El desencuentro entre las Fallas y el combo Basílica-Arzobispado continúa tras la celebración de las fiestas de la patrona y a pesar de que ha habido gestos de acercamiento, como la presencia de las altas jerarquías eclesiásticas en los espectáculos pirotécnicos.
Pero en el pleno de la Junta Central Fallera, y dentro del turno de ruegos y preguntas, el concejal Santiago Ballester ha asegurado que trasladará a Arzobispado y Basílica el malestar de las comisiones de falla por lo que éstas consideran trato inadecuado.
¿En qué se basa la queja de las Fallas? En un compendio de actitudes y sensaciones. Las comisiones, cuyos cuadros de honor son invitadas desde el año 1989 -como reparación por la Ofrenda pasada por agua que sufrieron- abren el cortejo, pero la sensación es de que son como una segunda división. Primero salieron ellos -puntualmente y con apenas diez minutos de tiempo de más sobre el horario previsto- y después la sección a caballo de la Policía Local. A lo que hay que añadir que las primeras entidades tardaron bastante en salir, en claro contraste con la puntualidad y la rapidez con la que lo habían hecho las Fallas, lo que provocó que en el recorrido, hubiera un parón entre las fallas y el resto de la comitiva.
«Procesión A» y «Procesión B»
Y sigue habiendo gestos que llaman la atención: hasta no hace mucho, las fallas salían sin cruz por delante, que es la forma de marcar el inicio de la procesión. Como si fueran «una cosa rara» que iba por delante. Ahora sí que salen con la Cruz de la Catedral. Pero cuando empiezan las entidades, parroquias y asociaciones, sale , otra cruz. Un distingo, como si hubiera una «Procesión A» y una «Procesión B».
Falleras mayores de València, lejos de la patrona
El goteo de comisiones, que desfilaron por turno rotatorio de sectores, fue rematado por las falleras mayores de València y sus cortes de honor. Que siguen sin ser consideradas entidad importante de la ciudad como para ir bastante más detrás. Aquí hay una doble lectura: se puede decir que es normal que vayan cerrando el cortejo de «su gente», el mundo de las Fallas.
Pero también choca que haya entidades de todo tipo que desfilan más cerca de la Peregrina que aquellas que ejercen la representación no solo de la fiesta, sino del colectivo social y festivo más importante de la Comunitat Valenciana. De hecho, fueron más de cien las entidades que salieron después de Berta Peiró, Lucía García y sus cortes de honor. Y, de alguna forma, desde la JCF consideraban asegurado que las 26 falleras irían, por fin, en un puesto «mejor» -cuanto más cerca de la imagen, más privilegio se tiene-. Y, sin embargo, todas las entidades festivas y sociales desfilaron en mejor sitio.
No deja de ser paradójico, por ejemplo, que en la procesión cívica más importante de la Comunitat Valenciana, la del 9 d’Octubre, tienen un papel mucho más protagonista a nivel protocolario.
Y queda otro aspecto por el que reivindican más respeto las Fallas: saben perfectamente que tienen un enorme poder de convocatoria, y que la gente, si acude a la procesión, es por dos motivos fundamentalmente: por la Virgen y por las Fallas.
Por todo ello, Ballester anunció que cumplirá el mandato de las comisiones de trasladar el malestar.