Fichar es peligroso. Y hacerlo desde el rascacielos de la Primera División te puede dejar en evidencia. El pecado de olvidarse de la cantera. La UD Las Palmas perdió ayer su plaza en el paraíso del balón tras acometer 16 operaciones. El pasado verano cerró catorce contrataciones de forma exprés y con escenarios inverosímiles. Mientras Luis Carrión dirigía al Real Oviedo en busca del ascenso, con el riesgo de quedarse en el Tartiere, la dirección deportiva, capitaneada por Luis Helguera, fichó a Jasper Cillessen, Dinko Horkas, Viti Rozada, Scott McKenna, Oli McBurnie, Dário Essugo, Fábio Silva, Jaime Mata, Álex Muñoz, Manu Fuster, Iván Gil (que luego sería cedido a la SD Eibar), Januzaj, Iván Cédric (cedido al Barça B) y la adquisición en propiedad de Marvin Park -al abonar un millón para jugar en la 24-25 un total de 849 minutos-.
En el penúltimo descenso a las catacumbas (17-18), la UD cerró 17 contrataciones: Leandro Chichizola, Ximo Navarro, Alejandro Gálvez, Jonathan Calleri, Aquilani, Matías Clavagallinas, Peter Etebo, Hernán Toledo, Nacho Gil, Rémy, Jairo, Vitolo, Tannane, Ezekiel, Peñalba, Samper y Emenike. El final resulto dantesco con la pérdida de la categoría a falta de cuatro jornadas para el final.
El ciclo ‘Pako Kalamidad’
En la 17-18, la UD contó con cuatro entrenadores como Manolo Márquez, Pako Ayestarán, Paquito Ortíz y Paco Jémez (dos victorias en 21 jornadas). La gran depresión del cordobés evoca a la de Martínez, que en todo 2025 solo ha sabido lograr dos victorias en las 18 jornadas. Una situación insostenible y que te ha costado la categoría, así como dejar de ingresar unos 40 millones por los derechos de TV.
Es una coincidencia macabra: perder el norte y tirar de la billetera. De esta manera, la UD olvidó apostar de forma decidida por la factoría de Siete Palmas. En la actual temporada, a la que le restan solo dos jornadas, Bassinga (2’) y Valentín Pezzolesi (5’) han participado en Primera con la pírrica cifra de seis minutos. Martínez recordó que subir a los diamantes y apostar «puede ser perjudicial».
Con un presupuesto de 75 millones y un tope salarial de 39,8 kilos, más que el Getafe (39,1), el reto de la UD pasaba por la salvación. Figura en ese pelotón de la tabla y tirar de talonario no ha funcionado. De Luis Carrión a Diego Martínez, el vuelo es desconcertante. Los amarillos recurrieron a un estilo poco reconocible, alejado del toque del pimientismo, para ser devorados por los rivales (es el segundo más batido con 58 goles).
Sin embargo, cada ascenso viene acompañado de una lista infinita de activos de la casa. En 2015, dirigidos por Paco Herrera, se subió con Raúl Lizoain, Simón, Roque Mesa, Dani Castellano, Javi, Jonathan Viera, Vicente Gómez, Hernán Santana, Aythami Artiles, David García, Momo, Nauzet Alemán, Juan Carlos Valerón, Asdrúbal Padrón y Ángel López (16).
En 2023, la firma de la factoría corrió a cargo de Valles, Sergi Cardona, Álex Suárez, Saúl Coco, Curbelo, Moleiro, Kirian Rodríguez, Sandro Ramírez, Fabio González, Benito Ramírez, Vitolo y de nuevo Viera (un total de 12). Dos ascensos y 28 canteranos. Dos descensos y 33 fichajes. La ecuación es simple. Una relación que obliga a la UD reflexionar sobre su modelo. Alejarse de la cantera es una ruina.