La permanencia y el título estaban en juego en el RCDE Stadium. El Espanyol lo dio todo, pero en los grandes partidos es cuando aparecen los mejores jugadores y Lamine Yamal le ha dado al Barça el título de La Liga [Narración y estadísticas del partido].
No fue el mejor partido del internacional español, pero tampoco le hizo falta. Como las grandes estrellas, aparecen de manera fugaz en el momento cumbre y dejan su sello. De nada le sirvió a Manolo González el plan que trazó para detenerle, a pesar de que sus jugadores le aguantaron bien en la primera mitad.
Todos los rivales saben cuál es la jugada del joven Lamine, pero ninguno sabe cómo detenerlo. Con el Barça atascado en ataque, recibió en la banda de Dani Olmo, empezó a irse de los rivales y armó un disparo que quitó las telarañas de la portería de Joan García, inapelable.
Lamine, el jugador que ha roto todos los récords posibles en el Barça con tan solo 17 años, puede sentirse orgulloso de haber marcado el gol que dio a su equipo el título de La Liga. El talento del extremo está fuera de toda lógica y cada vez son más los argumentos que está dando para ser un firme candidato al Balón de Oro.
Con el Espanyol amenazando con el empate en la segunda parte, el español fue también protagonista en la expulsión de Leandro Cabrera. En una disputa con el uruguayo, éste le propició un puñetazo en la boca del estómago que dejó a Lamine en el dique seco. Acudió Soto Grado al monitor y después de marcar el gol de la victoria, además provocó una expulsión.
Los errores se pagan
Espanyol y Barcelona dieron una clase espectacular de lo que significa jugar un derbi: un partido muy disputado con dos estilos de juego muy diferentes. Los pericos atacaron los espacios de la zaga azulgrana, mientras los de Hansi Flick hicieron del control del balón su mejor arma. No obstante, volvieron a ser muy vulnerables en defensa, mientras que el ataque no carburó como de costumbre.
Sin embargo, en el fútbol cuando perdonas en exceso lo acabas pagando y es lo que le sucedió al Espanyol. Los de Manolo González volvieron a poner de manifiesto los peligros a los que se expone el Barça jugando con una defensa tan adelantada. Urko González y Javi Puado fueron los nombres propios de la primera parte.
El primero perdonó el primer mano a mano con Szczesny nada más empezar el partido, mientras que el extremo erró dos claras ocasiones de las que te acabas acordando cuando pierdes el partido.
Roberto Fernández remata ante Szczesny en el partido.
EFE
El portero polaco volvió a ser protagonista, aunque en esta ocasión debido a sus buenas intervenciones. Le ganó la partida al jugador del Espanyol en el primer cuarto de hora de partido y estuvo muy correcto en las salidas, su talón de Aquiles. El Barça, por su parte, fue irreconocible.
La primera titularidad de Araujo y Christensen trajo por la calle de la amargura a Hansi Flick. Ambos centrales no se coordinaron al tirar la línea del fuera de juego y las ocasiones del equipo perico no cesaban. Además, se le sumó la dificultad de Pedri para entrar en el partido y lo erráticos que estuvieron Lewandowski y Lamine Yamal.
Un giro de tuerca
El polaco tuvo un par de ocasiones y rozó el gol al filo del descanso con un remate de volea que se fue lamiendo el palo de la portería de un Joan García que apenas tuvo que aparecer. No obstante, Lewandowski pecó de la ansiedad por ser el máximo goleador de La Liga en su duelo particular con Mbappé y falló múltiples controles.
El Barça se aprovechó del desgaste físico que había hecho el Espanyol en los primeros 45 minutos y desde que el balón echó a rodar en la segunda parte se hizo con el dominio del partido. Sin embargo, las ocasiones claras no llegaron y los pericos amenazaban al contragolpe.
Con el gol de Lamine, los azulgranas durmieron el partido mientras los de Manolo González se negaban a darse por derrotados, aunque no les quedó otra que felicitar al Barça tras el gol de la sentencia de Fermín López en el descuento. Los azulgranas se han alzado en el derbi con su vigésimo octavo título de Liga y el segundo después de la era Messi.