Moncloa se desentiende de las negociaciones de Yolanda Díaz para aprobar la reducción de la jornada laboral a las 37,5 horas, pero avala su estrategia para lograr el apoyo de Junts, incluso si esta incluye en último término una reunión presencial con el expresident Carles Puigdemont, un extremo que no descartan en Sumar.
El rechazo frontal de Junts a la medida estrella de Díaz se concretó en el anuncio de una enmienda a la totalidad en el Congreso para devolver la medida al Gobierno. Un golpe en la mesa que en el departamento de Díaz enmarcaron directamente como un «arma» para presionar dentro de la negociación.
Las exigencias de los posconvergentes van de la mano de PIMEC, la patronal catalana que representa a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que suponen la inmensa mayoría del tejido productivo del territorio. Reclaman corregir el texto para enfocarlo más a este sector, y en el Ministerio de Trabajo ya plantean abiertamente cesiones para atraer su voto, la principal consiste en volver a ofrecer el plan de ayudas a pymes que ya se planteó durante la negociación con sindicatos y patronal, y que se terminó retirando al levantarse la CEOE de la mesa.
La vicepresidenta segunda no ha dejado de exhibir gran optimismo respecto a las negociaciones, pese al rechazo tajante de la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras. La idea que vienen trasladando a los suyos es que la escenificación del rechazo estaba «pactada» con el propio Puigdemont, que le informó unos días antes de sus planes de presentar el veto parlamentario.
«A buen ritmo»
En el departamento de Yolanda Díaz trasladan que las negociaciones avanzan «a buen ritmo», mediante dos vías de comunicación. Por una parte, la propia Díaz en conexión directa con el expresident catalán; y la segunda, mediante los equipos que también trabajan para un acuerdo y en el que se ha implicado el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey.
El canal personal abierto entre Díaz y Puigdemont es uno de los principales elementos que en Sumar alientan la posibilidad de un acuerdo. La vicepresidenta segunda fue el primer miembro del Gobierno que acudió a visitar al líder independentista a Bruselas después del resultado de las últimas generales, donde los votos de Junts se hacían imprescindibles para reeditar el Ejecutivo progresista.
La relación entre ambos nunca se ha perdido, y se ha intensificado a raíz de la reducción de la jornada laboral, llegando a mantener varias reuniones mediante videoconferencia. Después de estas conversaciones, Díaz pidió a los suyos rebajar las críticas a Junts para facilitar un ambiente propicio al entendimiento, llegando a dirigirse a Unai Sordo, secretario general de CCOO, para pedirle también calma tras su durísima respuesta al partido independentista, asegurando que todo estaba pactado.
Este lunes, Puigdemont se refirió a la reducción de jornada durante su intervención ante el grupo parlamentario para reprochar que «así no«. Una expresión de rechazo que en Sumar sin embargo interpretan como una manera de abrirse al acuerdo, al condicionar el texto a futuras modificaciones.
«Nada traumático»
Que Díaz vuelva a reunirse con Puigdemont como colofón a la negociación es una posibilidad que en Sumar se resisten a descartar. Apuntan a que a día de hoy el dirigente catalán no lo ha planteado, pero revisten este eventual encuentro de «plena normalidad«, como aseguró el lunes Ernest Urtasun, y avanzan que en caso de que las negociaciones lo requieran, no resultaría «nada traumático«.
En Moncloa no tienen claro que esta reunión vaya a producirse, al considerar que la reforma laboral es una medida menor y no es necesario revestirla de la formalidad de otros acuerdos de más envergadura. Pero, añaden, en caso de darse esa reunión, contaría con el visto bueno de Moncloa, donde asumen que es una decisión política de la líder de Sumar, en quien han dejado caer toda la negociación. Advierten que los términos de cualquier acuerdo se enmarcarán estrictamente dentro de lo laboral, sin contrapartidas en otros ámbitos como sí se vieron en los acuerdos que ha venido alcanzando el ala socialista del Gobierno con Junts, donde han entrado competencias de Interior, Justicia o Exteriores.
Entre los ministros socialistas defienden también que «hay acuerdo entre los socios para plantear medidas de acompañamiento a las pymes«, aunque avanzan que los pactos que se lleguen a alcanzar con Junts se debatirán en el seno del Ejecutivo antes de formalizarse.