no saben a dónde quiere llegar

Miembros del Gobierno aseguran estar sorprendidos, consternados, decepcionados y, sobre todo, muy preocupados al constatar que, según admiten, el presidente del Gobierno está sometido a chantaje. Con el agravante de que todo apunta a que la persona que lo protagoniza es quien fue su número dos en el partido y el Gobierno.

Les preocupa lo que tiene José Luis Ábalos, su capacidad para hacer daño al Gobierno y al partido, y la duda de hasta dónde pueda llegar. Le ven acorralado por la Justicia una vez han conocido que el exministro y ex responsable de Organización del PSOE admitió este miércoles en La Sexta haber participado en la filtración de los mensajes publicados desde el domingo en El Mundo.

Los whatsapps publicados hasta ahora no incluyen nada que sea perjudicial para Ábalos, lo que sería compatible con la teoría de que ha hecho que se publiquen algunos mensajes no comprometedores precisamente para advertir o amenazar a Pedro Sánchez.

Fuentes del Gobierno, muy próximas a Sánchez, admiten que Ábalos está muy enfadado con sus antiguos compañeros al sentirse abandonado ante las acusaciones que pesan sobre él, y se siente víctima de una «vendetta».

Los ministros consultados empiezan ya a utilizar la palabra «chantaje» para referirse a la filtración de los mensajes que Sánchez intercambió con Ábalos durante años.

Esa no es de momento la versión oficial, porque Moncloa no tiene ninguna certeza sobre el origen de los mensajes que publica desde el domingo El Mundo. En el entorno del presidente del Gobierno se asegura que caminan «a ciegas» porque no saben cuántos whatsapps hay, las fechas en que se escribieron, si alguien espera alguna contrapartida por la filtración o si es sólo un aviso para escalar hacia otros más delicados. 

En el Gobierno aparentan tranquilidad, pero empiezan a inquietarse, aunque constatan que en lo publicado hasta ahora no hay nada que comprometa a Sánchez. Sí admiten la incomodidad de ver publicados comentarios sobre otros políticos y ministros y, sobre todo, la posible revelación de estrategias o disputas internas que desestabilicen al Ejecutivo y al partido.

Esa inquietud la transmiten miembros del Gobierno que en público reproducen el argumentario, consistente en condenar con énfasis la vulneración de la privacidad de Sánchez y en aludir a la supuesta comisión de delitos en la filtración. Pero en privado dan ya por hecho que el presidente está siendo sometido a un chantaje con la filtración de esos mensajes, con todo lo que eso implica.

El presidente Sánchez, este miércoles en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno.


El presidente Sánchez, este miércoles en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno.

Efe

Negro horizonte judicial

Se preguntan qué pretende lograr Ábalos a cambio, puesto que ya hay indicios suficientes para augurar que le espera un negro horizonte judicial. No es posible parar la acción de la Justicia, ni a la Fiscalía Anticorrupción, ni a la Guardia Civil, según explican.

Hasta ahora se habían resistido a creer que el origen fuera Ábalos, porque tenían constancia de que también Koldo García había mostrado inquietud sobre su futuro. Apuntaron a quienes custodian esas pruebas, es decir la UCO, pero la Guardia Civil tiene datos suficientes para descartar esta posibilidad.

Si el origen de la filtración fuera Ábalos carecería de sentido la acción judicial anunciada el martes por Félix Bolaños, puesto que al ser uno de los participantes en las conversaciones es libre de hacerlas públicas, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Se vendría abajo la tesis del delito que tanto airea estos días el Gobierno.

Miembros del Ejecutivo y dirigentes socialistas aseguran no tener dudas de la honestidad de Sánchez, pero sí temen que se revelen secretos de estrategias del partido y les preocupa la capacidad de desestabilizar de los whatsapp. Por ejemplo, los mensajes que se refieren con apodos a ministros o líderes socialistas o los que revelan detalles de los intentos de lograr votos tránsfugas de Ciudadanos en Castilla y León para descabalgar al PP con mociones de censura.

Fuente