Mélida Daniel Pastor es psicóloga y coordinadora de la Asociación Infancias, un colectivo interprofesional de Alicante que trabaja en diferentes entornos de la primera infancia. Así, está enfocado en divulgar la importancia de la infancia como tiempo fundamental para las personas, en poner medios para prevenir las dificultades que puedan surgir en la crianza y en colaborar a que el tiempo de la infancia se recorra con salud.
Un menor se entretiene utilizando una tableta a oscuras, este hecho provoca y empeora el diagnóstico de TDAH. / JOSE LUIS ROCA
Dentro de sus talleres vivenciales, el próximo 17 de mayo ofrece la actividad “¿Cómo nos divertimos sin pantallas?», para la que se requiere inscripción previa en este enlace. En el mismo se abordará una de las principales problemáticas a las que se enfrentan los padres: el uso de las nuevas tecnologías. Y es que expertos piden que la edad del primer acceso a móviles o ‘tablets’ se eleve de dos a tres, cuatro o incluso seis años, dado los efectos que pueden tienen sobre los menores: miopía, adicción, TDAH, frustración, problemas de sueño…
¿Cuál es el objetivo de su asociación?
Desde la Asociación Infancias, promovemos el poder reflexionar sobre todos los temas que atañen a las problemáticas de la infancia, de la adolescencia y de las familias. Y prevenir, procurando detectar los problemas e intervenir tempranamente para evitar dificultades mayores, facilitar un crecimiento saludable y lograr cambios estructurales que eviten determinismos que marquen al niño. Siempre desde una perspectiva vincular e integral, teniendo en cuenta al niño, a la familia y a los profesionales.
«Las pantallas en los niños: cuanto más tarde, mejor, y cuanto menos, mejor»
Con el gran apagón sufrido el pasado 28 de abril, millones de niños se quedaron sin pantallas durante unas cuantas horas y se retomaron juegos del pasado, como juegos de mesa, en la calle… ¿Se trata de una buena enseñanza para los padres?
Sí, el apagón nos cerró el paso a muchas cosas, pero nos lo abrió a otras. Por ejemplo, nos dejó “solos” con nuestros niños sin el entretenimiento habitual de las pantallas. De modo que redescubrimos que podemos jugar con ellos, charlar o preparar la merienda juntos. Hay familias que se fueron al parque. Otros jugaron al parchís o a las cartas en casa. E incluso hubo quien aprovechó el momento para hacer cosas de lo más variado, como ver los álbumes de fotos familiares, hacer abdominales con los hijos, arreglar los armarios. O conocer a su novia.

Dos niños con táblets en una vivienda de Benidorm / David Revenga
Para los padres ha sido un buen momento. Una especie de oportunidad de valorar la relación cotidiana con los hijos y no tener que esperar a un apagón para buscar un tiempo sin pantallas que nos permita estar con ellos. Sería importante el poder pensar y reflexionar en cómo podemos hacer para que esta situación se mantenga en el tiempo, sin tener que esperar a sufrir situaciones excepcionales como el apagón, o cómo fue el covid o lo que pueda surgir en un futuro.
Muchos padres han celebrado que con este apagón volvieron a jugar con sus hijos… pero es evidente que no tenemos que esperar a un cataclismo así para jugar con los niños al margen de las pantallas.
Estamos viviendo actualmente en una sociedad donde prima la prisa, todo lo tenemos a golpe de un “click”, queremos llegar a todo y eso es lo que ven nuestros hijos, y por ende lo que demandan. Es una pena que tenga que llegar un apagón para obligarnos a desconectar, parar y pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, dando rienda suelta a la imaginación y la creatividad. Parece que solo nos preocupamos cuando vemos que los niños dejan de jugar a las cosas que les corresponden por edad, cuando se ensimisman y no nos atienden al hablarles por estar ocupados en las maquinitas que llevan consigo, cuando dicen que se aburren en el colegio, cuando tienen rabietas o enfados desproporcionados o cuando prefieren quedarse en casa jugando con el ordenador en lugar de estar con los amigos.
«El uso precoz de las pantallas anula la capacidad de juego y limita el funcionamiento cerebral»
Como estamos inmersos en esta sociedad a los padres se les hace difícil funcionar de otra manera, por eso es importante poder reflexionar sobre cómo salir un poco de funcionamiento que tenemos y poder crear otro tipo de vínculo con los niños, por este motivo, nosotros, como asociación, realizamos estas actividades, sobre todo los talleres vivenciales donde se trabaja con toda la familia, como el que tendremos el próximo 17 de mayo.
¿Cuántas horas como máximo deben dedicar los niños a las pantallas y/o televisión, y en función de qué edades?
