El ambiente entre los jugadores de Traitors no puede ser mejor a su llegada al Monasterio de Piedra. Juanra Bonet les ha dado la bienvenida con una sonrisa… pero también con una advertencia: ese buen rollo está a punto de cambiar. “En los próximos días se van a crear nuevas amistas, pero… ¿serán sinceras?”, les ha dicho enigmático.
Antes de que los jugadores celebren su primera mesa redonda, los 18 se han sentado junto a Juanra. Entre ellos y el presentador, en una mesa, está el gran premio: 50.000 euros en plata. Todos se han quedado hipnotizados con el botín. La primera pregunta es evidente: ¿qué están dispuestos a hacer para ganar? La respuesta mayoritaria es: “A todo”.
Los jugadores demuestran que están preparados para mentir, manipular y traicionar. “Me cuesta, pero aquí no son ni mi familia, ni mis amigos”, dice Cano. Paula es más contundente: “Puedo hacer amigos y apuñalarles por la espalda varias veces si es necesario”.
Finalmente, llega la gran respuesta uno a uno: ¿quieren ser fieles o traidores? Los deseos son dispares, hay incluso quien quiere empezar con un rol y terminar con otro. Sea como sea, todos quieren dar mucho juego… y, sobre todo, ganar.