de Peter Lim.
Este es el Valencia de Meriton. Un club sin ambición cuyo único objetivo, salvo sorpresas, es el de evitar el descenso. Y una de esas sorpresas es la que esperaba llevarse Mestalla en las dos últimas jornadas de competición. El Valencia, antes de jugar contra el Athletic, todavía tenía opciones reales, aunque difíciles, de acabar LaLiga en el ‘top-8’. Debía, sí o sí, ganar al conjunto de Ernesto Valverde y también al Real Betis en la última jornada, y además esperar ‘pinchazos’ de Mallorca, Osasuna y sobre todo Rayo Vallecano. Ni una ni otra. Los de Corberán fallaron en su compromiso particular y, además, tanto Rayo como Osasuna sacaron sus partidos adelante. A nivel deportivo, es un cierre de temporada doloroso porque la ilusión se había descontrolado con la dinámica de resultados desde la llegada de Corberán.
Lim, culpable
La culpa del sexto año consecutivo sin jugar Europa no puede recaer sobre una plantilla que sufre, verano tras verano, la gestión de Meriton, sino que debe hacerlos sobre un Peter Lim y sus trabajadores que no han parado de debilitar la plantilla desde que asumieron la mayoría accionarial del club. Con la temporada vista para sentencia, los focos recaen de nuevo sobre la dirección de la entidad y los movimientos que deben realizar durante el mercado de verano, que no son pocos teniendo en cuenta que un buen porcentaje de la plantilla, entre cedidos y jugadores que acaban contrato, abandonan el Valencia.
Una bandera de ‘Lim Go Home’ se coló en el programa del lunes de La Revuelta / RRSS
La afición, más allá de la ilusión que ha llegado a sentir con el ‘top-8’, sabe identificar bien a los responsables y no cesó en sus protestas contra la propiedad y los responsables que forman parte de la directiva. Peter Lim, Javier Solís y Miguel Ángel Corona fueron objeto de cánticos y protestas por parte de los 45.000 valencianistas asistentes.
Otro mercado clave
El valencianismo ha tiritado de miedo durante buena parte de la temporada y ahora, lamentablemente, le toca volver a tiritar con el mercado de fichajes. Mamardashvili será una baja muy sensible, y todo apunta a que no será la única. Hay varios futbolistas blanquinegros con grandes pretendientes, como Javi Guerra, Cristhian Mosquera o Diego López, y la política de ventas de Meriton invita a pensar en que el de este domingo pudo ser su último partido en Mestalla. La dirección deportiva tratará de sacar la mejor cantidad de millones por cualquiera y lo que hagan con ellos es una incógnita. En las temporadas anteriores apenas se ha reinvertido lo ingresado en ventas, que no ha sido poco, y nada asegura que este verano la película vaya a cambiar.