Había un consenso amplio entre los expertos en el efecto pantalla que decía que los niños de 0 a 2 años no debían estar expuestos a pantallas en absoluto. Pero ahora se habla en los foros especializados, de subir a los 4 años el momento de inicio. Cuanto más tarde, mejor. Cuanto menos, mejor.
¿Táblets en las aulas?
En los últimos meses hay un debate a escala nacional sobre el uso de las pantallas en los institutos y hay centros que han decidido suprimirlas. ¿Los adolescentes pueden combinar un uso responsable, para los deberes y para el ocio, o al final supone para ellos querer utilizarlas más tiempo para el ocio?
Como decíamos antes, las pantallas pueden generar adicción, los programas, los juegos, los dibujos, etc. están pensados para ser consumidos. Este tema es muy delicado, es verdad que las nuevas tecnologías nos ofrecen herramientas muy válidas y útiles tanto para el trabajo, como para la búsqueda de información, entre otras muchas cosas, ¿pero realmente todo tiene que pasar por un buscador de internet? ¿qué ha sido de saber utilizar un diccionario, por ejemplo? ¿de leer un buen libro en papel? Es positivo que les enseñen a utilizar las nuevas tecnologías, pero quizá no sea necesario que las utilicen todo el tiempo para todo, ya que existe un riesgo a la hora de utilizar estos recursos de fácil acceso por el peligro que eso conlleva, pues de alguna manera perdemos la capacidad de investigación y reflexión por nosotros mismos.
Y si se utilizan, que sea con acompañamiento, con control y eligiendo bien el tipo de contenido, que sea de calidad. En estos tiempos observamos que los niños juegan menos a todo a lo que antes jugaban, solos, con otros niños o con sus familias. Por eso nos planteamos si es que las pantallas han secuestrado el juego de los niños. Y decimos secuestrado en un atisbo de esperanza de que solo sea eso, un secuestro del que puedan ser liberados recuperando su capacidad de jugar y usando las pantallas en su justa medida. El uso precoz de las pantallas limita, anula la capacidad de juego, y lo que es peor: limita el funcionamiento cerebral.
Antes de los 3 años nada de pantallas. Si puede ser hasta los 4 años, mejor. De 3 a 6 años hay que medir el tiempo, se recomienda máximo una hora al día de televisión, tableta u ordenador, acompañar, elegir con ellos, censurar si hace falta. Nada de móvil, videojuegos y redes sociales; de 6 a 12 años hay que medir el tiempo, controlar, llegar a acuerdos, límites, algunas normas en cuanto al uso del móvil en casa. Hay que prestar atención al móvil y a los videojuegos y nada de redes sociales; y de 12 años en adelante hay que medir el tiempo, controlar, acuerdos, límites, algunas normas de uso del móvil en casa. Estar atentos a las redes sociales: acompañamiento y crítica. En general, tratar siempre con controlar como adultos el contenido que se consume y estar cerca del niño mientras esté delante de la televisión o de cualquier otra pantalla, no dejarlo solo, aislado “en un mundo paralelo”.
Con la televisión, es mejor ver dibujos pausados, lentos, con un lenguaje controlado… con pocos estímulos, que ver unos dibujos en los que se priorice lo contrario, los colores muy llamativos, música movida, movimientos rápidos, etc. Para el buen desarrollo del niño, cuanto menos estímulos, mejor
¿Ver la televisión es igual de perjudicial que ver alguna serie en la pantalla o jugar a la tableta, móvil, consola?
Realmente no es igual ver televisión, que el uso del móvil o ‘tablet’ o jugar con la consola. Igualmente, todo va a depender del tipo de contenido que se consuma. No es lo mismo jugar a un videojuego, donde el niño puede, dependiendo del juego, desarrollar imaginación y creatividad que el hecho de ver cómo otros juegan, como es el caso de los youtubers que están tan de moda actualmente. También consideramos muy importante el tema de las redes sociales, poder controlar su acceso y consumo en el caso de los adolescentes.
«Nada de pantallas para los niños antes de los tres años»
Por otro lado, con el tema de la televisión hay que seleccionar el tipo de dibujos, o películas que se ven, ya que es distinto ver unos dibujos pausados, lentos, con un lenguaje controlado… en definitiva, con pocos estímulos, que ver unos dibujos en los que se priorice lo contrario, los colores muy llamativos, música movida, movimientos rápidos, etc. Para el buen desarrollo del niño debemos optar por la primera opción, es decir, cuanto menos estímulos de este tipo mejor.
