Hay rincones de las tres provincias de Aragón que todavía son desconocidos incluso para los propios aragoneses. Zaragoza, Huesca y Teruel esconden auténticas joyas patrimoniales y naturales en sus pequeños pueblos. La diversificación del turismo ha provocado que cada vez sean más los viajeros que deciden perderse por las estrechas carreteras que recorren el territorio despoblado donde el campo sigue dando de comer a mucha gente.
Hay muchas comarcas de Aragón que siguen inmersas en una dura batalla contra la despoblación. Hay más de una decena de localidades de Huesca y Zaragoza que no pasan de 20 vecinos según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Para intentar frenar esta sangría demográfica, los ayuntamientos también apuestan por el turismo como fórmula para atraer visitantes y población. Y es que algunos pueblos aragoneses tienen en su término municipal auténticas joyas turísticas por explotar.
La Comarca del Aranda en la provincia de Zaragoza es una de las que más ha sufrido el fenómeno de la despoblación en las últimas décadas. Una zona montañosa con pueblos preciosos que bien merecen una visita. Una de estas localidades desconocidas para el gran público es Gotor de poco más de 300 habitantes, que en el pasado incluso fue sede de una universidad.
A orillas del río Aranda se encuentra este pueblo zaragozano cuyas calles son estrechos callejones sin salida y pasadizos. La joya arquitectónica de Gotor es sin ninguna duda el convento dominico de Nuestra Señora de la Consolación. Tal como informa Turismo de Aragón, el edificio es una robusta obra del siglo XVI, de estilo renacentista, construida por mandato de la familia Martínez de Luna, señores de la cercana localidad de Illueca, con la idea de controlar a la población mudéjar que habitaba estas tierras, al tiempo que servía de panteón familiar.
La Guerra de la Independencia y la posterior Desamortización de Mendizábal marcarían el declive de un convento al que en el siglo XVII se le concedió el título de Universidad, ya que aquí se impartían estudios de teología, artes, retórica y gramática. Los trabajos de recuperación que han sido llevados a cabo en los últimos años han devuelto al edificio el esplendor que tuvo siglos atrás.
Convento de Gotor / TURISMO DE ARAGÓN
Lugar de encuentro
Además, Gotor ha sido a lo largo de la historia un lugar de paso y encuentro de los distintos pueblos que han habitado la Península Ibérica: celtíberos, romanos, visigodos, judíos, musulmanes y cristianos. Fueron los visigodos quienes dieron nombre a este pueblo del Aranda, aunque fueron los celtíberos quienes se asentaron a un kilómetro del casco urbano actual mucho antes (yacimiento celtíbero del Calvario).
Sin salir del propio Gotor también encontramos una bonita iglesia barroca en honor a Santa Ana con interesantes retablos en su interior como los dedicados a San José y Santa Rita, ambos del siglo XV, y su cúpula de su crucero. No muy lejos del casco urbano está la ermita de Santa Bárbara. Otro punto interesante para el viajero es la chopera de Gotor, un pequeño puente sobre el río Aranda para poder completar la ruta senderista con Jarque.

Chopera de Gotor sobre el río Aranda / TURISMO DE ARAGÓN