De todas formas, no debemos perder de vista que actualmente muchos niños se duermen en sus casas con la televisión, otro modo de borrar ese tiempo de encuentro presueño entre niño y adulto. De las nanas, los cuentos y las caricias a la mirada estática sobre el televisor ¿Hay posibilidades de mitigar ese déficit de palabras, de caricias, de diálogo humano?
«Nos encontramos cada vez más con niños que prefieren llegar a casa para jugar solos con su táblet o consola que ir al parque»
¿Qué problemas pueden generar las pantallas a los niños, tanto sociales como de salud?
Como sabemos, en la primera infancia se forma el psiquismo de una persona, por lo que si sustituimos el contacto humano, la comunicación, el juego físico… con el niño, por una pantalla que le calme, que le entretenga, que le divierta, … puede traer problemas a todos los niveles, y entre ellos problemas de atención, puede afectar a la capacidad lectora y de pensamiento, puede afectar a la motricidad, a las habilidades sociales ya que muchas veces se comunican con otros iguales a través de la pantalla, puede ocasionar baja tolerancia a la frustración, y un largo etcétera, sin mencionar que el uso continuado de las pantallas puede generar adicción.
«Si sustituimos el contacto humano, la comunicación y el juego físico con el niño por una pantalla que le calme, que le entretenga, que le divierta, … puede traer problemas a todos los niveles»
El filósofo italiano Franco Berardi, investiga las mutaciones subjetivas en los jóvenes y adolescentes contemporáneos a partir de la relación con la tecnología y señala con preocupación lo que está sucediendo en la esfera afectiva y emocional de los niños: niños medicalizados por hiperactividad o por trastornos de atención, aumento de la agresividad y depresión en niños y adolescentes, sentimiento de inseguridad, miedo al futuro. Afirma que “hay una relación directa entre la velocidad de exposición de la mente al mensaje videoelectrónico y la creciente volatilidad de la atención. Nunca, en la historia de la evolución humana, la mente de un niño estuvo tan sometida a un bombardeo de impulsos informáticos tan intenso, tan veloz y tan invasivo”.
¿Cómo están evolucionando los problemas en los últimos años con las pantallas?
Nos encontramos cada vez más con esta problemática, con niños que prefieren llegar a casa para jugar solos con su ‘tablet’ o consola que ir al parque, niños que quieren todo enseguida, no saben esperar, no saben que es aburrirse, con poca imaginación, cosa que es fundamental para un niño en desarrollo. Y es que se nos vende el atractivo de una estimulación rica y de una nueva manera de entretenernos qué contiene saber, actualidad, técnica, preparación y futuro. Pero no se nos nombran apenas los inconvenientes que estos juegos pueden tener aparejados: adicción, dependencia, sedentarismo, aislamiento, pasividad, individualismo, ignorancia de los demás, agresividad, dificultades de atención en los aprendizajes, nerviosismo, imaginación suplantada por estereotipos y moda, visión pobre de la escuela… y con tanta presión propagandística se nos nubla la capacidad de reaccionar.
«Las actividades del taller del 17 de mayo fomentarán la imaginación y la creatividad de los niños»
¿Los padres son los primeros que deben dar ejemplo a los niños con un uso responsable de las pantallas? Porque los mayores también están continuamente con el móvil en la mano…
Exacto, los padres somos el principal ejemplo de los niños. Por otro lado, también es cierto que en la actualidad muchos padres teletrabajan, por lo que tienen que estar delante del ordenador, otros tienen que contestar emails o whatsapp del trabajo… y esto los niños lo ven, lo perciben y muchas veces es difícil hacerles entender que nosotros podemos utilizar las pantallas y ellos no, pero no por eso todo vale. Estaría bien poder establecer un tiempo de calidad con nuestros hijos, donde ni padres ni hijos tengamos delante un dispositivo electrónico. Es importante transmitir un uso responsable de las pantallas.
¿Cómo abordáis la problemática de las pantallas en los talleres que realizáis, como el del próximo 17 de mayo?
Nuestros talleres vivenciales están estructurados y pensados para toda la familia. Primero hacemos una actividad donde participamos todos juntos, los profesionales que llevamos el taller junto con los padres y sus hijos. Después separamos a los niños por grupos, en función de las edades. Cada grupo está coordinado por dos, tres o más profesionales, dependiendo del número de participantes y las actividades que se realizan varían en función del tema escogido, en este caso, serán actividades que fomenten la imaginación y la creatividad, sobre todo, siempre dando un lugar al niño, donde se le acompaña, se le mira, se le da voz y se le escucha… Por otro lado, se crea un grupo con los padres donde se trabajará la importancia del uso y abuso de las pantallas. Aquí se dará lugar al coloquio y la participación de los padres. Y por último, cerramos el taller con otra actividad conjunta.
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